Sakura Wars es una de las apuestas de SEGA para este año. Parte de una saga que hasta ahora no era del gran público, le ha intentado dar bastante visibilidad. Ese plan consta de tres fases. La primera fase consta de llevar el título a un género más atractivo a ojos del gran público, como ya explicaré después. La segunda fase es contratar al mangaka Tite Kubo para los diseños, con lo que ello conlleva. La tercera y quizás más importante es la traducción del título a varios idiomas, entre ellos el español. ¿Ha conseguido SEGA que Sakura Wars trascienda? Acompañadme mientras lo analizamos en profundidad.

Sakura Wars es una combinación de tres géneros distintos. Por una parte, junta mecánicas de novela visual con las de simulación de citas. Muchos llamarían a este género un «juego de harem», donde el protagonista está rodeado por un buen número de mujeres interesadas románticamente en su persona. Además de eso, es un juego de acción en tercera persona con mechas como protagonistas. La acción es parte del juego, pero es secundarias respecto a todo lo demás.

Sakura Wars es una saga con un buen número de entregas desarrolladas por Red Entertainment. Todos los juegos de la saga principal han sido juegos tácticos por turnos desde una vista isométrica, con todos los demás elementos ya incluidos desde el comienzo. Sakura Wars funciona como un reboot, y cambia el estilo de juego a una acción más directa en tiempo real y en tercera persona. Automáticamente diré que esto no me ha parecido buena opción, porque mantener el estilo de juego hubiera sido un poco más arriesgado. Sin embargo, el combate sigue siendo un apartado menor, y quizás el cambio de género haya dotado a la saga de aire fresco. Más adelante explicaré en profundidad el combate.

Para los profanos en la saga, la historia trata de compañías de teatro con robots gigantes que luchan contra demonios. Todo esto mientras nuestro protagonista, en este caso Seijuro Kamiyama, liga con algunas de las chicas del grupo. En Sakura Wars, Seijuro es el capitán de la División Flor del Teatro Imperial de Japón. Al comienzo del título tenemos un objetivo claro, evitar que el Teatro Imperial se disuelva. Éste no se encuentra en su mejor momento, y es Seijuro el elegido para organizar todo y darle una oportunidad al Teatro Imperial. Poco a poco, entre peleas contra demonios y contra otros Teatros de todo el mundo, veremos cómo las cosas se complican.

La historia no sorprende en absoluto, pero estoy seguro de que eso os lo esperabais. Sin embargo, la mayoría de personajes hacen que avanzar hacia delante sea todo un placer. Las cinco protagonistas, Haruho, Sakura, Anastasia, Claris y Azami, son el motor del juego. Sin ellas no habría nada. Conocerlas, hablar con ellas, ver sus miedos y sus puntos fuertes, contentarlas o decepcionarlas… son lo que dota a Sakura Wars de personalidad. Las cinco chicas y todo el elenco de personajes secundarios son el motivo para jugar a este título, y es necesario que conectemos con ellos. Si esto no ocurre… el título pierde su mayor baza.

El juego tiene métodos para que las zonas de novela visual no se hagan demasiado pesadas. Lo primero que nos engatusará será el doblaje al japonés, de una gran calidad. Los personajes están realmente bien caracterizados, y eso añade valor a lo que he explicado antes. En ciertas misiones secundarias hay zonas no dobladas que empañan un poco el resultado final, pero nada grave.

En las conversaciones deberemos elegir entre tres respuestas posibles. Aquí entra el sistema de reputación con cada uno de los personajes. Más nos vale pensarnos cada respuesta, porque de eso depende el respeto y el rendimiento de los demás personajes en el combate. Ser un buen capitán es duro, y necesitaremos tener en cuenta muchas cosas. La reputación es importante en las cinco personajes principales, pero no solo se limita a ellas. Ser respetado es importante para un Capitán, por todas y cada una de las personas que nos encontramos. También hay una mecánica que jamás había visto antes, un sistema que nos permite modular la voz en algunas ocasiones. Extraño pero divertido, y como siempre, con consecuencias para nuestra reputación.

