Hace poco más de un año aparecía en nuestras pequeñas pantallas de Nintendo Switch, la nueva entrega de Monster Hunter, la más que exitosa saga de caza de monstruos desarrollada por Capcom. Monster Hunter: Rise era su título, e incorporaba como principales novedades el Frenesí y, sobre todo, el uso del cordóptero. Meses después, el mes de enero siguiente, llegaba a PC, incorporando las típicas mejoras de compatibles, como resolución 4K, soporte para monitores ultrapanorámicos, o tasa liberada de frames por segundo. Aquí gustó mucho.

Pues bien, ahora, y con un caluroso verano sobre nuestras cabezas, Capcom nos deleita con la primera expansión de Rise: Monster Hunter Rise: Sunbreak, que promete aportarnos cientos de horas más de diversión y grindeo a raudales.

Como es habitual en este tipo de expansiones, Sunbreak nos presenta una nueva zona, o Reino en este caso, que nos servirá de hub. Los monstruos se están comportando de forma extraña y nuestra misión, como cazadores experimentados que somos -no podemos empezar la expansión hasta terminar cierta misión del juego base- será descubrir por qué.

Aquí empieza una aventura que, como es habitual en los Monster Hunter, no tendrá un guion que nos explote especialmente la cabeza, pero sí nos servirá para luchar contra los distintos monstruos que aporta la expansión, más los que ya teníamos en el juego base. Añadiendo el Rango Maestro a las cacerías, un rango cuyas misiones notaremos especialmente difíciles, sobre todo si las comparamos con las misiones de Rango Alto de Rise, que como juego era muchas cosas, pero no era el juego más difícil de la franquicia precisamente. Monster Hunter Rise: Sunbreak intenta que tengamos que poner casi toda nuestra habilidad en juego.

Si bien el Frenesí era una idea curiosa, parece que no ha acabado de gustar mucho a los fans de la franquicia. Y quizás por ello, su papel en Sunbreak es totalmente residual. Quizás es el mayor defecto que tiene esta expansión: no aporta nada especialmente nuevo o arriesgado a las cacerías de monstruos. Tampoco es que lo necesite, es una expansión al fin y al cabo, y las novedades se las dejaremos al próximo juego base -¿World 2?-, pero es algo digno de mención.

Sí, trae, como no, nuevos monstruos, aunque prácticamente todos son conocidos ya. Con casi una veintena de monstruos añadidos al juego base, recordaremos clásicos, como el Astalos de Generations, o Espinas, de Frontier, contando también con distintas variedades de monstruos ya existentes como MagnamaloSomnacanth. Cuatro son los nuevos monstruos que se han creado para la ocasión, cuatro monstruos que sacarán lo mejor de nosotros, sobre todo cuando hablemos de Los Tres Señores.

No solo los nuevos monstruos, los monstruos ya existentes han añadido nuevos ataques y nuevos patrones que harán que nuestras cacerías contra ellos en Rango Maestro se sientan bastante distintas a las cacerías que ya habíamos tenido previamente en Rangos anteriores.

También se añaden nuevas mecánicas, que influirán incluso en el juego base. Podemos destacar en este sentido que se añaden dos sets de Habilidades Intercambiables para las armas. Si no conocéis las habilidades intercambiables de Rise, eran habilidades que se podían equipar en cada arma y conseguían, sobre todo cuando hablamos del endgame que es cuando las podemos utilizar en su plenitud, añadir una variedad interesante a nuestra forma de combatir. Literalmente, la jugabilidad puede llegar a ser especialmente distinta dependiendo de las habilidades que equipemos, añadiendo esa variable a las builds que nos podíamos hacer con nuestras armas y armaduras.

Ahora podremos alternar entre dos sets distintos de habilidades, además pudiéndolo hacer en mitad del combate, añadiendo, de nuevo, una nueva variable a la hora de planificar las builds, o haciéndolas directamente más flexibles. Algo necesario, ya que en nuestras partidas podrán aparecer perfectamente monstruos que en un principio no iban a estar en ese mapa, para complicarnos las cosas.

La segunda novedad jugable de esta expansión es que ahora podremos correr por las paredes sin necesidad de hacer uso del cordóptero. Esto, que en un principio parece una habilidad menor, si la sabemos emplear bien puede cambiar notablemente nuestra forma de jugar, pudiendo utilizarla para saltar sobre nuestros enemigos a la hora de atacar o, al contrario, a la hora de escapar de sus ataques. He de decir que, en un principio, esta acción me disgustaba un poco estando acostumbrado a no quedarme «pegado» a la pared cuando me lanzo contra ella, pero una vez lo empecé a controlar, ahora ya no concibo el juego de otra manera. Además de estas dos habilidades, tendremos distintos añadidos de calidad de vida, como el añadido de su propia bolsa de inventario para nuestro acompañante, de forma que podamos guardar objetos ahí.

Si bien en Rise teníamos separadas las misiones de la aldea -que hacían las veces de misiones single player– y las de la sala de reunión, aquí esta separación desaparece, teniendo una sola cadena de misiones. No tendremos misiones para un jugador como tal. Aunque en este sentido se han añadido los compañeros.

En algunas misiones nos acompañarán ciertos personajes con cierta importancia en el argumento del juego. No hablamos de los CanynesFelynes que teníamos en el juego base, sino de otros personajes humanos que harán las veces de compañeros de cacería, como si jugásemos con otros jugadores online.

Y esta comparativa no está hecha al azar. Estos compañeros actuarán de forma muy parecida a como actuaría un compañero humanoPullean a los monstruos, curan, hacen daño… Si tengo que definir a nuestros compañeros de aventuras, podría definirlos como «eficientes«, y no es algo que se pueda decir de todos los compañeros IA que solemos tener en los distintos juegos que jugamos. Espero, y lo espero mucho, que esta sea una de las bases que conformen la nueva entrega. Y quién sabe, también de los peones del futuro Dragon’s Dogma 2.

Monster Hunter Rise: Sunbreak no va a ser una expansión que revolucione la saga. Es más bien una evolución de todo lo que ya era Monster Hunter Rise. Más monstruos, nuevas zonas, cambios en la jugabilidad, y un nuevo sistema de compañeros. Pero, y como suele pasar en esta franquicia, todo lo que se ha tocado, todo lo que se ha añadido o modificado está balanceado con una clase magistral, por parte de gente que se nota que sabe lo que se hace. Monster Hunter Rise: Sunbreak exprime la máxima de «más y mejor». Y eso no es malo para nada. Si se os quedó corto Rise, no dudéis en haceros con Sunbreak.

 


Este análisis ha sido realizado en PC mediante una copia cedida por Koch Media