De vez en cuando nos llega un juego que es diferente a los demás que hemos jugado. Esta sensación la tuvimos este pasado mes de mayo con The Thaumaturge, un juego de rol muy centrado en su historia, con un combate por turnos bastante extraño y una ambientación histórica de lo más interesante desarrollado el equipo polaco Fool’s Theory, cuyo lanzamiento PlayStation 5 y Xbox Series se produce ahora. El anterior juego de la misma desarrolladora, llamado Seven, había sido también una gran sorpresa.  Se trataba de un juego en perspectiva isométrica, con combate en tiempo real y un sistema de parkour que jamás había visto en otro título. En esta ocasión Fool’s Theory ha decidido ofrecernos un juego histórico con componentes esotéricos y un combate por turnos.

La historia de The Thaumaturge tiene lugar en el año 1905, en la actual Varsovia, una ciudad inmersa en una gran tensión política marcada por la lucha de clases y la invasión de Rusia, entre otras muchas cosas que no tardaremos en descubrir a nuestra llegada. Nuestro personaje es un taumaturgo, alguien con el don de ver y sentir cosas imperceptibles para el resto de los mortales, como los sentimientos que las personas dejan impregnados en los objetos e incluso los demonios que pueblan la Tierra, unos seres conocidos como Salutors que se ven atraídos por los defectos de la humanidad y con los que podremos forjar pactos para que nos presten sus poderes.

No queremos destripar demasiado de la historia principal, pues es uno de los puntos fuertes de The Thaumaturge. La narración engancha desde el primer momento por su interesante mezcla de esoterismo y relato histórico, con pasajes muy muy bien escritos y personajes interesantes que consiguen captar nuestra atención. Esto es algo que se nota especialmente en Wictor, quien no podría estar más alejado de ser el típico héroe de videojuego, tanto por lo extremadamente orgulloso que es como por la personalidad tan difícil que tiene, algo a lo que hay que sumarle una relación complicada con la sociedad por su condición de taumaturgo y una serie de problemas familiares muy delicados que le generan múltiples sentimientos encontrados.

Ante todo, The Thaumaturge es un juego de investigación, donde usamos nuestros poderes -y un poco de trabajo detectivesco- para averiguar lo que está pasando. Wictor, nuestro protagonista, investigará la zona con sus poderes y conseguiremos ciertas pistas que nos darán acceso a nuevas conversaciones o posibilidades para “cerrar” los casos. A veces es complicado y por ello la exploración de los escenarios es un punto importante del título. Tendremos que estar atentos a la zona si queremos saber resolver algo de la mejor manera posible. En The Thaumaturge, combatir contra enemigos normalmente significa que hemos fracasado en cierta medida. De todas formas, hay combates obligatorios, y en general los enfrentamientos son parte fundamental del juego.

Aunque nuestra habilidad como detective es importante, no podríamos conseguir nada sin nuestros poderes. Los taumaturgos controlan a unos seres llamados salutors, que son la fuente de su poder. Cada uno de estos salutors tienen habilidades distintas, y el juego las identifica en forma de diferentes atributos. Para investigar los casos y las misiones a veces requeriremos de unos u otros atributos. Muchos de las misiones se resolverán de forma distinta cuando usamos unas habilidades u otras.

El combate es otro de los aspectos importantes de The Thaumaturge. Personalmente, el sistema de combate por turnos planteado para el juego me ha parecido bastante funcional, con un esquema básico fundamentado en ataques ligeros y pesados y una barra de cola de acciones muy semejante a la de Final Fantasy X. Cuanto más potente sea una habilidad requerirá, por norma general, más tiempo de preparación, lo cual a su vez dará margen para que nuestros enemigos ataquen antes o más veces. A su vez, además de los ataques de Wictor, también podemos invocar a alguno de nuestros Salutors para que realice su propia acción, pudiendo alternar entre uno y otro con total facilidad según lo que requiera la situación, ya que cada demonio cuenta con habilidades únicas y están muy bien diferenciados.

Por ejemplo, uno de ellos se especializa en bajar la concentración de los enemigos -si la reducimos a cero, interrumpiremos sus acciones y podremos desatar nuestras habilidades definitivas-, mientras que otro es perfecto para castigar con estados alterados a nuestros rivales. Para darle algo más de picante al asunto, alguno de nuestros contrincantes cuentan con rasgos pasivos que solo podemos anular rompiendo su concentración o cumpliendo el requisito que nos pidan, como tener cierto nivel en un atributo o atacar con un Salutor específico.

Esto puede parecer muy interesante sobre el papel y la premisa es estupenda, con un potencial estratégico enorme, pero a la hora de la verdad el combate no consigue desarrollar todo su potencial. Hay ciertas habilidades un tanto rotas que permiten resolver los combates con solvencia a base de ejecutarlas una y otra vez, por lo que me he visto repitiendo siempre las mismas habilidades ya que eran las más efectivas en la mayoría de casos. El combate, sin embargo, mejora en los jefes finales -que a su vez, son nuevos salutors que podremos controlar-. En estos combates es donde se pone más a prueba nuestra habilidad con el sistema de combate.

The Thaumaturge, por tanto tiene sus principales puntos fuertes en la narrativa y en el desarrollo de las misiones. Por supuesto esto flaquearía si la ambientación no estuviera a la altura. Estamos ante un título espectacular visualmente, con un uso magistral del Unreal Engine 5. A pesar de ser desde perspectiva isométrica, el nivel de detalle es maravilloso y Varsovia es una protagonista más de la historia. Las conversaciones son a nivel de suelo, y el juego en absoluto desmerece en estas situaciones. Hay algunas capturas que podrían ser postales.

El port a consolas, un punto siempre espinoso en este tipo de juegos, es fantástico y se nota con creces el tiempo extra que sus desarrolladores han dedicado a afinar esta versión. El control con mando está muy bien resuelto, quizá la mejor implementación vista en un titulo de estas características. El personaje se mueve con fluidez y la interacción con los elementos de los escenarios es perfecta, sin ningún tipo de atasco o de complicación tan habitual en otros lanzamientos similares. Funciona tan bien que incluso en algunos momentos parece que el juego ha sido diseñado para utilizar el mando en lugar del teclado y el ratón.

Es cierto que a nivel técnico hay compromisos. Se nos ofrecen modos que permiten priorizar gráficos y rendimiento y en mi caso con este tipo de juegos, los que tienen un desarrollo pausado y una estética impactante, me incliné por el modo que prioriza gráficos. El resultado fueron unos 30fps no del todo estables, si bien las caídas han sido puntuales y no me ocasionaron ningún tipo de molestia, con un apartado visual que no alcanza al de la versión PC con parámetros altos. Los modelados son peores y las texturas son de peor calidad, pero, como digo, el resultado es muy digno y perfectamente disfrutable. Además el juego, aprovechando los meses transcurridos desde el lanzamiento de la versión PC, llega muy pulido, sin bugs o problemas graves.

En resumen, The Thaumaturge es un juego interesante. Deja a un lado alguna cosa típica de los juegos de rol, como puede ser la mejora a través de equipo, pero tiene mucha acción-consecuencia, una interesantísima ambientación y buena variedad de situaciones. Quizá el combate podría haberse aprovechado más, pero se trata de un juego muy recomendable para todo aquel interesado en una excelente historia y en unas interesantes mecánicas de investigación.