Todo lo relacionado con los personajes y la novela visual tiene un nivel bastante alto; pero no se puede decir lo mismo del combate. Estamos ante un juego de acción en tercera persona con plataformas ocasionales. Y lamentablemente no da la talla. El combate es demasiado poco profundo. 

Podemos elegir entre varios personajes, cada uno de ellos con estilos propios y ataques especiales. La experiencia cambia drásticamente dependiendo del personaje, pero eso es lo único que tiene el título a su favor. No hay nuevos combos que desbloquear, no podemos subir de nivel, los enemigos se repiten bastante, los jefes enemigos son escasos y las plataformas son pobres. Entiendo perfectamente que la parte de combate no sea el foco principal, pero cambiar de un estilo de juego táctico a esta vertiente más directa debería venir acompañado de algo mucho más sólido. No me malinterpretes, el combate es divertido, pero no está a la altura del resto del título.

En el combate solo tenemos que tener dos cosas en cuenta. Lo primero es nuestra barra de ataque especial. Se consigue matando enemigos o destruyendo bloques de cristales que nos encontraremos por el camino. La segunda es la barra de moral, que va desde cero a diez. Cuanto más alto mejor, y deberemos evitar ser impactados mientras matamos a todos los enemigos que encontremos para que ese número suba. Ambas cosas se reinician entre misiones así que tendremos que tener en cuenta esto cada vez. Sirve para motivarnos misión a misión, algo interesante, pero no suficiente.

El juego también ofrece cierto contenido secundario que, bien compaginado con los eventos principales, añadirá aún más variedad al conjunto. Por una parte tenemos coleccionables en forma de cartas, que encontraremos por todos los escenarios del juego. Muchas misiones nos obligan a pasar de una zona a otra en la ciudad de Tokyo, así que buscar por ahí cartas conmemorativas me parece una buena forma de explorar los pequeños escenarios. Por otra parte, tenemos el mini-juego de cartas Koi-Koi, que ya habíamos visto anteriormente en juegos de la saga Yakuza. Divertido y perfecto para partidas cortas.

El apartado visual en Sakura Wars es un espectáculo. No es muy potente gráficamente, pero lo compensa con unos diseños buenos y unas animaciones realmente trabajadas. Tite Kubo ha hecho un muy buen trabajo, diferenciando a los personajes entre sí y haciendo que cada uno tenga sus propias características. Y esos diseños parecen realmente vivos, reaccionan muy bien a las noticias, y expresan sus sentimientos de una forma acertada. No es realista, pero tampoco es ese el objetivo. Los enemigos, por su parte, tienen diseños bastante elaborados, y aunque hay algunas caídas de imágenes por segundo en algunos combates, en general no hay problemas. Además de todo esto, el juego ofrece ciertas escenas animadas, que están tan trabajadas como todo lo demás.

La música es otro punto fuerte. El tema principal se os quedará grabado en el tímpano, y la tararearéis por todos lados. Cada personaje tiene su tema en la banda sonora, muchos de ellos acordes a la personalidad de dicho personaje. Hay varios temas vocales para momentos importantes de la historia que ponen el broche de oro a la música. Totalmente recomendada. Por otra parte, el sonido cumple bastante bien.

En resumen, Sakura Wars es un juego extraño. A los fans de la saga les gustará su apartado de novela visual, ya que está muy trabajado, pero quizás renieguen del cambio de género respecto al combate. Creo que debería de haber venido respaldado de algo mucho más elaborado y complejo. Pero al margen de eso, estamos ante una mezcla de géneros de lo más interesante, con unos personajes memorables y unas mecánicas de conversación divertidas y amenas. Aunque la historia no sorprenda y el combate sea mejorable, nos hace pasar buenos ratos, su variedad nos sorprenderá y su ritmo nos atrapará. Si es el tipo de juego que buscáis, no creo que os decepcione.

 


Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Koch media