18 años han pasado ya desde la salida de Mafia: The city of Lost Heaven, un juego que gracias a una excelente narrativa y su particular visión del mundo del hampa, no tardó en convertirse en un auténtico juego de culto que habitualmente salía a relucir cada vez que se hablaba de los mejores juegos de aquella generación. En aquella ocasión, la encargada de darle vida al juego fue Illusion Softwork -actualmente renombrada como 2K Czech-, liderada por un jovencísimo Daniel Vávra, al que también conocemos por su otra gran obra más reciente: Kingdom Come Deliverance.

El tiempo pasó y, tras dos nuevas entregas de la saga, este mismo año se anunció un remake del primer Mafia para alegría de todos los fans de aquel juego. En esta ocasión la tarea de trasladar aquel juego hasta los tiempos actuales ha sido Hangar 13, cuya única experiencia en el mundo de los videojuegos había sido la de desarrollar también la tercera entrega de la franquicia. ¿Estará Mafia: Edición Definitiva a la altura de su propia leyenda? Mostrad vuestros respetos al Don y acompañadnos para descubrirlo.

Nos situamos a principios de los años 30, en la ciudad ficticia de Lost Heaven -aunque claramente inspirada en Chicago-. Encarnaremos a Tommy Angelo, un don nadie que malvive trabajando como taxista, hasta que en una de sus rondas nocturnas se cruza con los subordinados de Don Sallieri, uno de los capos de la mafia más importante de la ciudad, a los que ayuda a huir. Tras aquel encuentro y algunas desventuras más, Sallieri ofrece a Angelo formar parte de «la familia», donde le prometen una buena vida pero sin tener del todo claro el precio que tendrá que pagar.

Al igual que en el juego original, lo que nos vamos a encontrar aquí va a ser un sandbox de acción en tercera persona. En esta ocasión no nos va encontrar un sandbox en el sentido habitual de la palabra, no hay misiones secundarias ni libre albedrío, eso es algo que queda reservado para el modo libre en el que podemos ir a donde nos plazca. La ciudad de Lost Heaven no es más que otro elemento interactivo al servicio de la trama, en la cual recae todo el peso y atractivo de Mafia. Tendremos que conducir de allá para acá, pero siempre sin salirnos del camino marcado para llegar hasta nuestro destino.

La recreación de Lost Heaven es sencillamente espectacular, una ciudad totalmente viva que refleja fielmente la década de los 30, tanto en su estética como en la sociedad representada. Tal es el nivel de mimo y detalle que incluso se ha optado por mantener el mismo mapa exacto de la entrega original, no falta ni sobra ninguna calle o rincón conocido por los que jugaron en su día.

A lo largo de los 20 capítulos que conforman el juego veremos la escalada de Tommy desde lo más bajo de la sociedad hasta casi convertirse en la mano derecha del Don. Una vez más, el respeto por el juego original está totalmente presente, y es que todos los momentos y escenas que se nos quedaron grabadas en la memoria en el 2002 siguen aquí, igual de fieles e incluso en ocasiones, mejoradas.

Y es que esa es la magia de Mafia: Edición Definitiva, que todo es igual pero a la vez es diferente. Los jugadores clásicos verán aquí una puesta a punto del juego que ya disfrutaron en su momento, mientras que los nuevos jugadores encontrarán una nueva entrega distinta pero sin diferir demasiado de la materia prima utilizada. Por decirlo así, Mafia: Edición Definitiva es al juego original lo que Black Mesa al primer Half-Life.

El gran punto fuerte de Mafia es su narrativa, que es absolutamente brillante. A esta inmersión ayuda la maravillosa trama, perfectamente construida y totalmente adictiva. En todo momento querremos jugar un poco más para ver cómo evoluciona la historia, llena de escenas de acción, giros de guion y traiciones, todo ello potenciado gracias a una magnífica dirección de escenas que hace que en ocasiones casi nos parezca estar viendo una película de Scorsese. Hay que tener en cuenta que debemos ver este remake bajo el prisma de su época, cuando los juegos narrativos no eran algo tan extendido y llegó Mafia para sentar cátedra. Evidentemente han pasado 18 años desde aquello y los juegos narrativos o cinematográficos han evolucionado mucho, por lo que quizás a día de hoy no nos parezca tan asombroso como nos pareció en su momento.

Ya metidos de lleno en la jugabilidad, los vehículos serán una parte importante de la misma, ya que aunque los viajes entre misión y misión se pueden omitir, no querremos hacerlo debido a la belleza de Lost Heaven y las magníficas vistas que nos ofrece. El control de los vehículos es duro y tosco, nada que ver con la conducción arcade que suelen tener otros sandbox, pero esto es algo desarrollado de manera deliberada para emular las físicas y el comportamiento de los coches de la época. Por supuesto, aquí también tendremos las carreras en el circuito, que en el juego original ya tenían fama de ser una de esas misiones más recordadas por los jugadores a causa de su dificultad y el manejo de los coches.

El gunplay sin embargo no es todo lo bueno que nos hubiese gustado. El apuntado es lento e impreciso, en especial a la hora de realizar disparos a la cabeza, dificultado aún más por la alta resistencia de los enemigos -lo que comúnmente se conoce como «esponjas de balas». Las coberturas también dejan bastante que desear, pues no cualquier mueble o pared nos sirve para cubrirnos y en ocasiones nos dejan un poco vendidos, además de ser un tanto impreciso a la hora de cambiar de ángulo. Otro importante defecto de los tiroteos es que los checkpoints no hacen que comencemos con la vida entera si morimos, ya que si llegamos a cierto punto con la vida baja, cuando resucitemos seguiremos teniendo esa pequeña porción de vida y hará aún más complicados los tiroteos. Contaremos con regeneración de vida, pero solo hasta cierto punto -alrededor de un 25% de la vida total-, si queremos volver a llenar nuestra barra de salud nos tocará buscar botiquines.

En cuanto al apartado visual, no podemos que aplaudir hasta quedarnos sin manos. Gráficamente es espectacular, mostrándonos uno de los apartados gráficos más brutales de la generación, y eso en parte se debe a que Mafia: Edición Definitiva ha sido desarrollado utilizando una variante del motor gráfico de Mafia III, que ya era bastante potente. Pero no es oro todo lo que reluce y también flojea en algunos aspectos, como en las animaciones de los personajes, algo ortopédicas y poco realistas, al igual que algunos pequeños glitches y bugs poligonales que hemos podido encontrar. Otro de los elementos que me ha molestado bastante es el frecuente tearing que veremos en pantalla, especialmente en cinemáticas, lo que se convierte en algo bastante molesto al menos en Playstation 4.

En cuanto al sonido, la banda sonora contará tanto con canciones licenciadas que escucharemos en la radio como composiciones propias compuestas por Jesse Harlin. Volvemos a tener doblaje al castellano, donde la mayoría del elenco es nuevo pero se mantienen algunos de los dobladores del juego original como las voces de Tommy Angelo, Frank o Sam, todos mostrando un doblaje de alto nivel aunque hay voces más descuidadas que otras.

Mafia: Edición Definitiva es el ejemplo perfecto de cómo hacer un remake totalmente fiel al original pero al mismo tiempo pareciendo un juego nuevo para los fans, moviéndose perfectamente a su antojo entre el conservadurismo y la frescura. Tanto si jugaste al original como si eres una nueva incorporación a la franquicia, este remake te va a parecer material de alta calidad, uno de esos juegos que se quedan en la memoria.

 


Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por 2K games