Con The First Tree volví a tirarme a la piscina. Debo reconocer que lo solicité a la redacción en cuanto vi un escueto tráiler que enseñaba mucho pero explicaba poco. Tomé el riesgo de encontrarme el enésimo juego bonito pero con poco de todo lo demás; o de encontrarme con una experiencia narrativa a la altura de lo bonito que es el juego. Después de jugarlo puedo decir que ambas opciones son correctas, a su manera.
The First Tree más que un juego, es una experiencia narrativa con mecánicas muy sencillas, lo que fácilmente podríamos encasillar en el género de los walking simulator, tan de moda en los últimos tiempos. En el juego, tomaremos el control de una zorra que debe encontrar a su familia, mientras se va entrelazando una segunda historia, la de Joseph, un hombre que intenta reconciliarse con su pasado y reencontrarse con su padre en Alaska, y al avanzar con la zorra iremos explorando en la relación de Joseph con su padre. Así, brillantemente, dos elementos totalmente ajenos como la zorra y Joseph, se irán relacionando en una historia muy emotiva, con mucha fuerza, que se apoyará en unos paisajes dignos de enmarcar, una banda sonora soberbia y la voz en off de Joseph que nos irá narrando sus vivencias mientras avanzamos y encontramos los puntos de evento para continuar.
Hasta ahora todo suena bien, o muy bien, pero lo cierto es que sus fallos son evidentes, no porque se hayan cometido adrede, sino más bien debido a la modestia del proyecto, llevado a cabo por solo una persona, el estadounidense David Wehle. A pesar de que en el apartado artístico las texturas planas han dado su buen resultado, simple pero bello, es cierto que se repiten varios assets constantemente, lo que nos puede dar la sensación de cierta repetitividad, aunque como ya he dicho, en este caso parece ser más una limitación del tamaño del proyecto que una imposición artística del creador. La parte del control tampoco está muy depurada… nuestra zorra se mueve bien, pero podría hacerlo claramente mejor, podría poseer más animaciones y más suavidad, -sobre todo al saltar- pero volvemos al punto anterior, son borrones entendibles dada la modestia del juego, además de que no lastran la experiencia jugable.
Como ya hemos mencionado antes, guiaremos a nuestra zorra en busca de su familia, por unos entornos preciosos, mientras avanzamos y exploramos en busca de unos puntos brillantes que desencadenarán recuerdos de Joseph, el otro protagonista indirecto de la aventura, que nos irá acompañando contándonos su historia y su relación con su padre. Además de estos puntos brillantes, podremos encontrar hasta 150 coleccionables repartidos por los escenarios. Nuestra zorra podrá saltar con doble salto -aunque se nota totalmente artificial- pudiendo avanzar con ello por alguna zona de plataformas, aunque no sea la norma. También podremos excavar en zonas marcadas en busca de los coleccionables. Como vemos, la jugabilidad es muy sencilla, y es una pena que le falte trabajo en ella, aunque el resultado final tampoco se vea precisamente dañado al concentrar sus virtudes en el apartado audiovisual y en la narrativa.
The First Tree es un juego que entra por el ojo muy fácilmente, su apartado artístico es precioso con una estética minimalista, y una combinación de entornos de un gran colorido con algunas texturas y superficies lisas, que lejos de desentonar, le dan un punto más de arte al juego, como si por momentos estuviéramos viendo una gran acuarela en movimiento. Lamentablemente, y como hemos dicho anteriormente, este buen resultado se ve empañado por el fantasma de la repetitividad, y es que no tardaremos en darnos cuenta de la repetición de assets, lo cual no es demasiado grave, y más sabiendo la humildad del título, pero que esta ahí y lo vamos a notar bien pronto.
La banda sonora orquestal de grandes artistas como Message to Bears, Lowercase Noises y Josh Kramer, sí que brilla a un nivel realmente increíble, sin duda, el punto más fuerte del juego, y que ayuda a elevar la narrativa y al resto del título a un nivel superior.
The First Tree es una experiencia narrativa corta, ya que en un par de horas habremos cumplido nuestra doble misión acompañando a la zorra y a Joseph hasta un emocionante final. Por el camino solo tendremos que preocuparnos por algunos puzles sencillos, alguna sección de plataformas, y de la búsqueda de los coleccionables y los puntos de evento, a cambio, y además de nuestro control levemente deficiente, no tendremos ningún enemigo ni nada más de lo que preocuparnos que de esta bonita y emotiva historia de Joseph y su padre.
Si os gusta este «nuevo» género llamado walking simulator donde destaca la experiencia narrativa sobre la jugable, y os apetece dejaros embriagar por un apartado audiovisual con fuerza, sobre todo de su banda sonora orquestada, tenéis que darle una oportunidad a The First Tree. A pesar de sus puntos negros y de que existan experiencias mejores o más redondas, el juego se ha hecho su hueco entre las grandes sorpresas de 2018 en el mercado de consolas (desde 2017 en Steam).
La versión que hemos jugado es la de Nintendo Switch, con la que podrás hacerte en la eShop de Nintendo a tan sólo 9,99€, un precio que aunque pueda parecer elevado por tan solo dos horas de juego, si os gustan las experiencias narrativas no deberíais dejar de probar.