Estamos en fechas cercanas a la spooky season, vulgarmente conocida como «Halloween». En estas fechas, los jugadores se animan con el ambiente festivo y prefieren jugar a juegos con temática de terror o relacionadas con la festividad de los difuntos. Y también en estas fechas, un nuevo juego llega como caído del cielo para coincidir con estas fiestas de la manera más apropiada posible: es hora de analizar Pumpkin Jack.

Pumpkin Jack nos habla sobre un reino apacible y tranquilo, tan tranquilo que la gente se aburre como una ostra, hasta que un día el Diablo decide darle algo de vidilla al asunto y manda a su ejército de monstruos a conquistar la tierra por pura diversión. Los humanos deciden hacer frente a esta amenaza mandando a su campeón, un poderoso hechicero capaz de derrotar a todos los monstruos, pero el Diablo no se queda quieto y también envía a su contrincante: el poderoso Jack, el demonio más malvado que jamás ha habido. Jack tendrá que atravesar el planeta entero para derrotar al hechicero y hacer que el mal siga reinando.

Quizás lo más llamativo de Pumpkin Jack es su propio desarrollo, pues el juego ha sido creado casi en su totalidad por una sola persona: el francés Nicolas Meyssonnier, algo totalmente increíble teniendo en cuenta la magnitud del juego y lo bien detallado que está. A través de un proyecto de más de cuatro años, el juego se ha ido puliendo cada vez más y cambiando sus mecánicas para llegar hasta el producto que nos llega hoy.

Y lo que tenemos entre manos es un juego de plataformas y acción inspirado en los grandes clásicos de la era 32/128 bits, más concretamente su creador lo define como «una mezcla entre Medievil y Jak and Daxter». Y la verdad es que podemos dar fe de ello, ya que se notan claramente sus influencias en dichas franquicias, tanto en la estética como en su jugabilidad.

Controlando a Jack en entornos tridimensionales, tendremos que avanzar a través de lugares tétricos tales como un pantano, un cementerio o incluso un castillo en guerra, todo acorde a la temática de terror que pueda representar halloween. Pero no nos engañemos, no estamos ante un juego de terror, sino más bien de comedia tenebrosa, inspirándose principalmente en Medievil tal y como dijimos antes.

Me ha gustado bastante que el plataformeo es sorprendentemente preciso, nunca nos quedaremos vendidos a causa de un mal sistema de físicas ni nada parecido, donde queramos saltar allí nos colocaremos, algo que en lo que muchos desarrolladores suelen fallar al crear un juego de este estilo. Contaremos con las habituales plataformas sobre el vacío, pero también plataformas móviles y demás variedad de saltos. Quizás puede pecar de poco retante, por lo que los que quieren algo más de dificultad se pueden sentir algo decepcionados.

Tendremos también combates: a medida que vayamos pasando niveles, iremos consiguiendo nuevas armas a cada cual más poderosa que la anterior y que podremos cambiar en cualquier momento, que nos serán de gran ayuda para la multitud de enfrentamientos que encontraremos por el camino, incluyendo jefes finales. Contaremos con un botón de utilizar el arma equipada, otro para rodar y otro para lanzar a nuestro cuervo acompañante como arma arrojadiza, y con eso realizaremos todas las acciones. Tengo que decir que el combate no me ha parecido especialmente trabajado, al fin y al cabo se trata de machacar el botón y esquivar de manera caótica para evitar que recibamos daño, creo que se debería haber pulido un poco más.

Pero no solo contaremos con plataformeo y combates, la variedad de situaciones es bastante amplia. Tendremos también secciones en los que montaremos en algún vehículo o a lomos de un caballo espectral mientras vamos esquivando obstáculos, lo que dota al juego de algo más de variedad y no se haga tan monótono. Lo más especial es sin duda las secciones de calabaza, por llamarlo de alguna forma, donde nuestro protagonista tendrá que separar su cabeza de su cuerpo y utilizarla en estancias que nos ofrecen pequeños puzles y minijuegos que habrá que completar para seguir avanzando.

Contaremos con 6 niveles diferentes, una cifra que se puede hacer algo escasa, pero teniendo en cuenta que cada uno puede durar alrededor de una hora tendremos un juego de unas 6 horas. Estos niveles están bastante bien diseñados, ofreciendo cada uno un estilo único donde no tendremos la sensación de estar haciendo siempre lo mismo. Por ponerle alguna pega, el estilo visual y artístico elegido hace que los niveles se parezcan mucho entre ellos, lo que junto a la paleta de colores escogida con tonos apagados puede provocar cierto cansancio, pero al final ni le acabaremos prestando atención.

Para alargar un poco más la vida útil del juego, en los niveles podremos encontrar una serie de coleccionables en forma de cráneos de pájaro, 20 por nivel, con algunos a simple vista pero otros bien ocultos y requiriendo un poco más de exploración en recovecos. Estos cráneos no están ahí como simple relleno, pues nos servirán como moneda para poder hacernos con diferentes trajes y skins con los que darle un aspecto diferente a Jack. No influye en la jugabilidad para nada, pero la variedad de apariencias es bastante curiosa.

Graficamente hablando, lo cierto es que el juego se ve genial, con un estilo cartoon siniestro que le sienta de maravilla y hace que se sienta fresco. De rendimiento va genial, totalmente suave y fluido sin bajones ni caídas de frames en ningún momento. Nos vamos a llevar también una pequeña sorpresa en sus opciones, pues el juego cuenta con raytracing y DLSS, lo que hace que luzca todavía mejor y con un mayor rendimiento.

En cuanto al sonido, temas fantasmagóricos compuestos por Yohan Jager nos acompañarán en nuestra travesía, todos muy animados y con un estilo particular, muy pegadizas que hará que estemos tarareando los temas mientras jugamos. Pero no solo habrá temas propios, también contaremos con versiones macabras de temas de música clásica como «La cabalgata de las valkirias» de Wagner o la «obertura de Guillermo Tell» de Rossini, entre otros, todas muy bien adaptadas al estilo musical y visual del juego. No tendremos voces, relegando las conversaciones y diálogos a texto escrito en clave de humor negro y socarrón, en este caso en español neutro, lo que nos puede chocar un poco si esperábamos una traducción al castellano dedicada.

En definitiva, Pumpkin Jack es un juego humilde y sencillo en comparación con otros grandes del género, pero que destila amor por cada uno de sus poros. Nicolas Meyssonnier ha trabajado incansablemente en su obra personal para ofrecer un producto cuidado y bien hecho que da gusto verlo. Si estáis buscando un juego al que darle caña durante este halloween, Pumpkin Jack es sin duda una de las mejores opciones que vais a encontrar actualmente.

 


Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Headup Games