Titan Quest fue una de esas sorpresas que aparecen de vez en cuando cada generación. Lanzándose al mercado en 2006, este juego desarrollado por Iron Lore y distribuido por la extinta THQ -luego comprada por Nordig games y rebautizada nuevamente como THQ Nordic– ofrecía un competente juego de rol occidental o WRPG, ambientado en las diferentes mitologías de la antigüedad en la que debíamos enfrentarnos a diferentes deidades y criaturas mitológicas.

Originalmente el juego recibió una expansión: Inmortal Throne, lanzada en el 2007 a tan solo un año de la salida del juego original. En principio la cosa pareció quedarse ahí, hasta que 10 años más tarde Iron Lore nos volvía a sorprender con una inesperada segunda expansión llamada Ragnarok, aprovechando también el anuncio de que su juego daría el salto a consolas. Y no contentos con eso, una tercera expansión llamada Atlantis fue lanzada al mercado en 2019, que es la que vamos a analizar a continuación en Playstation 4, en esta ocasión porteada por Pieces Interactive.

Titan Quest: Atlantis nos lleva hasta la ciudad fenicia de Gadir -la actual Cádiz-, donde nuestro héroe por defecto encuentra el diario del propio Hércules, según el cual estaría siguiendo los pasos y las pistas para encontrar la mítica ciudad de la Atlántida -como curiosidad histórica, muchos historiadores consideran que la Atlántida se ubicaría en Cádiz si es que realmente llegó a existir-. Este diario nos llevará a un viaje en el que intentaremos localizar la legendaria ciudad perdida y de paso, combatir a unas cuantas criaturas que intentarán acabar con nosotros.

La primera pregunta que se nos viene a la cabeza es: ¿cómo se ha adaptado este juego de rol de teclado y ratón al pad tradicional? pues en general podemos decir que dentro de sus limitaciones y botones, no se ha adaptado mal del todo. Moveremos al personaje directamente con el stick y atacaremos con el botón de ataque en el caso de que juguemos a melé, atacando automáticamente al enemigo más cercano gracias al autofijado. En el caso de las armas a distancia como arcos y dagas, pulsando un botón nos aparecerá una especie de cono con el rango de acción de dicha arma y podremos apuntar a los enemigos que se encuentren dentro. Finalmente, para habilidades especiales y consumibles, los botones L y R nos ofrecerán un menú radial desde donde podremos seleccionarlas fácilmente.

En general la interfaz del juego se ha intentado adaptar lo mejor y más cómodamente posible al mando, tanto en el gameplay como en los menús, aunque sigue siendo bastante caótico en algunas ocasiones. Por ejemplo, en la versión de PC es tan sencillo como pasar el cursor del ratón por encima de cualquier objeto en el suelo para que nos muestre rápidamente su descripción y sus stats y decidir así si lo cogemos o no, pero jugando con pad la cosa se complica, para hacer la misma acción debemos abrir una miniventana donde aparecerán los objetos más cercanos a nosotros para poder ver sus estadísticas. No es una mala alternativa, de hecho es la única alternativa para bien o para mal, pero definitivamente jugando con ratón es todo mucho más rápido e intuitivo.

Hablando ya del contenido de la expansión en sí, nos vamos a encontrar con una nueva campaña de unas 8 horas de duración que nos llevará por Gadir, África y por supuesto, la mencionada Atlántida. Hay que mencionar que no podremos acceder a esta expansión hasta que no hayamos avanzando un buen trecho en el juego base, concretamente hasta el principio del acto IV, lo que nos puede llevar perfectamente unas 20 horas. Se aconseja además estar a buen nivel, pues los enemigos rondarán el nivel 30-35 si jugamos en dificultad normal y nivel 60-65 en dificultad épica.

Y de la campaña podemos decir que está bien, pero podría haber sido mejor. No contamos con un gran argumento a la altura, de hecho prácticamente nos dará igual, la gracia de esta expansión es seguir ampliando el juego -que ya de por sí es largo y variado- con nuevos mapas y enemigos. Entre el nuevo contenido añadido al juego, contaremos también con nuevas armas y hechizos y un nuevo NPC «loot box» que nos permitirá adquirir equipamiento aleatorio a cambio de una suma de dinero.

Pero una de las grandes novedades que incluye Atlantis es sin duda el modo tártaro, que nos ofrece un reto más que a la altura. En este modo, nos enfrentaremos en una serie de combates por oleadas en durísimos enfrentamientos que nos hará luchar contra los mayores rivales del juego. Este modo no es ningún paseo, hay que poner en práctica las mejores estrategias para poder vencer. Pero sin duda lo mejor de este modo es la posibilidad de jugar en modo multijugador con hasta 6 personas, lo que puede que hacer las cosas más fáciles, o no.

En definitiva, si bien el salto de Titan Quest a consolas fue un salto de fe muy arriesgado, el resultado no es del todo malo y se deja jugar, siempre teniendo en mente que en PC se juega muchísimo mejor. Esta nueva expansión de Atlantis alarga un poco la vida útil del juego, pero es cierto que tampoco añade demasiado y no nos perdemos gran cosa en caso de prescindir de ella. Pensada principalmente para completistas y quienes quieren ver nuevo contenido de su juego favorito.

 


Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Dead Good Media