Overpass es uno de esos juegos de campaña de marketing muy limitada que puede hacer que mucha gente no llegue a saber de él. Desarrollado por Zordix Racing y distribuido por BigBen Interactive, Overpass -que no debemos confundir con otro juego de idéntico nombre que pulula por Steam- llega a PC y consolas y nos pone al frente de vehículos todoterreno en competiciones por ver quien hace el mejor tiempo en circuitos totalmente salvajes y extremos.
Overpass pertenece al género de los simuladores de terreno realista, siguiendo la estela de títulos como Mudrunner o Spintires, en los que debemos tener en cuenta las físicas del vehículo para superar correctamente los diferentes obstáculos que nos vamos a encontrar. Es cierto que Overpass apuesta más por la competición deportiva que los juegos antes mencionados, pero teniendo en cuenta su jugabilidad se podría englobar dentro del mismo tipo.
De primeras podremos acceder a varios modos de juego: circuito rápido, donde podremos seleccionar el circuito que queramos para batir a nuestros rivales, modo libre -englobado dentro de circuito rápido- en el que tendremos una zona sandbox donde practicar nuestra conducción libremente, desafío personalizado con el que podremos crear nuestro propio torneo seleccionando una lista de varios circuitos y finalmente el modo multijugador -tanto local como online-. Pero el mayor y más importante es el modo carrera, del que vamos a hablar a continuación.
En este modo carrera, tendremos que llevar a nuestro piloto hasta la gloria empezando desde lo más bajo como suele ser habitual. Con un formato de temporadas anuales, cada temporada cuenta con 12 rondas que debemos superar para colarnos entre los 8 primeros corredores, los cuales podrán disputar la gran final donde coronarse como campeón absoluto. Lo primero que veremos será una especie de mapa ramificado que se irá desbloqueando según vayamos avanzando, ahí podremos seleccionar los desafíos que mejor nos convengan a elegir entre varias opciones. Cada circuito o tanda de circuitos disputados cuenta como una ronda única y será decisión nuestra jugarla o ignorarla -con la consecuencia de no conseguir puntos para el ranking global-
No solo seleccionaremos los circuitos en dicho mapa, también podremos desbloquear nuevas piezas y mejoras para nuestros vehículos, así como accesorios para nuestro piloto. A su vez, cuantas más carreras ganemos o dependiendo de nuestra actuación, los patrocinadores se irán interesando por nosotros y nos ofrecerán piezas exclusivas y dinero extra que nos va a venir bien para mejorar nuestros vehículos. Quizás lo peor de este modo es que con cada nueva temporada acabada, nuestro jugador se reinicia y nos toca volver a desbloquear el mapa y conseguir contratos desde cero considerándonos como categoría novato, aunque conservaremos todo el dinero y las piezas adquiridas anteriormente.
Vamos a meternos de lleno en la jugabilidad, es que lo más llamativo del título: en Overpass no luchamos contra otros rivales -bueno, en realidad sí- sino contra el reloj, en los circuitos solamente estaremos nosotros y no veremos a otros corredores, estamos solos ante el peligro. Cada circuito tiene un tipo de medalla de oro, plata y bronce dependiendo del tiempo que tardemos en acabar las vueltas necesarias, y ya os puedo adelantar que es realmente difícil debido a que el recorrido está plagado de obstáculos como troncos, neumáticos o paredes escarpadas.
Aquí no gana quien más pisa el acelerador a fondo y llega antes a la meta, de hecho esa es la fórmula perfecta para quedar fácilmente en el último lugar, aunque suene contradictorio. Estamos ante un juego basado en físicas y como tal no es que sea importante dominarlas, sino que es totalmente imprescindible para llegar siquiera a la meta, no digamos ya para ganar. Las físicas son el gran obstáculo del juego, podemos pegarnos un buen rato hasta encontrar esa subida perfecta, el ángulo correcto de entrada, la velocidad adecuada…y eso si hablamos de los coches buggy y todoterrenos, si elegimos pilotar un quad la cosa se complica al ser necesario además tener en cuenta la inclinación del piloto en según qué tramos. Por eso el modo libre va a ser nuestro gran aliado en este juego, allí podremos practicar a gusto todos los obstáculos a los que nos vamos a enfrentar antes del desafío real
Pero no todo es perfecto, y es que en muchas ocasiones el propio juego nos va a impedir hacer un buen tiempo. Las físicas, aunque realistas, no están del todo pulidas y nos pueden jugar muy malas pasadas, es realmente frustrante cuando nos llegamos a pegar 10 minutos intentando subir una simple cuesta, muchas veces incluso tras haber pasado ese mismo obstáculo a la primera en vueltas anteriores. Las colisiones tampoco están bien trabajadas, pues los vehículos se vuelcan con una brisa de aire -casi literalmente- y una piedra mal cogida por pequeña que sea nos puede hacer volcar, además de un sistema que hace trampas y nos puede penalizar sumándonos tiempo extra si no entramos correctamente en un obstáculo aunque realmente lo hayamos hecho bien. No miento con lo de que la dificultad del juego es realmente elevada, incluso seleccionando la más baja de todas es muy probable que quedemos en malos puestos.
El apartado visual tampoco está a la altura de lo que se espera de un juego de esta época, con gráficos más propios de la generación anterior que no llegan a impresionar, aunque para el tipo de juego ante el que estamos se podrían decir que dan el pego y cumplen. En cuanto al sonido, si bien tendremos melodías rockeras muy pegadizas en los menús, durante las carreras solo escucharemos el motor de nuestro vehículo y se puede hacer muy monótono. Sé lo absurdo que suena quejarse de que en un juego de conducción solo se escuchen los motores, pero hay juegos y juegos y la edición de sonido en otros títulos puede llegar a ser impresionante, nada que ver con lo que veremos aquí.
En resumen, Overpass nos deja con una sensación agridulce, por una parte el juego es divertido y variado y nos reta a superar los obstáculos de diferentes maneras, por otra parte su alta dificultad y los problemas de físicas que arrastra borran cualquier atisbo de diversión por momentos. Por mi parte echo en falta un balanceo urgente en algunos aspectos y, por pedir, creo que un editor de circuitos hubiese sido una guinda muy golosa. Recomendable si eres de esos a los que les gusta sufrir de lo lindo.
Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Homerun PR