En febrero de 2020 se anunció oficialmente el desarrollo del remake de Gothic, el clásico de Piranha Bytes para PC y consolas de nueva generación -Xbox Series X|S y PlayStation 5-. Con este remake a cargo del estudio barcelonés Alkimia Interactive, THQ Nordic busca impulsar la conocida franquicia de Piranha Bytes que lleva bastante años en barbechoGothic 3 es de 2006 y Arcania: Gothic 4 de 2010 aunque este último esta considerado un spin-off desarrollado por otro estudio y que de Gothic tiene el nombre y poco más-. Pero con el remake en camino no acaba la revitalización de la franquicia, sino que además Nintendo Switch ha recibido una versión del Gothic original levemente mejorada, que es el título que nos ocupa.

Antes de entrar a ver las particularidades de esta versión para la consola híbrida de Nintendo y para el lector al que Gothic le suene más a un estilo artístico o a un género musical que a un videojuego, hay que decir que Gothic es un RPG de acción de mundo abierto desarrollado por el estudio alemán Piranha Bytes en 2001. Es justo decir que el juego funcionó bastante bien y supo hacerse hueco entre los grandes RPGs de acción occidentales de la época, particularmente por su enfoque en la exploración, la narrativa no lineal y su mundo abierto de fantasía oscura bastante bien construido.

Gothic nos emplaza en el reino de Myrtana que es azotado por una guerra entre humanos y orcos. La aventura comienza con el protagonista siendo enviado a una colonia penal minera poblada por prisioneros y reclusos que se encuentra aislada del exterior por una barrera mágica. Pronto nos daremos cuenta de que la colonia está amenazada por una secta que busca liberar al Durmiente, un antiguo ser demoníaco. A lo largo del juego, deberemos unirnos a una de las tres facciones: el viejo campamento, el nuevo campamento o la secta, y enfrentarnos a las crecientes amenazas mientras exploramos un territorio muy peligroso donde tendremos que interactuar con otros personajes y tomar decisiones que afectarán el devenir de la historia.

Muchos de los elementos que presentó Gothic en 2001 los vemos como algo común hoy en día en otros RPG occidentales de acción, pero en su día, su profundidad y su desarrollo no lineal sorprendió a propios y extraños. La importancia del lore y las relaciones entre nosotros y las facciones y las de estas entre ellas estaba a un nivel narrativo muy alto. Un mundo abierto pero acotado ayudaba a focalizar la exploración, y el desarrollo del personaje era necesario y dependía totalmente de nosotros, con una curva de aprendizaje exigente pero grata conforme avanzábamos. En definitiva Gothic es un título pionero en muchos de sus elementos que ha servido de influencia en muchos títulos posteriores.

Como novedades de esta versión, se han corregido una larga lista de bugs y glitches -a pesar de que aún queden bastantes-, se ha adaptado el esquema de control del juego al control por mando de una forma totalmente efectiva -al contrario que el juego original cuya compatibilidad con el control por mando es muy limitada y problemática- y se ha adaptado la interfaz a ello -relativamente-. También se ha añadido control por movimiento usando los joy-con aunque el resultado no es tan confiable como el control estándar, y en cuanto al apartado técnico se han aplicado filtros y una mayor definición, aunque apenas se han trabajado las texturas. A nivel de desarrollo, Piranha Bytes ha hecho algunos ajustes en mazmorras y algunas modificaciones jugables para mejorar la experiencia.

Valorar Gothic Classic no es una tarea sencilla, y todo dependerá del enfoque del usuario. Si nos aproximamos al título considerándolo la recuperación de la primera entrega de una franquicia que esta en proceso de revitalización, a modo de homenaje, y que se busca la mayor fidelidad al producto original con las mínimas mejoras de calidad de vida, pues definitivamente esta versión cumplirá nuestras expectativas y aún más, pues con todos los bugs y glitches de la versión de PC que Piranha Bytes ha solucionado en esta versión, además de una mejor implementación del control por mando -pésimo en la versión original-, podemos decir que estamos ante la versión más depurada del juego.

El problema viene si nuestro interés en Gothic se basa puramente en el juego y en querer disfrutar de la aventura sin que la nostalgia cuente para nada. En este caso vamos a encontrar un título técnicamente muy desfasado, con un control arcaico -el propio juego de 2001 sufría de unos movimientos muy toscos-, y aún con fallos que no van a ayudar para nada a sumergirse en su historia y su desarrollo, lo único que a día de hoy mantiene el tipo. Para este tipo de usuario la leve mejora en filtros o resolución, y la implementación efectiva de un control por mando, además del control por movimiento, no va a ser suficiente y no va a salvar la experiencia.

Con estas dos premisas el jugador deberá elegir si disfruta de la experiencia original en su Nintendo Switch -o en el original de PC- o si espera la salida del remake el año que viene para jugar esta aventura en otro sistema aunque de forma más competente. Nosotros, como perros viejos que somos, vamos a dejarnos llevar por la nostalgia y darle más peso a lo que este juego supuso para su género que a lo mal que haya podido envejecer. Y a poco que nos interese revivir aquella obra pionera en muchos elementos que otros títulos posteriores tomaron como dogma del género, esta es una muy buena oportunidad.