Sonic Wings Reunion representa el regreso de la franquicia Sonic Wings de la mano de SUCCESS Corporation. Conocida en Occidente como Aero Fighters, una serie de shoot ‘em up verticales que debutó en 1992 en los arcades japoneses por la difunta desarrolladora Video System. Desde su aparición inicial, la franquicia se destacó por combinar un desplazamiento vertical bastante ágil, enemigos por oleadas, jefes espectaculares de gran tamaño y un amplio elenco de pilotos con naves y ataques bien diferenciados. La saga creció rápidamente con varias entregas: Sonic Wings llegó a Super Nintendo; Sonic Wings 2 amplió la plantilla de personajes y niveles, y se lanzó en arcades y Neo Geo; Sonic Wings 3 trajo más niveles, mejoras en los gráficos y refinamiento de la jugabilidad, llegando a arcades y Neo Geo; finalmente, Sonic Wings Special cerró la era clásica con ajustes en el armamento, balance de dificultad y naves adicionales, apareciendo en arcades, PlayStation y Sega Saturn. Hubo una entrega más, Aero Fighters Assault para Nintendo 64 que experimentó con el salto de la franquicia al 3D.
Con Sonic Wings Reunion, la serie regresa tras casi tres décadas para PlayStation 4, PlayStation 5 y Nintendo Switch -la versión para PC fue lanzada hace unos meses y la de arcades solo en Japón-. En esta nueva entrega, la historia nos sitúa en un futuro cercano en el que la organización secreta Fata Morgana ha desarrollado tecnología avanzada y superarmas, poniendo en riesgo la paz mundial. Para hacerles frente, se forma Project Blue, un equipo de ocho pilotos de élite -más un par de pilotos secretos- que debe enfrentarse a misiones de alto riesgo en diferentes partes del planeta. Cada personaje jugable no solo tiene distintas naves y armas, sino que sus historias y rutas cambian, ofreciendo un aliciente de rejugabilidad. Aunque la historia es sencilla y funciona como marco para la acción, los diálogos y la personalidad de cada piloto aportan un punto humorístico siguiendo con la tradición de la saga.
La jugabilidad mantiene la esencia clásica de los shmups verticales, con desplazamiento constante, disparos primarios, potenciadores de disparo y bombas. Cada personaje dispone de un estilo propio: algunos tienen disparos concentrados de alta potencia, otros poseen fuego rápido con menor daño pero gran cobertura, y las bombas son herramientas estratégicas que permiten limpiar la pantalla de enemigos en situaciones críticas. El juego incorpora un sistema de puntuación basado en recoger ítems, mantener combos de destrucción y derrotar a los enemigos de forma eficiente; cuanto más se enlazan eliminaciones consecutivas, mayor es el multiplicador de puntos. Los ocho niveles se desarrollan en ciudades reales del mundo, con mención especial a Barcelona y su enemigo final, el castillo de Montjuic…
El modo cooperativo local es especialmente atractivo, permitiendo que dos jugadores compartan la pantalla y coordinen ataques, lo que no solo aumenta la diversión, sino que también altera ligeramente el comportamiento de los enemigos y la colocación de ítems. En caso de jugar solos también podremos elegir un «wingman» para que nos ayude cuando lo requiramos con sus bombas. A nivel de dificultad, el juego ofrece varios niveles ajustables, desde un modo más fácil para iniciarse hasta desafíos técnicos que requieren un control riguroso de la nave y una gestión eficiente de bombas y disparos. Algunos niveles presentan picos de dificultad exigentes, aunque no llegan a ser frustrantes, y que la curva de aprendizaje está bien medida para que cada jugador pueda encontrar su ritmo de progresión.
Audiovisualmente es donde el juego puede presentar más dudas. Los gráficos recurren a sprites y fondos detallados que reproducen el estilo arcade clásico, aunque con mejoras en animaciones, efectos de explosiones y otros efectos actuales, están bien, pero se le podría pedir más. Los niveles son coloridos y reconocibles, y la claridad de la acción permite seguir la multitud de disparos y enemigos en pantalla sin sensación de saturación pero en algunos momentos sentiremos que nuestra aeronave es muy pequeña en proporción al tamaño de la pantalla. La banda sonora, compuesta por Soshi Hosoi, mezcla temas clásicos remasterizados con nuevas composiciones, y los distintos modos de audio permiten alternar entre las pistas originales y arreglos modernos.
Entre los extras, Sonic Wings Reunion incluye el modo «Tate» -al menos en la versión a la que hemos jugado, Nintendo Switch-, que permite jugar en orientación vertical simulando la experiencia arcade original, ajustes de dificultad, modo de entrenamiento y tablas de clasificación online. También tenemos un completo configurador de audio para asignar distintos temas musicales de la franquicia a determinados niveles, y opciones varias como la pantalla de hitboxes o el marcador de puntuación en el frame. La rejugabilidad se ve reforzada por la elección de los diferentes personajes y la diferencia en el orden y la configuración de las rutas en función del personaje elegido.
En conclusión, Sonic Wings Reunion no es exactamente lo que llamaríamos un regreso esperado, pero si un regreso bienvenido. La acción sigue siendo frenética, los personajes variados y bien diferenciados y los niveles visualmente atractivos -aunque les faltaría un punto-, con un sistema de puntuación que recompensa tanto la precisión como la estrategia. Aunque los gráficos no buscan deslumbrar de manera espectacular -y perfectamente podrían- y algunos niveles pueden presentar dificultad irregular, la experiencia general es satisfactoria y recomendable para quienes disfruten de los shoot ‘em up, tanto veteranos de Aero Fighters como fans del género. SUCCESS Corporation que ha demostrado su buen hacer con su franquicia Cotton ha sido capaz de recuperar la esencia que hizo grande a Sonic Wings en los 90.