Cuando Rocksteady Studios concluyó su trilogía de Arkham con Batman: Arkham Knight, los seguidores del estudio londinense esperaban que su futuro siguiera unido al de la editorial DC Comics -ambos propiedad de Warner al fin y al cabo-. Era lógico, la trilogía del murciélago había sido un éxito de crítica y ventas, y su primera entrega, Arkham Asylum, es para muchos el mejor videojuego sobre Batman nunca creado, e incluso uno de los mejores juegos de superhéroes junto a títulos como Marvel’s Spider-Man y su secuela. Los fans tenían claro en que proyecto deseaban ver a Rocksteady, y todos los rumores apuntaban en la misma dirección, un deseado juego de Superman que al final hiciera justicia en el mundo de los videojuegos al héroe kriptoniano.

Con estas expectativas es normal que el anuncio de Suicide Squad: Kill the Justice League en 2020 dejase a más de un fan decepcionado, pero es que además los términos «juego cooperativo», «shooter looter», y «juego como servicio» tampoco ayudaron a crear expectativas por el título, todo lo contrario, una campaña de desprestigio se formó alrededor del juego y llevó a Rocksteady a continuar el desarrollo en silencio hasta que las aguas se calmasen. Ahora que el juego ya esta entre nosotros podemos decir que la controversia sigue en auge, ahora por la premisa argumental, pero que por el lado jugable y su capacidad de diversión, estamos ante un título más sólido de lo que las críticas nos puedan hacer creer.

Empezamos con la historia, que tampoco ha escapado a la controversia por ser un juego que continua a la trilogía de Arkham cinco años después de la conclusión de Arkham Knight. Brainiac, un villano extraterrestre ha conseguido poner en sitio la ciudad de Metrópolis, convertir a sus habitantes en sus esclavos y lo más importante, tomar el control mental de la Liga de la Justicia, que ahora son malvados y actúan como los lugartenientes de Brainiac -todos menos Wonder Woman-. Amanda Waller. directora de A.R.G.U.S. esta dispuesta a acabar con la amenaza que supone Brainiac y para enfrentarse a él y a los superhéroes convertidos en villanos, recurre a la Fuerza Especial X, o lo que es lo mismo, al Escuadrón Suicida formado en esta ocasión por Harley Quinn, Capitán Boomerang. Rey Tiburón y Deadshot.

Con un equipo de cuatro personajes -de momento, Joker esta anunciado para marzo- se nos ofrecerá la opción de jugar en solitario y poder intercambiar de personaje entre misiones, o jugar en cooperativo online hasta cuatro jugadores, esto último muy orientado a la estructura de juego como servicio y al subgénero de shooter looter donde se podría encuadrar la jugabilidad del título. Jugaremos en una Metrópolis convertida en un campo de batalla y de un tamaño bastante comedido visto otros juegos de mundo abierto, aunque con mucha verticalidad y la carencia de puntos de viaje rápido aunque el desplazamiento por la ciudad es bastante satisfactorio.

Una vez a los mandos, los cuatro personajes iniciales responden de maravilla y están perfectamente diferenciados, por lo que será fácil encontrar el que más se adapte a nuestro estilo de juego y preferencias. Todos tienen bien resuelto su ataque con armas de fuego -hasta dos podremos llevar equipadas-, su ataque cuerpo a cuerpo, y su desplazamiento por las alturas -, además cada uno tiene unos árboles de talentos que nos permitirá ir desarrollando a los personajes. Respecto a los árboles de talentos, su presentación puede ser algo confusa pero no deja de ser árboles de habilidades de los que hemos visto ya en decenas de juegos. Conseguiremos mejores armas y mejoras de nuestro equipamiento como recompensa de las misiones que vayamos realizando -loot aleatorio-.

El modo historia nos proporciona entre 10 y 15 horas, en función de si decidimos hacer más o menos misiones secundarias -algo repetitivas y poco interesantes- o el ritmo de juego que llevemos, pero todo esto realmente solo sirve como preámbulo para un post-game muy bien enfocado al estilo de Crisis en Tierras Infinitas y lamentablemente muy falto de contenido aún. Aquí es donde entra en juego la denominación «juego como servicio» donde Rocksteady ya ha anunciado que habrán varias temporadas gratuitas que añadirán contenido al post-game, nuevos personajes jugables -en marzo debuta el Joker-, nuevo armamento y equipamiento y más contenido para la historia del juego. El estudio londinense ha prometido que las microtransacciones con dinero real quedan relegadas a contenido cosmético.

Visualmente Suicide Squad: Kill the Justice League luce músculo. Con una Metrópolis muy bien recreada y llena de detalles, unos protagonistas perfectamente animados, y unas secuencias de acción caóticas convertidas en un festival de luz y color por el que el juego no se resiente. La acción transcurre a 60 fotogramas estables sin apenas caídas puntuales. Si hay que destacar algún elemento que luce más genérico es el de los enemigos normales, que además de contar con un diseño poco inspirado, no destacan en detalles como los personajes principales y los secundarios de lujo que iremos encontrando. El juego nos llega totalmente traducido y doblado al castellano, y con bastantes opciones de personalización de la interfaz, por defecto demasiado cargada.

Suicide Squad: Kill the Justice League es un buen juego envuelto de varias polémicas que le pueden pasar factura. La historia es interesante, y tiene un punto de vista atractivo -matar a la Liga de la Justicia tiene su aquel- a pesar de todo el revuelo creado en muchos fans que no conciben que los buenos se vuelvan malos y los otros malos se los carguen lo cual interpretan como un sacrilegio -y todo esto sin que la historia haya concluido pues Rocksteady ha anunciado que las distintas temporadas también añadirán nuevo contenido argumental-. La narrativa es buena, las abundantes escenas cinemáticas están bien narradas y dirigidas y los protagonistas están bien escritos estando estos más desarrollados y mejor cohesionados que en las películas que se resumía en un «Margot Robbie y sus amigos».

En la parte jugable tenemos muchas luces y algunas sombras, pues la jugabilidad esta muy bien implementada, los personajes muy bien diseñados con sus diferencias palpables, y el juego es dinámico, vertiginoso y definitivamente divertido. Suicide Squad: Kill the Justice League es un juego que se disfruta a los mandos, en eso Rocksteady no ha perdido el toque, pero sin embargo hay que señalar negativamente la repetitividad de misiones y el aún escaso contenido post-game -esto es fácilmente subsanable con las temporadas previstas que añadirán de forma gratuita nuevas misiones, personajes, recompensas y nuevas partes de la historia-, los enfrentamientos con los superhéroes, bastante sosos para los personajes que son, y la conexión a internet permanente que el juego requiere y al usuario nunca gusta.

Con todo lo dicho, si eres fan de los cómics de DC y de las historias del Escuadrón Suicida -y no montas un drama porque la historia vaya de matar a la Liga de la Justicia-, vas a encontrar en este juego una aproximación muy buena al material original en cuanto a las relaciones entre los integrantes del escuadrón y además la historia sigue abierta y ya veremos que nos depara. En cuanto a la jugabilidad y todas las posibilidades que nos brinda cada uno de los personajes y su desarrollo, el juego es de lo más recomendable pues cumple su función de divertir y mucho a pesar de algunas decisiones que podían haber estamos mejor -misiones secundarias, combates con jefes…-. Respecto al modelo de negocio de juego como servicio, es pronto para valorar si es un acierto o un fracaso, y solo podremos valorarlo cuando veamos el resultado final.