Ha llegado el momento de adentrarnos en el mundo de Athia. El momento de ponernos a los mandos de Forspoken, un título que ha dado mucho de lo que hablar durante los últimos meses. El misterio en el que nos envolvían sus vídeos, las extrañas sensaciones que la demo dejó en muchos usuarios, lo llamativo de ver cómo una chica de Nueva York se veía obligada, prácticamente sin previo aviso, a sobrevivir en un lugar que parece sacado de cuentos de hadas. El título de Square Enix llega a las tiendas el próximo 24 de enero, pero ya podemos contaros qué nos ha parecido y todo lo que puedes esperar del nuevo RPG de acción y mundo abierto de la legendaria compañía nipona.

Forspoken

Un día estás en Nueva York…

Un viaje inesperado

No vamos a entrar en demasiados detalles porque no queremos arruinarle la historia a nadie, pero para que os sirva de contexto, os diremos que la protagonista, Frey Holland, es una chica que no ha tenido demasiada suerte en la vida. Su pasado es tormentoso, el presente es convulso —busca la manera de salir adelante y no suele acertar a la hora de tomar un camino— y, ciertamente, el futuro no parece ser demasiado esperanzador para ella. En cualquier caso, para no irnos por las ramas, debéis saber que Frey suele meterse en problemas, pero no es capaz de imaginar lo que el destino tenía escrito para ella…

Como os decíamos, podéis leer tranquilos porque no vamos a revelar nada sensible. Lo único que debéis saber es que de un día para otro, por razones que ya descubriréis en cuanto lo juguéis, aparece en un lugar de esos que uno ve y no es capaz de creer que pueda existir. Un mundo rebosante de magia, bello como él solo, moldeado con formas sinuosas y repleto de peligros. Es el mundo de Athia, y cualquiera que se despierte un día en él pensará que ha sido teletransportado a otro planeta, porque todo lo que alberga escapa de los límites de la lógica.

Forspoken

Aunque podemos definir a Forspoken como un RPG de acción y mundo abierto, tampoco es una locura hablar de que estamos ante un sandbox. Athia es inmenso —hacednos caso, es mucho más grande de lo que imagináis— y está repleto de cosas por hacer. Porque más allá de las misiones de historia, que son las que más empaque narrativo presentan, hay un sinfín de actividades secundarias como los Desvíos (misiones opcionales), pequeños eventos que aportan detalles al universo, secretos por encontrar, Monumentos que debemos visitar para recibir habilidades pasivas, lugares emblemáticos que podemos fotografiar, unas torres en cuyo interior hay un laberinto a modo de pequeña mazmorra en la que espera un jefe final… En fin, la lista es interminable.

Por supuesto, hay que decirlo todo: algunas actividades son mucho más interesantes que otras y hasta hemos encontrado alguna que otra misión principal con problemas de ritmo. Ya que más de una tiende a caer en la repetición y las recompensas por completarlas no son precisamente un gran incentivo. No obstante, Forspoken tiene algo de lo que carecen otros títulos similares, y no es otra cosa que la adicción que crea en el jugador; la rapidez con la que se sucede todo, la agilidad de Frey al desplazarse y esa necesidad de hacernos con todo tan característica de muchos plataformas de los 90 dan lugar a una experiencia que divierte y engancha.

Insistimos de nuevo: el mundo es gigantesco. No es necesario compararlo con el de otros juegos porque podría llevar la confusión, pero no creemos que sea mucho más pequeño que el escenario de Inmortals Fenyx Rising o Elden Ring, por citar dos ejemplos. La belleza que irradia en cada una de sus regiones, la diversidad de biomas y el hecho de contar con una ambientación fascinante también ayuda a que esos jugadores que a menudo acaban cansados de las mecánicas habituales del género sientan deseos de seguir explorando. Eso sí, la valoración final del conjunto queda sujeta al gusto que cada uno tenga por jugar de manera completista. En nuestro caso, ya sabéis que somos de esos que hasta intentamos desbloquear logros y trofeos, así que…

Sistema de combate: diversión por bandera

Si hay un apartado en el que Forspoken brilla con luz propia —más allá de ciertos elementos del mundo y la dirección de arte sobre los que hablaremos más abajo— es, sin lugar a dudas, el sistema de combate. Cuando tuvimos la oportunidad de probar la demo, y aunque es cierto que la experiencia nos dejó un poco fríos, hubo algo que nos quedó muy claro: las batallas eran divertidas y eso es algo muy importante en un título en el que si algo abunda, son los enemigos.

Durante los primeros compases del juego apenas podemos realizar algunos ataques y todo está pensado para que vayamos acostumbrándonos a los movimientos básicos: esquivar, aprovechar el parkour mágico para desplazarnos y comprender cómo funcionan los poderes. Sin embargo, en cuanto avanzamos un poco, desbloqueamos nuevos hechizos y mejoramos los que ya tenemos es justo cuando confirmamos lo que en su momento pensamos al probarlo.

