Ghost of a Tale fue la culminación de 5 años de duro trabajo casi en solitario de Lionel «SeithCG» Gallat, un ex-animador de Dreamworks de origen francés, que se lanzó a la aventura con la intención de dejar su huella en el mundo del videojuego, lanzando una campaña de crowdfunding en el portal Indiegogo, Después de conseguir la financiación del proyecto, y previo paso por una etapa de Early Access en Steam, el juego vio la luz en su versión final en 2018 para PC, con un desembarco en consolas -PlayStation 4 y Xbox One- un año después. Ahora llega el turno de la consola híbrida de Nintendo, que recibe un título que sorprende por su apartado artístico y por cierta exigencia técnica para ser un indie.

Nuestra aventura estará protagonizada por un ratón, y cuenta con una historia y ambientación que, según el creativo francés, se inspira en clásicos films de los 80 como Nimh, el mundo secreto de la Sra. Brisby o Cristal Oscuro. La historia nos presenta a Tilo, un ratón bardo, encerrado en una celda de las mazmorras de la fortaleza de Altos Derruina por una acusación de deslealtad al régimen establecido. A su esposa Merra también la han apresado pero no sabemos dónde está, y nuestro objetivo será acompañar a Tilo en su misión de localizar a su esposa y huir de la fortaleza.

Lo que parece una historia sencilla se acaba convirtiendo en una trama algo más compleja gracias a los NPCs que nos encontraremos en la fortaleza, y a una narrativa que nos irá desvelando poco a poco la información necesaria para hacernos una idea de nuestra situación y la del entorno que nos rodea. El juego es rico en texto por la cantidad de libros y diarios que nos encontraremos, además de la inclusión de una de las mayores innovaciones en un juego con ventanas de diálogo: Las notas de pie. Este elemento consiste en tocar una palabra resaltada en un diálogo para desplegar una pequeña ventana a la derecha que nos da una descripción detallada sobre el lugar, personaje o significado de la palabra. De esta manera se «quita paja» de las conversaciones con los personajes, haciendo unos diálogos más fluidos.

Tilo, para huir con Merra de la fortaleza, deberá encontrar a un desconocido llamado Silas y realizar unas tareas para él. La mayor parte del juego consiste en completar misiones. El juego cuenta con más de 50 de ellas, la mayoría secundarias, aunque perfectamente integradas en la historia y bastante amenas, y que otorgarán a Ghost of a Tale una duración de entre 15 a 20 horas en función de lo completistas que seamos. Respecto a la jugabilidad hay que destacar algo muy importante, el juego no tiene combates, está 100% enfocado al sigilo y a la infiltración.

Nuestros enemigos son ratas que nos doblan en tamaño, aunque no en inteligencia. Estas ratas tienen unas rutas de patrulla establecidas y el que nos descubran se basa en la su visibilidad y en el ruido que nosotros provoquemos. Si hacemos ruido o somos vistos aparecerá un rombo que se irá llenando en función de la cantidad de ruido que hagamos, la velocidad a la que nos movamos y cuando entremos en el campo de visión del enemigo, si este rombo se llena, el enemigo será plenamente consciente de nuestra presencia y nos perseguirá para atacarnos, lo cual habrá que evitar, pues de pocos golpes Tilo morirá y tendremos que continuar desde nuestro último guardado.

Como hemos dicho, no podremos luchar contra las ratas, pero sí podremos incapacitarlas por unos instantes lanzándoles algunos objetos que encontraremos en el escenario. La mecánica principal de sigilo será avanzar lentamente aprovechando cualquier ventaja que el escenario nos proporcione, y ocultarnos del enemigo usando canastos, cofres, barriles, etc. A las mecánicas de infiltración y sigilo que rigen el juego, se le une la exploración, la cual es muy necesaria y satisfactoria por lo útil que resulta para dar coherencia a un entorno muy bien interconectado y que iremos descubriendo conforme avance nuestra aventura.

A la hora de afrontar nuestra odisea, el juego no nos pondrá las cosas fáciles, no contamos con ninguna flecha o brújula que indique el objetivo, tampoco habrá tutoriales ni se nos explicará más que las mecánicas básicas de movimiento, todo vendrá dado por la narrativa o la experimentación. El juego lo más críptico e inmersivo posible minimizando la intrusión de elementos del HUD. Solo se puede guardar la partida usando los escondites o se autoguardará tras hablar con un personaje, y para explorar la fortaleza y sus alrededores sin perdernos necesitaremos encontrar mapas o comprarlos a cierto NPC. Con estas condiciones, la exploración y la observación cobrarán una importancia capital, pues tendremos que encontrar por nosotros mismos las soluciones a los dilemas que se nos vayan planteando, algo que puede ser tan frustrante cuando nos atascamos como satisfactorio cuando damos con la solución.

Como en sus otras versiones, a primera vista, el juego parece técnicamente una maravilla, aprovechando bastante bien el motor gráfico Unity y mostrando un resultado muy convincente. Texturas, iluminación y animaciones han recibido un necesario recorte por las diferencias de potencia entre los distintos sistemas, aunque sigue manteniendo un acabado bastante alto para ser un título independiente. Donde sin duda el título brilla con luz propia es en el apartado artístico, aquí se nota en bagaje del creador como animador de películas de animación, y se ha recreado el juego entero como si fuera una de ella, con un nivel de detalle y buen gusto muy alto.

En lo referente al apartado sonoro, este es casi anecdótico. Los efectos de sonido cumplen con su cometido dando mayor atmósfera a las zonas que exploramos, los diálogos no cuentan con voces -tampoco las necesita- y la música ambiental es escasa, y sobre todo enfocadas a los momentos donde somos descubiertos. Los momentos en los que brilla sin duda alguna es cuando Tilo toca su laúd «cantando» algunas canciones compuestas para algunos personajes de la fortaleza.

Ghost of a Tale era un juego notable en sus versiones anteriores y esta gran conversión lo sigue siendo. Las diferencias más grandes que encontraremos son las de índole técnico, con los pertinentes recortes, donde quizá sea el de las animaciones el que más notaremos si hemos probado el juego en otra plataforma anteriormente. En cuanto a sus virtudes, su énfasis en la exploración, su interesante narrativa, su variedad de situaciones, la forma en la que el juego deja que el jugador descubra todo sin acompañarlo de la mano, todo está ahí, sin embargo esta versión comete también los mismos errores, como la insuficiente IA enemiga de la que podremos escapar con el simple hecho de correr y escondernos en uno de los múltiples puntos para ello, o lo sumamente críptico que es todo, que según el tipo de jugador y su paciencia, puede pasar de ser una virtud a ser un problema.

Aunque si no hemos jugado a ninguna de las versiones previas, y nos gustan los juegos cuya propuesta sea la exploración, la infiltración, y el sigilo, la obra de Lionel «SeithCG» Gallat es perfecta para pasar un buen rato acompañando a Tilo en su aventura, y deleitarnos con su mundo, muy bien construido, y que nos gustaría que tuviera en el futuro algún tipo de continuidad.

 


Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Plug In Digital