Help Will Come Tomorrow es uno de esos juegos que llamamos nicho. Su género es el de la supervivencia, pero lo insólito no es eso. Este género se lleva bien con el terror, la fantasía y muchos otros. Pero Help Will Come Tomorrow desecha todas esas ideas para colocarse en una época histórica de lo más interesante: el año 1917 en el ferrocarril Transiberiano, el famoso tren que va desde Moscú hasta Vladivostok. Pero el tren lo veremos bien poco, ya que el juego lo descarrila, y ahí es donde se inicia el grueso del juego, la supervivencia.

Help Will Come Tomorrow es un juego de supervivencia donde manejamos a cuatro personajes, y debemos sobrevivir a un número determinado de día es mitad de Siberia antes de que llegue algún tipo de rescate -si es que llega-. Es un juego duro, que pone a prueba al jugador, y que requerirá de varias partidas para llegar al fondo de la cuestión. En el título el componente principal es la supervivencia, pero también tiene grandes dosis de narración, e incluso de simulador de vida. 

La historia es simple, pero no carece de atractivo. Los personajes hablan entre ellos, los eventos cambian la situación… e incluso deberemos de intentar salir por nuestros propios medios del lugar. Hay una especie de misión final, que será realmente importante para el resultado final. Con esto os quiero decir que a pesar de ser un juego centrado en su jugabilidad, la historia puede resultar interesante, e incluso atraparnos a veces.

Al comenzar no tenemos nada más que unas pocas raciones y varias ramas con las que deberemos construir nuestro primer y más fundamental mecanismo de supervivencia, la hoguera. Para ello deberemos quitar la nieve primero y luego usar algunos de nuestro recursos para montar la hoguera. Cada uno de los trabajos nos cuestan puntos de acción, pero ya entraré en eso más tarde. En el campamento hay de todo: zona para descansar, lugar para la cuarentena, una empalizada y una mesa de trabajo.

Todas ellas requieren construirlas y mantenerlas, cosa a veces nada fácil. Las estructuras pueden ser sólidas o improvisadas, y esta decisión habrá que sopesarla mucho. Si hacemos una estructura sólida, tendrá más calidad, por lo que las herramientas o el descanso que hagamos en ellos será de mayor calidad. Pero también nos costarán más recursos. Sin embargo, una estructura improvisada será más barata pero la calidad de las cosas que hagamos en ella no serán del todo satisfactorias. Por si fuera poco las estructuras puedes llenarse de nieve o incluso destruirse. Aún así, se nota un poco limitado, y más opciones creo que le hubieran venido bien.

En Help Will Come Tomorrow los personajes son tan importantes como las estructuras, podría decirse que a veces más. Siempre disponemos de cuatro personajes, cada uno de ellos con sus puntos fuertes y débiles, además de vitalidad, moral y relaciones con sus compañeros. Todos empiezan con tres puntos de acción –que variarán dependiendo del estado de salud de los personajes-, y cada una de las actividades nos costarán varios de esos puntos. Hacer tareas juntos costará menos puntos, además de que ayudará a confraternizar a nuestros supervivientes. Que se lleven bien es algo fundamental, pero más lo es la moral. Cada personaje tiene su historia propia, y responderá a diferentes estímulos en las conversaciones con los compañeros. 

Que haya cuatro personajes no significa que esos sean todos los que hay. Al comenzar nos tocan personajes aleatorios, y quedaremos atrapados con ellos hasta el final de la aventura. Pero cuando comencemos otra, quizás los personajes cambien. Como ya he dicho la relación entre personajes es importante, pero no solo en términos de juego. La lucha de clases está muy clara en el título, ya que los personajes vienen de estratos muy diferentes de la sociedad. Limpiadores, soldados, anarquistas, revolucionarios… hay de todo. Y por supuesto, en un lugar donde sobrevivir es lo más importante, la casta importa bien poco. Es muy interesante ver las relaciones entre los personajes, y los diálogos están bastante bien escritos.

Los personajes pueden enfermar, tener frío, hambre, depresión, indigestión y otro buen montón de estados alterados. Tendremos que amputar manos congeladas o fabricar un antídoto para un envenenamiento. Aprovecho para comentar algo que no me ha gustado, y es lo injusto de algunas acciones. Después de cazar un conejo, me hice con la carne del animal, cocine un poco y el resto lo deje apartado. Al de dos días la carne se había podrido, y uno de mis personajes enfermó. Que alguien me explique como puede pudrirse una carne a veinte grados bajo cero en mitad de Siberia. Hay ejemplos como este que creo que van más allá del realismo para pasar a la injusticia pura y dura. Lo bueno es que hay tres niveles de dificultad, pero el normal ya supone un reto suficiente. Help Will Come Tomorrow no es nada fácil, y las situaciones injustas no ayudan.

La ultima mecánica que me queda por explicar son las expediciones. Con lo poco que encontramos en el campamento no es suficiente, por lo que la exploración será imprescindible. La exploración es hexagonal, con mecánicas propias y eventos aleatorios. Los materiales varían de una zona a otra, y tenemos que pensar bien las expediciones. En las expediciones también habrá enemigos, ya sea en forma de animales o de las personas que descarrilaron el tren. Deberemos de tener cuidado con ellas. Esas personas también podrán atacar nuestro refugio, pero en las tres partidas que he jugado, si tenemos cuidado con la visibilidad del fuego, no tendremos problemas.

En resumen, Help Will Come Tomorrow es un juego de supervivencia limitado pero bastante interesante. En mecánicas no añade prácticamente nada nuevo, pero su temática lo convierte en algo especial. Creo que debería de ser un poco más justo en algunos de sus eventos, pero en general es divertido de jugar, y los diálogos entre personas tan diferentes entre sí están realmente conseguidos. No es una experiencia tradicional, y la combinación de todos los elementos anteriormente nombrados funciona la mayoría del tiempo.

 


Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Klabater