Tras unas cuantas décadas de aventuras y una ingente cantidad de títulos, la franquicia The Legend of Zelda siempre ha relegado su protagonismo en Link. El joven espadachín ha sido la cara visible desde 1986 y pese a que la princesa del Reino de Hyrule lleve acompañándonos desde los orígenes de la mítica saga de Nintendo, los fans nunca han tenido el control de Zelda en los juegos principales, salvo excepciones, como lo son algunos spin offs.

La Gran N, por fin ha puesto remedio a esto con la nueva entrega de la serie; Echoes of Wisdom, donde Zelda deja de lado el papel secundario de princesa en apuros para convertirse en heroína. ¿Estará a la altura de la leyenda que lleva su nombre?

Una de las principales novedades que nos encontramos de primeras en Echoes of Wisdom, es el regreso a la perspectiva cenital. Esta decisión nos sumerge en una tierra de Hyrule totalmente diferente a lo que hemos vivido recientemente en la franquicia con Breath of the Wild y su secuela Tears of the Kingdom, pero también, familiar a experiencias pasadas. De esta manera, los de Kioto han buscado alternar con diferentes proyectos, los de gran magnitud, como las entregas en tres dimensiones, y las más clásicas e ingeniosas, que pueden servir para experimentar con la saga.

Un cetro para replicarlos a todos

Lo que sí realmente marca la diferencia en esta nueva entrega, es sin duda, Zelda y el cetro que nos otorga Tri, un ser misterioso que nos acompañará en todo el periplo. La particularidad de este objeto es que nos permite utilizar las dos mecánicas estrella del juego: las réplicas de ecos y el vínculo. Con la primera, podemos crear réplicas de todo tipo de objetos, desde camas, pasando por jarrones, mesas o incluso bloques de agua. También podemos memorizar los enemigos derrotados por primera vez para poder utilizarlos como ecos. ¿Quién ha imaginado alguna vez utilizar a un Octorock, Moblin o incluso Lizalfos para nuestra causa?.

Crear a estas réplicas, por supuesto, tiene sus limitaciones. Para ello se ha creado un sistema sencillo y equilibrado: invocar cada objeto o monstruo conlleva un coste de energía, si superamos la capacidad que tiene Tri en ese momento las replicas irán desapareciendo.

Por supuesto que a medida que avancemos en la aventura esto se irá solventado, pero estas norma siempre estará ahí. Esto es interesante en la manera que tenemos de superar los obstáculos y puzles que nos propone el juego, ya que muchas veces tenemos que apañarnos y darle al coco para salir victoriosos. Sobre la otra habilidad de Tri, el vínculo, nos permite vincularnos con objetos u enemigos para moverlos a voluntad o incluso hacerlo de manera inversa. Es una mecánica que como podéis intuir, casa muy bien con los ecos y a lo largo de la aventura, se exprime bien con diferentes situaciones, puzles e inclusos combates.

Una princesa de armas tomar

Como podéis imaginar, el combate cambia radicalmente respecto a las experiencias pasadas. Ahora, podemos invocar a los enemigos para que hagan el trabajo sucio por nosotros. Mientras nosotros con Zelda nos dedicamos a esquivar, ya sea con el movimiento de giro o estando lo más alejados posibles del rival. Nos ha gustado todo lo que rodea a las réplicas, especialmente, por todo lo que hay detrás de ellas. Ya sea por su uso en un sinfín de situaciones y porque funcionan a la perfección como elemento coleccionable, ya que poseemos una Enciclopedia de Réplicas que registrará todo lo memorizado. Lo malo de esto, es que al tener ya una buena cantidad de objetos y monstruos memorizados resulta algo frustrante o engorroso movernos por el menú para asignarnos al eco a invocar.

A todo esto, el cetro de Tri no es la única opción que tiene Zelda para derrotar a sus enemigos.  La princesa también cuenta con la ayuda del modo espadachina. Este sirve para pasar a la acción de manera mucho más directa, repartiendo espadazos y teniendo la posibilidad de cubrirnos con el escudo. Es una manera algo artificial de no desprendernos de Link y de poner las cosas más fáciles en ciertos enfrentamientos. Por suerte, tiene una limitación temporal de uso. Eso hace que esté bien implementado ya que no deja al cetro y las invocaciones de ecos en un segundo plano.

Hyrule, tierra de libertad

Nada más poner pie en tierra en la campiña de Hyrule, sentimos que estamos ante un mundo abierto amplio y con un montón de secretos a descubrir. Desde diferentes localizaciones que visitar, personajes con los que interactuar e incluso ayudar en misiones secundarias o enemigos que derrotar. Esto último aquí cobra mucha más importancia gracias al cetro de Tri, del que os hablaremos más adelante. Todo esto, por supuesto, lo podemos hacer casi con total libertad desde el principio del juego. Solo un par de zonas estarán bloqueadas hasta que no avancemos lo suficiente en la trama argumental.

