Vivo en un mundo maravilloso, lleno de lugares interesantes, con gente curiosa, con peligros, con desafíos. Donde encontraré nuevos hogares y casas donde asentarme, viviré aventuras y lucharé contra el mal. Pero tengo que ser rápido porque en un minuto estaré muerto.

Pues esto es Minit, una aventura en forma de action-RPG donde cada minuto nos vamos al hoyo. Y tenemos que exprimir ese minuto al máximo, hacer que cuente, y conseguir cambiar cosas hasta llegar a la fábrica de espadas y romper el bucle. Groundhog Day/Atrapado en el Tiempo, donde el esquema es similar, debemos hacer las cosas bien en nuestro Punxsutawney virtual para volver a nuestra vida normal.

One Minute Hero

Hace diez años ya que los japoneses Marvelous Entertainment nos demostraron que se puede ser un héroe de RPG con tan solo treinta segundos, de una forma muy ingeniosa. O su extraña versión en 30-Second Hero, más espartana, mucho más breve……..Que se puede oye, que podemos meter un género asociado al consumo de horas en breves lapsos de tiempo.

Minit es un tesorito cuyo aparente pequeño tamaño encierra una riqueza sin parangón. Un proyecto que surge del talento y de la experiencia de cuatro mosqueteros: Kitty Calis, Jan Willem Nijman, Jukio Kallio y Dominik Johann. Calis fue productora nada menos que de Horizon Zero Dawn; Nijman forma parte del estudio Vlambeer, creadores de Nuclear Throne; Kallio también trabaja en Vlambeer y compuso la música de ese juego, y de las Cara B de Celeste; Johann, por su parte, ha trabajado como diseñador gráfico en cosas como Hotline Miami 2. El NEWTEAM del Indie, oigan, trabajando para Devolver Digital.

Así, esta aventura es un action-RPG que sabe homenajear y parodiar con cariño a la saga Zelda, y precisamente el comienzo de nuestras desdichas es precisamente un homenaje/parodia inteligente a Link’s Awakening: encontrar una espada en la playa, tras un apacible paseo. A partir de ahí, comienza una cuenta atrás donde cada minuto morimos para volver a empezar desde nuestra casa. Un extraño personaje nos dice que debemos ir a la fábrica de espadas si queremos que la maldición termine.

Realmente el combate no es numeroso, siendo más puzle que mera acción cuando tenemos que afrontarlo. Y la clave es explorar, cumplir encargos, conseguir objetos y abrir caminos para que en cada minuto podamos avanzar más. Podemos cambiar nuestra casita inicial por otros puestos donde empezar nuestro minuto de gloria, y los objetos conseguidos tanto los que forman parte de la historia, como monedas y corazones, permanecen con nosotros.

Su mapeado es de tamaño comedido, pero lleno de información y zonas interesantes, así como todo tipo de interconexiones, portales y caminos. Es muy satisfactorio ir avanzando y consiguiendo cosas pasito a pasito. El juego tiene una duración breve -yo lo terminé en poco más de dos horas y media, se puede pasar en bastante menos- que casa con ese sistema de juego marmotero, con el añadido de que podemos suicidarnos pulsando un botón y empezar en nuestro refugio actual, evitando de esta manera momentos de frustración por no llegar o sobrarnos tiempo, un ritmo formidable desde luego.

Conceptualmente el juego es otro filón, porque aquí no se quedan las cosas en meros guiños u homenajes, sino que tantos sus situaciones como su extraño argumento satirizan y desmenuzan aspectos del videojuego. No pierdo los anillos por decir que no comprendí de primeras esos intrincados mensajes en según qué escenarios o situaciones, y eso solo hace más delicioso rejugar a Minit, sumado al grandísimo añadido de una Nueva Partida + donde los bucles se reducen a 40 segundos y los objetos y puzles cambian o se retocan respecto a la partida inicial, así como alguna sorpresa más añadida. Es con esta partida + donde vemos la dimensión y profundidad del juego, no es mera dificultad y tiempo de juego extra, es parte del mismo juego.

Maldito rufian……….A buscar dinero para poder explorar a toda pastilla

Graficamente……¿Y que puedo decir? Esto es un Sinclair ZX Spectrum, con solo dos colores en pantalla, o uno realmente -el negro es ausencia de color-. Pero todo se mueve de manera muy suave, con un trazo detallado y claro, y diseños ingeniosos y simpáticos. La música de Kallio es maravillosa y pegadiza, como mandan los cánones del homenaje a los 8-bits. Los efectos son fantásticos…..demasiado, porque muchos de ellos, como el del metal o la madera no es que suenen a cascajillo como correspondería, pero a mi me gustan las cosas así, juegos a golpe de pixel que corrigen y mejoran, manteniendo el ancla con ese pasado al que rinden respeto.

Pues no hay más que añadir, o realmente si, pero hay que respetar el espíritu de este juego y dejar un análisis de rápida lectura y disfrute visual. Minit está disponible en todas las plataformas de calado actuales en el mercado, incluido Android e iOs, y ha llegado al Game Pass de Microsoft, así que también teníamos que rendirle culto desde nuestro portal.