Era sólo cuestión de tiempo que después de la vuelta a casa del indio más famoso, en Turok, cuyo análisis también publicamos en 33bits, le tocase el turno a su excelsa segunda parte, Turok 2: Seeds of Evil. Y es que aunque a nuestros modernos ojos ambas entregas nos parezcan parecidas, en su día el salto cualitativo de una entrega a otra fue enorme, y hoy, gracias a su reciente salida de la versión remasterizada en Nintendo Switch, vamos a volver a La Tierra Perdida con un nuevo guerrero Turok y el destino del mundo en nuestras manos.
El Turok 2 original, salió a la venta en diciembre de 1998 para Nintendo 64 de la mano de Iguana Entertaiment, grupo de desarrollo perteneciente a la extinta Acclaim. A los pocos meses le siguió una versión para PC, y simultaneamente al de Nintendo 64 un spin-off o versión convertido en plataformas para Game Boy Color. El juego gozó del éxito de ventas y de crítica, y se convirtió en un referente técnico para Nintendo 64, que vio el salto cualitativo entre el primer Turok y su secuela.
Ahora, de la mano de Nightdive Studios, podemos disfrutar de las versiones remasterizadas de la primera y segunda entrega de esta franquicia, tanto en PC, como en Xbox One y en Nintendo Switch. Una puesta a punto necesaria para el relanzamiento de estos dos clásicos, que sin perder la esencia de las entregas originales, ve la experiencia muy mejorada por un aumento superlativo del rendimiento de los juegos, y una actualización gráfica acorde a los estándares actuales, con una resolución acorde con la alta definición y la aplicación de filtros de suavizado y de definición de texturas.
Es interesante recordar, para los despistados, que Turok es el personaje, o personajes, pues no es una persona determinada, sino un cargo especial que se ha venido dando en la familia Fireseed, de una serie de comics estadounidenses. A pesar de pasar por varias editoriales, fue de la mano de Valiant Comics cuando dio el salto al mundo de los videojuegos con el primer Turok: Dinosaur Hunter para Nintendo 64, PC, y un spin-off para Game Boy. En esta primera entrega, manejábamos a Tal’Set, un Turok con la misión de salvar La Tierra Perdida de las garras del Campaigner, un cyborg que buscaba hacerse con un arma antigua llamada Chronoscepter, con la cual podría hacerse con el control de todo.
Sin embargo fuimos nosotros los que juntamos las partes de esta reliquia, y la usamos contra él, acabando con su vida y devolviendo el equilibrio a La Tierra Perdida. Tal’Set, para que el Chronoscepter no cayera en malas manos, decidió destruirlo lanzandolo a un volcán, y hasta aquí llega lo que vimos en Turok: Dinosaur Hunter. Lo que Tal’Set no podía saber es que la energía del Chronoscepter al colapsar con el magma del volcán, produjo un terremoto que despertó a otra entidad cósmica, esta mucho más peligrosa que Campaigner: Primagen, que se encontraba en un profundo letargo.
Y aquí comenzamos Turok 2, varias generaciones han pasado y Primagen y su ejercito ya están listos para afrontar la invasión y conquista de La Tierra Perdida, por lo que Adon, la Portavoz de la Eterna Luz, invoca a un nuevo Turok, y esta vez esa responsabilidad recae en Joshua Fireseed, descendiente de Tal’Set. Turok deberá proteger los cinco Tótems de energía repartidos por La Tierra Perdida para poder tener una oportunidad frente a Primagen, y todo ello sin olvidar que alguien aún peor se esconde entre las sombras.
En Turok 2 volvemos a vernos las caras con un First Person Shooter de corte clásico, muy rápido, y definitivamente un marcado acento arcade con mecánicas prácticamente en desuso como la de depender de ítems de salud para recuperar o aumentar la vitalidad y no disponer de regeneración de vida automática. Esta vez tendremos seis niveles más un hub desde el cual podremos acceder al resto de niveles: el Puerto de Adia, el Río de las Almas, los Pantanos de la Muerte, la Guarida de los Ciegos, la Colmena de los Mántidos, y finalmente, la aeronave de Primagen.
En estos niveles, de extensión muy considerable y complejidad garantizada, tendremos que cumplir una serie de misiones para poder pasar a la misión final del nivel. Estas misiones variarán entre rescatar a alguien, activar algo, recoger objetos, o destruir a cierto tipo de enemigo, y muchas veces el juego no nos explicará que tenemos que hacer para superar esas misiones. La misión final es defender el Tótem de energía del nivel de un asalto de las hordas de Primagen.
