Hablar de Doraemon es hablar de, probablemente, uno de los manganimes más exitosos de la historia del formato. Con decenas de películas a sus espaldas y con un par de series anime cuyos capítulos, de forma conjunta, se pueden contar ya por miles, nadie puede dudar del éxito y la fama de nuestro querido gato cósmico y sus compañeros de desventuras. En este contexto nos llega, de la mano de Marvelous, y publicado por Bandai Namco, Doraemon: Story of Seasons. Pero no es un juego de Doraemon al uso, sino que esta vez el bueno de Nobita tendrá que hacerse cargo de una granja.

Si Marvelous son conocidos por alguna saga, sin duda esta es Harvest Moon, que pasaría a llamarse más adelante Story of Seasons, juegos en los que Stardew Valley, tan de moda en estos tiempos, está claramente inspirado. En esta colección de títulos, que se remontan a la época de Super Nintendo, se nos otorgaba la responsabilidad de dirigir una granja. Para ello, plantábamos cultivos, cuidábamos el ganado o reformábamos las instalaciones. No solo eso, sino que además teníamos la posibilidad de relacionarnos con la gente del pueblo de al lado, llegando incluso a contraer matrimonio u obtener algún churumbel. Por ello, no es de extrañar que el crossover entre Story of Seasons y Doraemon generase cierta expectativa, sobre todo en Japón, donde las dos series son especialmente exitosas.

El argumento no puede ser más sencillo: Nobita encuentra la semilla de un árbol mágico, que le transporta a él, a Doraemon, y a sus amigos, a un lugar y un tiempo desconocidos. Tras investigar un poco y deambular por el valle, se topan con un poblado, donde se encontrarán a gente muy amistosa que les dice, con muy buenos modales, que en ese lugar está prohibido vaguear y es obligatorio que los niños trabajen.

Y después de que ellos acepten con una alegría excesivamente desmesurada teniendo en cuenta que estamos hablando de explotación infantil, tendremos a Doraemon como ayudante del alcalde, a Suneo como cocinero en un restaurante, a Shizuka como auxiliar de enfermería, y a Gigante como carpintero.

Con Nobita deprimido por no encontrar trabajo, uno de sus nuevos amigos, Ranch, le ofrece una granja abandonada para que pueda contribuir al pueblo. Y aquí, tras una hora larga de introducción y explicaciones en la que prácticamente no tocaremos los joysticks del pad, empieza el juego propiamente dicho: Nobita se ha convertido en granjero.

En un principio, a los mandos, Doraemon: Story of Seasons no ofrecerá mucha novedad al jugador de este tipo de juegos. Podremos plantar semillas, que crecerán tras varias jornadas siempre que las reguemos cada día, claro está. Cada tipo de fruta o verdura tendrá un tiempo de crecimiento, donde los nabos dan fruto a los 5 días, y el trigo a los 15, pero sin embargo este último no necesitará un replantado una vez lo cosechemos.

Cada fruto que recojamos podrá -y normalmente deberá- ser vendido dejándolo en una caja destinada a tal menester y que Doraemon recogerá puntualmente todos los días a las 6 de la tarde. La mayoría de las acciones costarán un punto de aguante, por lo que en nuestras manos estará gestionar cada uno de los hasta 100 puntos que pueden aguantar Nobita. En caso de quedarnos con poco aguante, podremos utilizar medicinas que lo restauren, o pegarnos alguna siestecita de vez en cuando -muy de vez en cuando, por cierto- para recuperarlos.

¿Que toca siestecita en medio del pueblo? Nobita no tiene vergüenza alguna.

Al vender nuestras cosechas, ganaremos dinero que podremos ir gastando en nuevas semillas, cuyo fruto a su vez volveremos a vender y, posiblemente, ya podremos aventurarnos a comprar algún animal. Los animales necesitan de forraje y cierto cariño, pero a cambio, puedes vender su leche o huevos casi cada día. Y así, el número de trabajos a realizar en la granja cada vez aumentará más, teniendo que saber gestionar aún mejor nuestros puntos de aguante.

Para ayudarnos a ello podremos mejorar nuestras herramientas. Estas mejoras, al contrario que en otros juegos como el mencionado Stardew Valley, no nos harán ahorrar puntos de aguante, sino tiempo. Podremos cargar un número cada vez mayor de puntos de aguante para utilizarlos con una misma acción. Por ejemplo, si una hacha de cobre permite cargar 2 puntos de aguante, el número de hachazos para cortar un árbol se reducirá a la mitad, pero, sin embargo, el aguante utilizado será el mismo.

