Wartile es un juego que nos viene de la mano de Playwood Project, su primer título de renombre. Antes de comenzar, digamos algo de Wartile; se trata de un título que engaña a la vista, complaciendo a algunos, decepcionando a otros, pero seguro que sorprendiendo a todo el mundo. Y es que, ahí donde lo véis, es un juego en tiempo real. ¿Y cómo encajan casillas hexagonales y el tiempo real? Si os interesa, escuchad esta historia.
Wartile es un juego de estrategia en tiempo real, donde manejamos a unas pocas unidades en un escenario también pequeño, dividido en casillas hexagonales y con miniaturas como personajes. También hace uso de escenarios pequeños pero en forma de maqueta, lo que le da al título un toque propio y diferente. Las unidades usan un sistema de «cooldown» -o enfriamiento- para los movimientos y los ataques que explicaré más adelante. El título hace uso de la mitología nórdica y de los vikingos para su ambientación, y aunque este realmente manida a estas alturas, creo que pega bastante bien con lo que el juego intenta transmitir.
Después de una misión introductoria, donde se explican los rasgos básicos, tenemos acceso a la «mesa». Ya que hay miniaturas, nada mejor que una verdadera mesa donde acceder a las opciones del juego. Además de elegir misiones, podemos comprar y vender material, contratar nuevas miniaturas, equiparlas y elegir las misiones. El menú es simple, pero gracias a eso también es claro y directo. La historia nos lleva por un mundo vikingo donde una plaga asola nuestras tierras, y somos los responsables de encontrar la cura. Eso nos llevará por lugares típicos de la mitología, varios de ellos fantásticos.
La jugabilidad de Wartile, como ya he dicho, usa un sistema de cooldowns. Cuando queramos mover la miniaturas, deberemos esperar unos pocos momentos para ser capaces de hacerlo, siempre a una casilla que esté libre y que sea accesible. Para poder mover las unidades lo suficientemente rápido, podemos ralentizar el tiempo y movernos a nuestro gusto. Moverse rápido y colocarse es la mitad de la batalla, si tenemos la ventaja de la altura, bien, y si además flanqueamos al enemigo, mejor que mejor.
La otra mitad, por supuesto, son las unidades. Cada una de ellas tienen sus particularidades y sus habilidades propias, que irán mejorando con el paso de las misiones. De todas formas, ninguna de las habilidades es claramente mejor que otra. Debemos de buscar un estilo de juego propio, y las diferentes habilidades nos ayudarán a hacerlo. Dependiendo de cada unidad, ese estilo variará. En las primeras misiones podremos llevar pocas unidades, pero con el tiempo se extenderá hasta cuatro.
A lo largo de las misiones de Wartile podremos recoger botines; estos pueden venir en cofres que encontraremos a lo largo de los mapas, como recompensas al matar ciertos enemigos o como recompensa final al finalizar una misión. Las recompensas son fundamentales para poder equiparnos como es debido. El juego, como ya he comentado, posee una tienda, pero los objetos son escasos y demasiado caros. El botín de las diferentes misiones es fundamental para poder seguir adelante.
Las misiones del juego son bastante variadas, aunque todas comparten una cosa: el combate. Como indico en el segundo párrafo, se trata de un juego de estrategia, así que el combate es prácticamente lo único que llevaremos a cabo. Personalmente, creo que le hubiera venido bien cierto roleo, pero es el fan del rol el que habla, no el analista. Así que os diré que el título funciona bastante bien tal y como es.
Hablando un poco más de las misiones, debemos rescatar a personas, aguantar hordas de vikingos en nuestro hogar, saquear tierras enemigas, y muchas otras cosas. Las misiones tienen tres diferentes niveles de dificultad, con diferentes obstáculos y recompensas. Por supuesto, no hace falta jugar las dificultades más altas, pero las recompensas suelen merecer la pena, y dado que el juego puede hacerse un poco corto -alrededor de 9 horas-, volver a jugar estas misiones puede ser interesante.
La parte visual de Wartile es uno de sus puntos fuertes, las maquetas y la miniaturas le dan al título un aire y atmósfera propios. Es un juego bonito en su estilo, aunque este puede no agradar a todo el mundo. A mi personalmente me gusta la idea de miniaturas haciendo su vida en un entorno pequeño, que no se muevan hasta que nuestras propias miniaturas interactúen con ellas. La música y los sonidos cumplen, dando ese toque lúgubre del que intenta hacer gala Wartile.
En conclusión, Wartile es un juego de estrategia competente, y sobre todo, bastante distinto a lo que podáis encontrar en el mercado. El sistema de combate basado en cool downs es interesante, y aunque puede pecar de ser poco profundo y corto, es una experiencia que gustará a muchos. Si os gusta la mitología nórdica, el juego gana enteros, dado que la trata con respeto e interés.
Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Evolve PR