Además en estos niveles, necesitaremos recoger llaves, tanto para desbloquear el acceso a niveles avanzados, como para desbloquear el combate final contra Primagen, encontrar unos talismanes, que nos darán ventajas especificas como andar por la lava, saltar más alto, o no vernos afectados por el agua tóxica, y encontrar las piezas del arma definitiva, el Nuke. También hay que decir que existen unos portales falsos creados como trampas para Turok, que nos llevarán a una zona con un tipo de enemigo específico y unas voces que nos avisan de que algo aún peor nos acecha, Oblivion, lo que enlaza directamente con el tercer juego.
Y para lograr nuestros objetivos en estos niveles tan extensos como bien diseñados, se nota que Iguana eran unos genios con los diseños de niveles, contaremos con un arsenal de 23 armas, contando los ‘vehículos’ que podremos usar durante el juego. Armas de lo más imaginativo dispuestas a cercenar a cualquier enemigo que se cruce en nuestro camino, aunque hay que destacar una sobre todas, que ha pasado ya a la historia de los videojuegos, el cerebral bore, y nada mejor que ver el vídeo para saber que los chicos de Iguana eran fans de la saga de películas Phantasma.
En el apartado técnico, esta remasterización de Turok 2 ha vuelto a ser muy fiel a la versión original, como lo fueron la versión de Steam y de Xbox One: aumento de resolución, suavizado de modelados y aumento considerable de la distancia de visión, con lo que opcionalmente, todo es regulable en el menú de opciones, se puede eliminar la niebla de las zonas abiertas, aunque no deja de tener encanto jugar como era en su día sin ver lo que nos esperaba más adelante.
Por lo demás nada ha cambiado, el trabajo se puede decir que ha sido mínimo, aunque suficiente, la conversión ha sido prácticamente la misma que ya conociamos en Steam y Xbox One y no esperábamos sorpresas más allá de las mejoras técnicas, gráficas, y de rendimiento. Sin embargo hemos perdido el modo multijugador del juego. No era más que un extra, una pequeña muestra de lo que luego sería Rage Wars, pero de todas formas no se entiende muy bien el por qué de esta decisión.
El apartado sonoro es el mismo que el original, y en su día era realmente bueno, con melodías que nos mantendrán en tensión y otras que nos invitarán a la acción rápida y frenética. Un gran paso respecto a la primera entrega, que además incluyó una gran cantidad de voces, algo extraño en los juegos de Nintendo 64 dado su espacio limitado en cartucho. Los FX continúan a una gran altura, sobre todo el de las armas y el de los enemigos.
Para esta versión de Switch, el control ha recibido el uso del giroscopio como en el anterior juego. Una opción más que se agradece, aunque no es muy recomendable para el modo portátil de la consola.
Turok 2: Seeds of Evil para Nintendo Switch cumple con su conversión de igual modo al que lo hizo su primera entrega, sin embargo, y a pesar de que el juego base es muy superior, no podemos quitarnos la sensación de que se ha hecho lo mínimo exigible, y que además nos lo veíamos venir. Lo que no nos veíamos venir ha sido la no inclusión del multijugador, aunque puede que sea incluido en futuras actualizaciones del juego, este es un punto que no está muy claro en este momento, pero que afecta negativamente a esta revisión respecto a la de Steam y Xbox One.
De todos modos, y a la espera de ver que pasa con el modo multijugador, Turok 2 es un gran clásico, con una jugabilidad arcade muy bien implementada, y unas altas dosis de gore poco frecuentes en la máquina que lo vio nacer. El diseño de los niveles es loable, y su extensión se aleja de lo normal del género. Dispondremos de gran variedad de armamento y gran variedad de enemigos para experimentar con él. Los enemigos tienen unas rutinas más trabajadas que en el primer Turok y nos sorprenderán atacándonos en zig zag, autodestruyéndose cuando se creen vencidos, o huyendo de nuestro juguetito, el cerebral bore.
Si todavía queda gente que no conoce este clásico moderno de los shooters en consola, esta es una oportunidad de oro. Es una pena que lo del multijugador empañe una edición HD que se acercaba al sobresaliente, pero que sigue en el notable alto, la base es demasiado buena como para ignorarla, y que si Nightdive quiere, todavía puede mejorar. Muy recomendado, pero hay que tener en cuenta que como shooter clásico, muchos de sus elementos jugables son de la vieja escuela, y sus niveles son muy largos, extensos y en ocasiones hasta complicados, esto es bistec, no fast food.
Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Nightdive Studios