Sobre las misiones secundarias, muchas de ellas son sencillas, siendo estas las típicas de recadero. Pero aún así, hay unas cuantas que merecen mucho la pena y desbloquean minijuegos con jugosas recompensas. Todo esto enriquece a un mundo abierto que por diseño nos ha gustado, especialmente por la cantidad de secretos que esconden algunas cuevas que funcionan como minimazmorras.

Sobreviviendo al vacío

Junto a la libertad del mapeado, una de las cosas que hereda Echoes of Wisdom de las aventuras más recientes de Link es la posibilidad de ser nosotros mismos los que podemos elegir en qué orden resolver los diferentes problemas que asolan las regiones de Hyrule. Muchos de estos conflictos están causados por las brechas del vacío, unas pequeñas zonas dimensionales en las que debemos de entrar. Ya sea de manera obligatoria para avanzar en la trama y en otras ocasiones, por nuestra cuenta, ya que forman parte del contenido secundario.

Para superar estos pequeños niveles debemos de ir recogiendo una cantidad de objetos clave. Sinceramente, son un añadido más que interesante, ya que su resolución tiene un toque plataformero que le sienta bien y se diferencia de otros retos que se nos propone. Pero la sensación general a medida que han ido pasando las horas de juego es de ser un mero tramite previo a nuestro objetivo principal.

De vuelta a las mazmorras

Volver al sabor añejo de las aventuras clásicas, significa, volver a enfrentarnos al reto de las mazmorras, la búsqueda de llaves por las diferentes salas y los jefes finales. En esta ocasión, Echoes of the Wisdom tiene dos tramos argumentales bien definidos por sus mazmorras. En el primero, estamos ante zonas donde el juego se recrea en una toma de contacto con las mecánicas y su aprendizaje. Siendo sus calabozos demasiado sencillos.

En parte es normal que tenga que existir una dificultad progresiva, pero aún así, no presentan ningún reto si las comparamos con otras mazmorras iniciales vistas en la saga, siendo demasiado lineales y básicos en cuanto a diseño. Por el contrario, tras unas horas de juego comenzamos con una segunda mitad donde se cambian las tornas. El juego consigue arrancar tras olvidarse del segmento inicial de aprendizaje y muestra lo mejor de sí mismo.

Las mazmorras pese a que están lejos de las mejores de la saga, cosa lógica en parte por el historial que hay detrás, son bastante dignas. Ofrecen una cierta complejidad que se echaba de menos, tienen un buen diseño y nos ofrecen puzles con una buena resolución. Son muy disfrutables, especialmente un par de ellas. Es por eso que pensamos que nos ha faltado un pelín más para redondear todo por completo. Seguramente el juego habría ganado con un par de mazmorras del nivel de las últimas que visitamos. No entrarán en un podio de las mejores que nos ha dado la formula clásica, pero sí que son más que dignas, tienen complejidad, un buen diseño y nos hacer recordar lo mucho que las echamos de menos.

Un apartado audiovisual de lo más ‘cucco’

Visualmente, Echoes of Wisdom bebe directamente del remake de Link’s Awakening que vimos en Nintendo Switch en 2019, con ese estilo tan peculiar que nos sumerge en un diorama con juguetes. Volver a este diseño artístico ha sido un acierto total, le sienta genial y le da un acabado encantador. No es nada nuevo en la saga, pero Hyrule sigue siendo un lugar colorido, lleno de vida y que realmente se muestra muy bello .

Pese a lucir tan bien, la nota discordante sin duda se la lleva el rendimiento. En modo portátil no hemos encontrado problemas, pero jugando a través del dock es cierto que hemos experimentado algunas ralentizaciones en el mundo abierto. Por suerte no es nada que empañe gravemente la experiencia, de hecho, funciona mejor que el mencionado Link’s Awakening, pero estas caídas de frames son algo que están ahí.

El apartado sonoro sigue la estela de lo que nos tiene acostumbrado la Gran N con la saga. Con melodías de alto nivel, que en esta ocasión, dejan el tono épico a un lado para ofrecernos temas mucho más alegres o cálidos. El trabajo realizado en ese sentido nos ha parecido fantástico. Desde el añadido de nuevas canciones, pasando por algunos arreglos de temas más que conocidos por los fans, que en lo personal, nos han dejado un buen sabor de boca.