Desde hace ya unos cuantos años, asistimos al nacimiento de una, en principio, sana costumbre, con origen en un fenómeno ya existente. Y es que desde los comienzos de la era del videojuego, en el mundo de los ordenadores, sobre todo, era habitual que nos encontráramos con reediciones a bajo precio y recopilatorios que permitían que los jugadores rezagados o nuevos en una saga o mundillo, pudiesen acceder a juegos de hace unos años y además a bajo precio.

La novedad es que, en este caso, en lugar de limitarse a reeditar los juegos a bajo precio o en packs, al trasladar los juegos a nuevas plataformas, se ha tomado como costumbre la mejora de dichos juegos, en mayor o menor medida, en lo que se han venido llamando remasters o remakes, según el planteamiento de dicha vuelta del título.

Esta práctica no ha estado exenta de polémica, pero más allá de consideraciones personales, gracias a la «moda» de los remasters, de nuevo, se benefician personas que no pudieron jugar al juego en su día, sea por la razón que fuese, y puedan acceder ahora fácilmente a dichos títulos. En ocasiones, hay incluso debate sobre donde poner la línea entre remake y remaster, por lo que se agradece que en títulos como este te lo indiquen claramente para omitir cualquier atisbo de duda.

En este caso, los creadores del desarrollo del juego original hace casi 10 años, Volition -saga Red Faction, El Increible Hulk de 2005, y la saga que nos ocupa- supervisan a Sperasoft, compañía algo desconocida, pero con un amplísimo curriculum donde figuran entregas de sagas tan conocidas como Dragon Age, Assassin’s Creed o Mass Effect, y actualmente colaborando con Halo Infinite.

Podríamos preguntarnos por qué no se ha comenzado remasterizando desde la primera entrega. Pero lo cierto es que tanto la primera como la segunda, si bien gozaban de su público, pecaban de ser básicamente juegos al rebufo de la saga GTA, pero con un presupuesto mucho más modesto. Fue en esta tercera entrega cuando Saints Row se desmarcó, adquirió su propia identidad, y es la entrega que aún hoy y con una cuarta parte en la saga, se sigue considerando la mejor.

En este caso, además, no hay duda ni debate sobre si nos encontramos ante un remaster o un remake, puesto que el propio título nos facilita el trabajo. Este remaster es, por tanto, el mismo juego que pudimos disfrutar en 2011. La historia, las misiones, los personajes, la ciudad o la jugabilidad, nada de eso ha cambiado.

El mayor, y único cambio, en cuanto al contenido, viene de la mano de la inclusión completa de todos los DLCs existentes en su momento. Tanto los tres de historia como todos los que contenían añadidos estéticos o de equipo, convirtiendo este remaster a su vez en una «edición completa».

Por lo demás, el resto de los cambios y mejoras son meramente estéticos, como es habitual en un remaster, pero el cambio es más profundo de lo habitual en muchos de estos refritos. Hasta 4000 elementos han sido mejorados: Mejoras en texturas, resolución, modelados que pasan de tener un toque muy cartoon en los personajes a ser más realistas, y sobre todo en la iluminación. Además notaremos menor popping en la lejanía y una ciudad más vibrante con mayor densidad de población en las calles y tráfico en las mismas.

También notaremos mejoras si lo jugamos en XBOX One X o PS4 Pro que es donde hemos tenido la ocasión de probarlo. En ambos casos la resolución permite mostrar 4K reescalados desde 1440p reales, y aunque por defecto el juego viene bloqueado a 30 cuadros por segundo, podremos desbloquearlos consiguiéndose según se anuncia 60fps en XBOX One X y, según los análisis técnicos, entre 45 y 50 en PS4 Pro. En este caso echamos de menos que, como es costumbre cada vez más, se permitiese escoger un modo rendimiento en que en lugar de 1440 reescalado a 4K con 45-50fps se nos permitiese priorizar los 60fps en la consola de Sony, aunque fuese acosta de disminuir la resolución.

Nos queda la sensación de que podrían haber aprovechado, visto el minucioso trabajo realizado a nivel estético, para pulir y actualizar a los tiempos actuales ciertos aspectos como bugs menores pero presentes, control en la acción, o la IA que resulta algo impredecible, porque lo mismo nos encontramos con unos enemigos que no nos obligarán a pensar lo más mínimo y nos permitirán ir a saco, como se convertirán en contendientes letales que nos obligaran a recular y buscar cobertura.

El juego nos pone en un mundo abierto repleto de acción y humor gamberro con un acentuado control arcade, tanto del personaje como de los vehículos. Repleto de diversión directa y sin complicaciones y con un tono que nos hace pensar sobre como ha cambiado la sociedad y la industria del entretenimiento en estos casi 10 años, pues no podemos evitar sentir que hoy sería difícil que un juego así saliese tal cual.

La historia de Saints Row: The Third Remastered es una mera excusa para ponernos a los mandos del típico juego de aspirante a pandillero de éxito que parte desde abajo. Básicamente pertenecemos a la banda de los Saints, que en la segunda entrega terminaron en lo más alto, y se mudan a una nueva ciudad, Steelport, donde viven a cuerpo de rey. O al menos vivían, hasta que llegó el Sindicato y cayeron en desgracia perdiendo todos sus bienes, dándonos la necesaria excusa para partir de nuevo de cero en esta tercera entrega.

Partiendo de esa base, Saints Row: The Third Remastered nos ofrece un juego totalmente alocado, lleno de misiones a cuál más inesperada y que nos hará preguntarnos en momentos de incredulidad ante lo que estamos contemplando, qué será lo próximo que nos encontremos haciendo. Esta locura se transmite también al armamento en el que, además de las típicas armas de todo tipo, nos encontraremos otras más inesperadas como el penetrador, cuyo descriptivo nombre nos pone en las manos un consolador gigante para utilizar cual arma cuerpo a cuerpo, el lanzador de pulpos, o unos puños gigantes que podremos conseguir en determinada misión.

La ciudad, dividida en barrios, estará bajo el control de diversas bandas, y deberemos ir realizando misiones y adquiriendo locales para conseguir dinero y mermar el control de dichas bandas. Además, al conseguir respeto y dinero podremos mejorar las armas haciendo las siguientes misiones más asequibles.

Saints Row: The Third Remastered presenta un buen acabado técnico y visual, y un buen rendimiento general. La ciudad no es muy grande conforme a los estándares actuales pero el juego está lleno de contenido. El aspecto artístico se ha visto alterado en este remaster en cuanto al cambio del tono de los modelados de los personajes, eso sí.

En cuanto al sonido, el doblaje es bueno, en perfecto inglés, con textos en español. La banda sonora está repleta de temas licenciados de diversos géneros y artistas y grupos como Deftones, Junkie XL, FDK, Pitbull -este hombre está en todas partes, ya mismo lo vemos hasta en los créditos de música de ascensor-, Kanye West, Marilyn Manson, Opeth, Bonnie Tyler, Frankie Goes to Hollywood y con una curiosa y extensa representación de autores clásicos como Bach, Chopin, Dvorak, Handel, Liszt, Mozart o Wagner.

Teniendo todo esto en cuenta, es fácil concluir que, a quien le hubiera gustado el original, disfrutará igualmente con esta entrega. Pero a su vez el que ya poseía aquel, no tendrá mucho aliciente para adquirir el remaster al ser, en definitiva, exactamente el mismo juego, excepto en lo técnico.

 


Este análisis se ha realizado con el juego cedido por Koch Media