Una de las tendencias más candentes actualmente en el mundo del videojuego es la de traer juegos del pasado en forma de remakes o remasterizaciones. Para algunos es una demostración del estancamiento creativo, una forma perezosa de seguir exprimiendo la vaca sin demasiado esfuerzo, pero para mi supone una importante democratización del retro. Que cualquier persona tenga acceso inmediato a una colección de clásicos en las plataformas actuales, sin tener que tener que comprar hardware obsoleto ni tener que pagar dinerales en la segunda mano, es un privilegio que hace unos cuantos años nos parecía algo impensable.

En esta ocasión la saga cuyo regreso tenemos que celebrar es Grandia, cuyas dos primeras entregas han sido remasterizadas y se ponen a disposición del publico en forma de colección en alta definición. Esta colección, en honor a la verdad, ya estaba presente en Steam y en Switch, plataformas para las cuales ya se publicó hace algunos años. Ahora ha llegado el turno de PlayStation 4 y Xbox One -y de PlayStation 5 y Xbox Series por obra de la retrocompatibilidad- en un relanzamiento que no incorpora novedades con respecto a lo que ya pudimos jugar en PC y en la híbrida de Nintendo.

Para esta colección se han recuperado, como decimos, los dos primeros juegos de la saga Grandia. Ambos se presentan idénticos a sus versiones originales del año 1997 y del año 2000, con un pequeño lavado de cara técnico que implica la lógica subida de resolución, la adaptación al formato panorámico, el filtrado y mejora de los sprites y del arte de los menús, mayor nitidez en las secuencias FMV o la corrección de glitches y exploits presentes en las versiones originales. No hay ningún tipo de mejora de calidad de vida -tal y como podría ser la posibilidad de aumentar la velocidad de los combates- que suavice algo las asperezas de dos juegos que ya tienen más de dos décadas a sus espaldas

El primer Grandia fue publicado originalmente para Sega Saturn en el año 1997 y posteriormente fue porteado a PlayStation en 1999. Esta remasterización está basada en la versión publicada para PlayStation, por lo que gran parte de los problemas de dicha versión continúan presentes. Grandia sacaba partido del particular hardware de Sega Saturn y en su conversión a PlayStation se quedaron por el camino algunos efectos gráficos, mientras otros vieron empeorar su calidad. En todo caso, se trata de un problema menor, pues la versión de Sega Saturn se quedó en Japón, así que la forma en la que prácticamente todos en Occidente conocimos este juego fue con los pequeños sacrificios realizados para el porteo a PlayStation, y que se ve francamente compensado por todas las mejoras que conlleva esta remasterización a nivel de calidad visual,

Grandia, además, es un juego particularmente recomendable por lo especial que resulta en comparación con los demás juegos de la época. A mediados y finales de los años 90 el anime y los videojuegos estaban dominados por las historias oscuras y los protagonistas con pasado enigmático y grandes traumas. Grandia no sigue esta tendencia y nos presenta la historia de Justin, un optimista chico de 14 años cuyo sueño es convertirse en un gran aventurero. Y eso es lo que es Grandia en resumidas cuentas: el viaje de Justin hacia la madurez al mismo tiempo explora los confines del mundo y descubre lugares y secretos de antiguas civilizaciones olvidadas hace siglos. Pocos juegos más encantadores, alegres y nostálgicos podemos encontrar en el catalogo de los 32 bits.

La segunda entrega de la saga, Grandia 2, tuvo una trayectoria similar. Inicialmente fue publicada en Sega Dreamcast y fue posteriormente llevada a PlayStation 2 con un port que dejó bastante que desear. Asimismo, el tono del juego dio un giro radical y, al contrario de lo ocurrido con Grandia 1, se abrazaba la tendencia de la época presentando una historia que quería ser más madura presentando como protagonista a un mercenario de malos modales, con un pasado repleto de traumas e inicialmente involucrado en los acontecimientos de la historia -intentar detener el regreso de un antiguo Dios de la oscuridad derrotado siglos atras- por simple egoísmo. Puede que sea más convencional que la primera parte, pero también es un juego con una historia interesante y un sentido del humor bastante más canalla y atrevido.

Ambos juegos presentan un sistema de combate muy similar. Se trata de un sistema a medio camino entre los turnos y el tiempo real, en el que todos los participantes -tanto tus héroes como los enemigos- rigen sus acciones gracias a una barra compartida en la parte inferior de la pantalla. Cada personaje tiene un icono que se desplaza por dicha barra a diferentes velocidades y, tras llegar cerca del final de la barra, podemos seleccionar la siguiente acción que ejecutará dicho personaje, la cual no se ejecutará hasta que su icono llegue al final.

La gracia del sistema radica en que el icono, dependiendo de la acción a ejecutar, puede tardar más o menos en recorrer la ultima porción de la barra y los personajes se vuelven más vulnerables en ese «tiempo de lanzamiento» entre la selección y la realización de una acción, por lo que esta vulnerabilidad puede ser explotada para retrasar o anular la acción que se estaba intentando llevar a cabo. Así, por ejemplo, si un enemigo está preparando un ataque y conseguimos golpearlo antes de que pueda lanzarlo podemos hacer que tarde una infinidad en llevar a cabo su acción o cancelársela y devolverlo al inicio de la barra.

Es un sistema que pica por lo estratégico que resulta, obligándonos a planificar y ejecutar nuestros movimientos a la perfección si queremos salir con vida de los combates contra los jefes finales. Es, además, un sistema de combate del que posteriormente han bebido numerosos JRPG, pero pocos han conseguido llegar al grado de perfección del que hacen gala los juegos de la saga Grandia.

Este sistema de combate, unido a lo especial de la narrativa o lo bien desarrollados que están los personajes, hace que en 2024 merezca totalmente la pena sumergirse en la saga Grandia, pues ambos juegos, si bien con aristas y ya demasiado clásicos en algún aspecto, se mantienen totalmente vigentes y, aunque hayan quedado un tanto olvidados para el gran público, forman parte indiscutible de cualquier top del JRPG y son imprescindibles para cualquier interesado en el género. Ambos os ofrecerán un viaje que nunca vais a poder olvidar.