Thatgamecompany es un nombre poderoso dentro del panorama de los juegos independientes, uno de los destacados cuando en la primera década de nuestro nuevo milenio se produjo aquella explosión del videojuego indie alejados de los ceñidos patrones comerciales y con la creatividad y originalidad por bandera. Siete años después de la obra magna del estudio, el maravilloso Journey, llegó a iOS Sky: Niños de la Luz, y ahora lo hace a Android, una aventura f2p con un interesante componente social.
La historia de Thatgamecompany esta ligada a los nombres de Jenova Chen y Kellee Santiago, los creadores de la compañía en 2005, y con tres títulos enormemente particulares como han sido Flow, Flower y el pináculo de la compañía, Journey. Paradójicamente con el espíritu y momento más libre e independiente, creados bajo el ala de una enorme publisher como fue Sony, con un ojo excelente al asociar estos juegos a su marca.
En la actualidad, el único nombre que actualmente se mantiene en la compañía es el de Jenova Chen en la cabecera, y la forma de volver a hacerla brillar es usar una fórmula pasada frente a nuevos esquemas, que si confiamos en la filosofía original y también actual del equipo, llegarán también. Y es que, la forma más rápida de describir a Sky es como un Journey para terminales móviles, f2p, con poderosas semejanzas artísticas y jugables, y potenciando facetas de la aventura del ermitaño encapuchado.
Las semejanzas y el reflejar tanto aquella obra maestra de 2012 en Sky trae más bondades que posibles pegas, empezando por una producción muy potente e impropia de los estándares que acostumbramos en un juego para teléfonos inteligentes. Y lo primero que cualquier jugador debería hacer es seguir el consejo inicial que ofrece, jugar con auriculares, porque los altos valores de producción se trasladan a la vista y al oído.
Con el teléfono ya en posición horizontal, los primeros compases son definitorios y sensacionales: unos primeros minutos preciosos, con un manejo de esta aventura similar a como lo haríamos con un pad, usando el pulgar izquierdo como stick de movimiento y el derecho para mover la cámara, así como botones bien implementados para saltar, realizar sencillas acciones, y la evolución de la bufanda del ermitaño: volar.
En un mundo en que la tecnología portatil avanza tanto, es paradójico que los juegos móviles sean tan simples y limitados. Sky ofrece una sencillez muy inteligente que casa con la forma actual de jugar y concebir el videojuego móvil, pero mantiene un diseño jugable sólido y digno de lo que esperaríamos en sistemas ‘serios’. Esa es la gran baza que le encuentro al juego, reproducir las sensaciones de Journey, profundizar en algunas de ellas, ofrecer jugabilidad compacta y profunda, que pueda llegar a todo el mundo por su sencillez y la forma tan maravillosa de concebir el modelo de negocio f2p aquí.
Por eso me parece que los evidentes y totalmente intencionados parecidos juegan a su favor la mayor parte del tiempo: la misma historia ya nos plantea un viaje también de corte espiritual, con otra alta montaña de fondo. Pero esta vez nuestro avatar venido de los cielos tiene que devolver la luz a los mismos, a través de diferentes constelaciones, cada una de ellas en una fase diferenciada. Todas están unidas por una zona central que sirve tanto para relajarnos, jugar con las opciones cosméticas de nuestro personaje, como para potenciar la faceta social, o el curioso sistema de misiones y temporadas del juego.
Lo que llamará la atención de cualquier jugador casi desde el principio es que no está solo, hay multitud de seres similares a él recorriendo el mundo, otros jugadores, con los que elaborar unas conexiones e interacciones más profundas que en Journey. Podemos chatear con ellos, dejar mensajes en puntos concretos, recibir ayuda, feedback, corazones, colaborar para abrir secciones opcionales, ayudarse unos a otros para superar algunos trances complicados…
La aventura principal puede ser jugada totalmente en solitario y de forma absolutamente gratuita, sin ningún tipo de limitación de tiempo o de áreas, estando la monetización del título en añadidos secundarios como desbloqueos de opciones cosméticas y gestos de comunicación, que también podemos conseguir jugando y explotando el juego.
La interacción es algo un poco más potenciado que en el juego que sirve de molde. Somos seres de luz que además, podemos usarla en forma de vela para activar mecanismos, interactuar con otros jugadores, quemar obstáculos o resolver sencillísimos puzles. Y esa preciada luz es algo que debemos cuidar, porque de su energía depende nuestra capacidad de vuelo, el ayudar a otros jugadores cuando se han apagado y buena parte del contenido secundario y opcional, que ofrece bastante exploración y temas adicionales.
En la última fase veo las grandes virtudes y defectos del juego a mayor escala. Un área de potente factura visual y sonora, la mayor necesidad de ayudar y ser ayudado por otros compañeros, la colaboración para superar obstáculos y la buena compañía que hace que no te sientas solo en ese último tramo tan duro e inclemente del viaje.
Pero los parecidos aquí explotan en situaciones argumentales, escenas y sentimientos aún más marcados que en los niveles anteriores. Los ocasionales problemas de control por la cámara o el imput lag de la pantalla o el uso de pad bluetooth se potencian, complicando incluso caminar en zonas estrechas. El fin de ese primer viaje es algo áspero y quizás, demasiado conocido para los usuarios veteranos de Thatgamecompany.
Y tras ese primer viaje, podemos seguir repitiendo sin problemas, con alguna mejora de personaje, item o hechizo consumible, volviendo a disfrutar del contacto humano abundante que ofrece el título, siguiendo desbloqueando ropa, peinados, instrumentos musicales…o probando los objetivos adicionales, y las misiones que ofrece su sistema activo de temporadas. Ahora mismo, estamos en la Temporada del Espíritu, donde podemos embarcar a tierras distantes junto a unos espíritus curiosos y exploradores.
Desde el equipo ya se habla de trasladar esta excelente experiencia a PS4 y Switch, aunque entiendo que el sistema de monetización sufrirá algunos cambios, pero también, que el cuerpo principal se mantendrá intacto, que como he dicho, el juego se presta perfectamente para ello sin sentir que estamos ante algo recortado y escaso, que es lo que pasa en tantísimos juegos de móvil que saltan a PC y consolas.
De momento, tenéis una aventura fantástica desde IOs o Android sin ningún coste para el disfrute y recorrido, y que yo seguiré visitando en ratos cortos o en sesiones mayores, necesito seguir explorando y abriendo caminos, así como buscar compañeros que me ayuden en aquellos lugares que no he podido abrir yo solo por centrarme en mi primer viaje. La vuelta de Jenova Chen ha sido con buena nota, y espero que tengamos más presencia de Thatgamecompany en tiempos venideros.