Esto nos permitirá tener más tiempo para realizar otras acciones que no utilicen aguante -la pesca, por ejemplo-, o para recuperar el propio aguante mediante siestas. El problema en este sentido es que Doraemon: Story of Seasons necesita de mucho grindeo en general, ya que las mayores actualizaciones son especialmente caras. Y al contrario que en otros juegos del género, no vamos a obtener herramientas que automaticen las cosechas, de forma que todo va a continuar siendo manual, lo que acaba haciéndose algo monótono.

Tendremos festivales a lo largo de los meses.

Donde sí ganaremos ciertas ventajas serán en otras herramientas no relacionadas con el labrado en sí. Recordemos que al final, esto es Doraemon, y sabemos que el bolsillo del gato cósmico está lleno de herramientas para todo tipo de tareas. Por desgracia, se perdieron prácticamente todas en el aterrizaje en el nuevo mundo, así que poco a poco nos tocará ir encontrándolas. Por ejemplo, una vez tengamos la puerta mágica podremos ir moviéndonos por el mapa sin necesidad de patearlo todo.

La forma de mejorar las herramientas será, casi siempre mediante minerales. ¿Y dónde se obtienen estos? En la mina, obviamente. Cerca de nuestra granja tendremos una mina con distintas plantas donde podremos ir a picar dichos minerales. Las plantas no diferiran prácticamente unas de otras, pero se cargará de distintos minerales proceduralmente y tendremos que ir cavando para conseguir un número importante de estos para ir mejorando herramientas o ampliando nuestros edificios. De nuevo, el número de minerales necesarios para casi todo es especialmente alto, y muchos no tardarán en utilizar ciertos exploits fáciles de intuir para obtener dinero fácil.

Donde el juego realmente brilla es en el apartado visual. Doraemon: Story of Seasons es precioso. Con un estilo acuarela, tendremos postales increíbles en los distintos escenarios que recorramos. Fácilmente, una de las mejores cualidades del juego, y una decisión totalmente acertada que además casa con el tono anime del juego y la serie. Sin duda es algo a reseñar y que no nos dejará indiferentes.

No solo el pueblo nos atraerá de forma visual, sino que este también estará habitado por diferentes personajes con los que podremos entablar cierto grado de amistad. Hablaremos con ellos, les haremos regalos y, en general, iremos interaccionando para tener cada vez una relación más cercana con cada uno. Esto nos proporcionará diversas ventajas, como regalos suyos o mejores precios en las tiendas.

Estos habitantes tendrán personalidades bastante definidas y distintos gustos, lo que hará que tengamos que estrujarnos un poco la cabeza para saber qué regalos son más efectivos con cada uno de ellos. Con algunos será bastante explícito -a la loca de los peces le gustan los peces, al loco de los bichos le gustan los bichos-, otros serán más sutiles y tendremos que hablar bastante con ellos y sus familiares para enterarnos de sus gustos.

¡Hemos atrapado una cucaracha! Qué… ¿bien?

Por último, y para ir acabando, no podemos reseñar un juego de gestión de granja sin hablar de los festivales. Varias veces al mes se celebrarán ciertos festivales donde la gente del pueblo se reunirá y en los que podremos decidir participar o no. Tendremos festivales de cosecha o de disparos -curiosa la jugabilidad de estos- a final de cada mes, y algunos distintos a mediados. Por desgracia, esta variedad que aportan los días festivos se pierde un poco con los comentarios de los habitantes del pueblo, que en todos los festivales, sea la estación que sea, comentan las mismas líneas. Al final hablaremos con ellos por mejorar nuestra relación con cada uno de los personajes, pero esto resulta en una indiferencia constante hacia lo que nos tienen que decir.

En general, Doraemon: Story of Seasons es un buen juego de gestión de granjas con un genial estilo artístico. Notablemente inferior a otros juegos de la competencia, pero si uno es fan de la licencia, lo disfrutará, aunque quizás esta quede un poco desaprovechada -un juego de granjas posiblemente no es lo que busca de primeras el fan de Doraemon-. Aún así, un juego interesante.

 


Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por PR Garage