Si hay un género que ha ganado popularidad entre los indies en los últimos años es el metroidvania. Dado que los padres del género, especialmente Castlevania, parecen andar desaparecidos, los indies han aprovechado el momento para hacer suyo esta combinación de exploración, plataformas, combate y tintes de rol. Uno de los primeros indie que se atrevió a sacar un metroidvania fue en el lejano 2004 bajo el nombre de Cave Story. Este juego sentó las bases para que hoy juegos como Ori and the Blind Forest, su secuela, Hollow Knight, Bloodstained, Blasphemous, Gato Roboto, … La lista sigue y sigue, y cada año, más juegos de este género se lanzan y se mezclan con otros. Como es el caso de Dead Cells, donde se combina con el roguelike o Salt and Sanctuary donde prima la esencia souls y por último, Yoku’s Island Express, donde el mundo es una gran pinball.
TEVI es el último juego de Crespirit, un estudio nacido en 2014 y cuyo lanzamiento más famoso, a falta de ver si TEVI pega el pelotazo, es Rabi-Ribi, que guarda muchas semejanzas con el juego que hoy analizamos. El estudio es conocido por incorporar en todas sus obras elementos de novela visual y algún que otro fanservice; Tevi, por supuesto, no es diferente en ninguna de las dos. La trama de este juego es sencilla, controlaremos a Tevi, la hija de un científico loco que se irá de aventuras a explorar el mundo de Az. Su principal compañía, un ángel testarudo y una demonio algo blandengue que llevaremos a todos lados en nuestros orbitales. Su objetivo, encontrar Astral Gears, la fuentes del maná que se encuentran escondidas por todo Az.
El juego está dividido en capítulos, siendo los primeros una introducción bastante lineal. Poco a poco según vamos obteniendo poderes que aumentan nuestra exploración y que beneficiarán a su vez a hará nuestra libertad. Entre estas habilidades están las habituales: doble salto, poder avanzar por corrientes de agua, aumentar la altura del salto, poner bombas para desbloquear caminos, deslizarse, … Explorar estará muy recompensado pues encontraremos escondidas pociones que de manera pasiva subirán nuestras estadísticas. Además de pociones, descubriremos Sigils, unas habilidades que cambiarán la manera de afrontar el juego, permitiéndonos personalizar nuestra experiencia. Son muy diferentes entre sí, algunos aumentan el daño pero otros cambian los movimientos de un combo, o incluso limitan nuestro uso de habilidades a cambio de fortalecerlas.
Mecánicamente, podríamos describir TEVI como un metroidvania bullet-hell con combates de acción enfocados al combo. Sí, hay mucho que digerir y muchos sistemas funcionando al mismo tiempo. Por una parte, un sistema de combate finísimo, que es muy disfrutón. A melé tenemos una lista de movimientos, como si de un juego de lucha se tratara. Y luego a distancia, usando nuestros dos orbitales, desbloquearemos distintos ataques, buenos para cada ocasión. Un sistema de crafteo basado en materiales que sueltan los bichos con el que podremos fabricar consumibles pero también mejorar objetos que nos darán más rango o más velocidad de movimiento.
Las ciudades están llenas de vida, y entre la variedad de comercios encontraremos algunos de consumibles, sigils y de objetos. La economía a diferencia de otros juegos donde al matar enemigos sueltan dinero, aquí tendremos que destruir ciertos bloques que contienen dinero. Así los desarrolladores evitan el farmeo y potencian la exploración. El nivel funciona parecido. En vez de obtener experiencia por matar morralla, la obtendremos al descubrir nuevas zonas o derrotar jefes finales. Son ideas muy buenas y algo revolucionarias.
Nada más comenzar el juego tendremos a elegir 5 dificultades diferentes. Que la estética no os engañe, TEVI es un juego desafiante. Los bosses plantean un buen reto, son variados, difíciles y aguantan bastante. Siempre querremos encontrarnos otra pelea más para descargar nuestro arsenal. Si la dificultad elegida al comienzo no es adecuada para nosotros, una vez comenzada la partida podremos irnos a dormir para cambiarla. Una curiosidad del acceso de prensa, es que cuando lancé el juego por primera vez los enemigos del tutorial te mataban de dos golpes. Sorprendido, cambié mi forma de afrontar el juego. En vez de largos combos, cortas embestidas y a poner los pies en polvorosa para esperar los ataques enemigos. Al día siguiente habían metieron un parche que bajaba muy notablemente el daño de los enemigos. Jugué otro juego distinto durante un día.
Lo que más atrae de TEVI es su cuidadísimo aspecto visual, una delicia a los ojos. Los escenarios son muy distintos y aunque ocasionalmente encontremos algún enemigo repetido, suelen estar bien diferenciados. Los sprites dan mucha vida a los personajes durante las conversaciones. Los menús son ágiles y detallados. En general el diseño nos parece de una gran factura técnica. La banda sonora acompaña bien cada ambiente con melodías pegadizas.
El juego llega doblado al japonés con textos en inglés, una pena teniendo en cuenta el peso de la trama. Pero dado que Rabi-Ribi se tradujo al español, si no domináis el idioma de Shakespeare recomendamos esperar a una traducción oficial o en su defecto, a una fan. Si tuviera que señalar un defecto, es el escaso detalle del mapa. En otros juegos similares, el mapa deja más claro si has encontrado todos los secretos de la zona o no. Podremos personalizar nuestro mapa dejando marcas detalladas pero consume mucho tiempo y, en nuestra opinión, no es práctico.
Podéis encontrar TEVI en todas las plataformas por 28,99€. Su duración es de aproximadamente 15-20 horas, dependiendo de lo que nos perdamos por su mapa y lo que nos cueste superar los desafíos que nos propone.