Rogue Games, quien recientemente nos trajo el entretenido Dust & Neon y, en los últimos tiempos, otros títulos independientes interesantes como Under: Depths of Fear o The Last Case of Benedict Fox, tiene a bien en esta ocasión traernos este SPRAWL, un shooter en primer persona con un aspecto prometedor desarrollado por MAETH. Veamos qué nos ofrece.

En SPRAWL nos situaremos en un contexto cyberpunk futurista en el cual las mejoras cibernéticas y de inteligencia artificial estaban llamadas a mejorar a la sociedad, y en un principio pareció ser así… pero rápidamente la sociedad colapsó y actualmente nos encontramos en un mundo distópico en el que la «Junta» gobierna con puño de hierro.

En este poco halagüeño contexto encarnaremos a SEVEN, una agente de operaciones especiales de dicho gobierno que ha sido traicionada por su propia gente, que debe escapar de la ciudad y descubrir los secretos que la Junta esconde para combatirla, y que será guiada por una voz que no tardará en presentarse como «Padre». Para conseguirlo, por fortuna, podremos echar mano de nuestras habilidades militares entrenadas y las mejoras que tenemos implantadas, para poder movernos de forma sobrehumana y hacer frente al ejército que nos persigue y sus máquinas.

SPRAWL nos ofrece un shooter en primera persona frenético, que no temen en definir como hardcore, y que pondrá a prueba nuestra habilidad al mando, o al teclado y al ratón. Comenzaremos sin ningún arma, superando una suerte de tutorial in-game, donde además se nos darán pistas sobre nuestra delicada situación con respecto a la Junta, pero no tardaremos en afrontar nuestros primeros enfrentamientos, primero de forma algo controlada para hacernos al mando de las características definitorias del título, y pronto ya de forma totalmente libre.

SPRAWL se siente como una huida constante en la que nos deberemos hacer valer de saltos por muros y entre plataformas, deslizamientos, impulsos a lugares más altos utilizando para ello el retroceso de nuestra propia arma al más puro estilo Quake, y un uso intensivo de la adrenalina que nos otorgará una suerte de «tiempo bala» limitada por una barra que se agota con el uso.

Este tiempo bala, además, permitirá que nos enfoquemos en el escenario y los enemigos, lo cual se mostrará en forma de zonas iluminadas que nos muestren posibles lugares importantes del escenario o puntos débiles de nuestros contendientes. Además, para incentivar su uso, al utilizar dicha adrenalina e impactar a los puntos débiles, o realizar ejecuciones con nuestra arma de filo cuerpo a cuerpo cuando los enemigos estén aturdidos, liberarán ítems que nos recargarán vida, adrenalina o munición. De esta forma, algo que podría ser totalmente opcional, se convierte en parte básica de la jugabilidad del título al más puro estilo de los Doom actuales, si es que queremos sobrevivir el tiempo suficiente.

Y es que SPRAWL no es un juego asequible. La munición es escasa, la vida se drena rápidamente, y la precisión que requieren los saltos entre paredes y plataformas a esa velocidad mientras intentamos disparar a zonas concretas del cuerpo de los enemigos es alta y no apta para los novatos en este tipo de juegos. La buena noticia para ellos es que SPRAWL es muy amable con los respawns tras una caída, y está lleno de puntos de guardado automático por cada zona de acción prácticamente. De esta forma podremos repetir pequeñas secciones una y otra vez hasta que encontremos el punto de salto perfecto o la estrategia adecuada.

Ya hemos mencionado, como no podía ser de otra forma, a Quake. Esta reminiscencia estará también en su aspecto visual. Manteniendo las lógicas distancias con la obra de id Software tanto en diseño de escenarios como en su ambientación artística, aunque juguemos sin ningún tipo de filtro retro activado, SPRAWL nos mostrará unas texturas totalmente pixeladas que imitan la baja resolución de las dos primeras entregas de Quake sin filtro bilineal, dando esa sensación de juego ejecutado en 3D «por software» sin uso de tarjeta aceleradora gráfica alguna.

No obstante y jugando a una resolución actual, el juego evidencia, como ocurre en muchos otros casos del género en el panorama indie actual, el uso de un motor moderno que muestra reflejos, efectos de iluminación, fuego y partículas. Tendremos, eso sí, la opción de activar un filtro retro con tres niveles de intensidad que, básicamente, emularán una resolución de monitor menor dando un aspecto similar a lo que serían los 640×480 o incluso los 320×240, permitiéndonos ajustarlo a nuestro gusto.

La música encaja dentro de la ambientación, con algunos momentos en que luce especialmente y nos recuerda a Ghost in the Shell. Además, es dinámica, ajustándose a nuestro ritmo de juego en cada momento, lo cual ayuda a que no moleste incluso en los momentos en que se vuelva algo más machacona. Los efectos de sonido, por su parte, son correctos, sin alardes. Y el juego está traducido en sus textos al castellano, aunque en la versión que hemos podido probar aún había alguno que se presentaba en inglés, esperemos que será algo que se resolverá brevemente tras el lanzamiento.

Desde el punto de vista técnico, SPRAWL luce correctamente mostrando el sabor clásico que busca, y sin requerir de un equipo excesivo, lo cual nos hace pensar que, a parte de ser lanzado exclusivamente en PC dentro de Steam y Epic Store, podría ser factible su llegada a todas las plataformas, incluyendo Nintendo Switch, PlayStation 4 y Xbox One.

En conclusión, SPRAWL nos ofrece un shooter de bajo presupuesto que mira a los grandes referentes del género. Con esa base nos ofrece un juego entretenido que podría tener algo más de personalidad en su arte y diseño de escenarios pero que está bien ajustado en lo jugable, dando un buen puñado de horas de diversión y desafío.