Porque el título de Square Enix ofrece una buena dosis de acción en prácticamente cada lugar en el que nos encontremos. No importa si estamos inmersos en una misión de la historia principal, cualquiera de sus actividades secundarias o explorando libremente el vasto mundo de Athia; los enemigos acechan en cada esquina, y algunos son realmente temibles. Es por eso que era muy importante ofrecer al jugador un sistema de combate dinámico, ágil y capaz de lograr que luchar sea un acto de diversión en lugar de un tedio innecesario.

Los hechizos destacan por su variedad y son muy divertidos de usar gracias a los gatillos adaptativos del DualSense de PlayStation 5 son muy divertidos de usar. Los hay de todo tipo: proyectiles, escudos, trampas mágicas… Frey cuenta con una generosa oferta de movimientos y si sumamos eso al elevado ritmo de las peleas, la movilidad que nos brinda el parkour y el despliegue técnico que hace posible desatar un auténtico espectáculo en pantalla, el resultado no es otro sino uno de los puntos fuertes de Forspoken.

Una cosa que nos ha gustado mucho es que el extenso árbol de habilidades, en el que podemos aprender nuevos poderes y mejorarlos, cuenta con una pestaña en la que se nos propone participar en desafíos de combate. Por ejemplo, el hechizo explosivo cuenta ofrece retos como golpear a 45 enemigos por la espalda o acabar con enemigos vulnerables a dicho ataque de un solo golpe, y si somos capaces de completarlos podemos acceder a una mejora exclusiva. Es muy adictivo superarlos y cambiar al siguiente, pues solo así tenemos la oportunidad de alcanzar el máximo potencial.

Mención especial merecen los jefes finales, que protagonizan peleas épicas y exigentes, de esas en las que uno acaba exhausto. Pero no solo ellos; los Mutantes también son muy interesantes, ya que son jefes opcionales que podemos encontrar en puntos fijos del escenario. Algunos son exclusivos, mientras que otros son versiones alteradas —y mucho más peligrosas— de otros enemigos a los que ya conocíamos. Derrotarlos es muy recomendable si queremos obtener una jugosa recompensa, aunque no siempre es posible acabar con ellos en el primer encuentro debido a que es probable que todavía no seamos lo suficientemente fuertes. En estas peleas es necesario poner en práctica todo lo aprendido durante el viaje, ya que los rivales pueden borrarnos del mapa en cuestión de segundos.

Dirección de arte y apartado gráfico se dan la mano para concebir un aspecto visual impresionante.

Una experiencia de nueva generación

El debate sobre si un videojuego podría haber llegado a consolas de la pasada generación, algo habitual durante los últimos meses, siempre está servido. Y en este caso, tenemos claro que la experiencia que nos proporciona Forspoken solo era posible centrándose en el nuevo hardware. Más allá de la elección entre los modos calidad, trazado de rayos y rendimiento —nosotros os recomendamos encarecidamente apostar por este último—, hay algo por lo que el título de Luminous Productions brilla con luz propia: el espectáculo visual que pone en pantalla en cada combate. Efectos mágicos, cantidad de partículas, luces y sombras… Si a eso le sumamos el ritmo endiablado con el que se sucede la acción, tenemos claro que es más que suficiente para considerar que estamos ante una auténtica experiencia de nueva generación.

Si nos ceñimos estrictamente al apartado gráfico, es cierto que todavía estamos lejos del techo gráfico al que llegaremos en el futuro, y con algún que otro recorte, no sería una locura pensar en una hipotética versión para PlayStation 4. Sin embargo, del mismo modo que hemos visto en innumerables juegos, la dirección de arte se encarga de brindarnos una cantidad de momentos para el recuerdo, ya que la cantidad de estampas preciosistas que nos deja el mundo de Athia es impresionante. Forspoken es un producto muy cuidado en el plano visual y sus escenarios presumen de personalidad propia, y aunque es cierto que elementos como el bestiario no es tan extenso como nos gustaría, es una experiencia que merece la pena disfrutar solo por recorrer su vasto mundo.

Además, a los mandos tenemos que destacar el acertado uso del DualSense: la función de altavoz para algunas conversaciones y efectos, la vibración háptica a la hora de sentir el terreno por el que nos movemos gracias al parkour mágico y, por supuesto, los gatillos adaptativos, aprovechados de forma brillante en lo que a los combates se refiere, ya que muchos de los hechizos que podemos ejecutar cuentan con un disparo secundario y tanto la experiencia como las sensaciones al tacto varían mucho dependiendo de si lanzamos un solo proyectil o preferimos cargar un ataque más poderoso. En resumidas cuentas, podemos decir que estamos ante un juego que se disfruta mucho a los mandos.


 Este análisis ha sido realizado en PlayStation 5 mediante una copia cedida por PLAION