En noviembre del año pasado llegaba a nosotros Hyrule Warriors: La era del cataclismo, una nueva entrega de la subserie Hyrule Warriors aparecida en 2014 en Wii U -con una versión para Nintendo 3DS y una edición definitiva para Nintendo Switch-. De la mano de Koei Tecmo y su estudio Omega Force, nacía este subsaga -considerada spin-off- que introducía el universo de The Legend of Zelda en un género inédito para la franquicia como es el musou, además lo hacía bajo los estándares jugables de la extensa franquicia Warriors, obra magna del estudio Omega Force.

A Nintendo le debió de gustar el resultado, porque además de las versiones de 3DS y Switch, dio luz verde a una nueva entrega de Hyrule Warriors, aunque esta se centraría específicamente en el universo de The Legend of Zelda: Breath of the Wild, el juego más exitoso de la franquicia -en ventas- el cual vio la luz en 2017 y prepara una secuela para el próximo año.

Con Hyrule Warriors: La era del cataclismo ya entre nosotros, podemos decir que Omega Force consiguió superar al Hyrule Warriors original con todo el extenso contenido del título enmarcado dentro de la historia del juego de una forma muy notable, en lugar de estar estructurado en diferentes modos de juego como la primera entrega. Ese énfasis en el argumento hacía al juego más ameno e interesante, y encajaba muy bien con ciertas mecánicas de Breath of the Wild.

La historia gira sobre los hechos ocurridos 100 años antes de Breath of the Wild, pero en una línea temporal diferente creada por uno de los nuevos personajes diseñados para la ocasión y que propicia que todo lo que ocurre en el juego, no deba ceñirse a la historia que ya nos enseñó Breath of the Wild con sus famosos flashbacks, y que los desarrolladores hayan gozado de cierta libertad de actuación. Sin embargo, el hecho de que el argumento transcurra en una línea temporal diferente y que a pesar de todo el envoltorio seguimos estando ante un Hyrule Warriors, el juego está considerado no canónico.

Tras un arranque en ventas espectacular para un juego de un género tan nicho, hace unos meses Nintendo nos anunció un pase de expansión dividido en dos contenidos descargables: El latido ancestral y el guardián de los recuerdos. De los cuales el primero nos ha llegado hace apenas unos días y el segundo está planeado para final de año. Con la compra del pase de expansión también teníamos acceso directo a un set de espada y armadura ancestral de prueba.

Pero centrándonos en El latido ancestral, la novedad más importante es la inclusión en el juego del Real Laboratorio de Tecnología Ancestral, un laboratorio donde Prunia y Rotver llevan a cabo sus estudios. En esta instalación nosotros tendremos disponible un árbol de habilidades compuesto de misiones de entrega -y a veces alguna condición adicional-, donde por ir cumpliendo dichas misiones, obtendremos varias mejoras y otras recompensas bastante interesantes.

Este árbol de habilidades está dividido en tres ramas, una dedicada principalmente a la cocina y elementos curativos, como por ejemplo, la mejora de la curación de las manzanas, el permitir comprarlas y reducir su precio, reducir la cantidad de ingredientes necesarios para las recetas de cocina, o mejorar el sensor para encontrar más fácilmente los ingredientes.

La segunda rama y la más interesante a priori es la que nos permite conseguir nuevas armas y un nuevo personaje, como por ejemplo las garras entrelazadas para Link o la moto hyliana para Zelda. El nuevo -y único- personaje añadido en este DLC y el más complicado de conseguir es el Guardián de Batalla, un Guardián de los grandes con el que limpiar la pantalla de enemigos será coser y cantar.

Por último, la última rama está dedicada a las mejoras de ampliación de la capacidad de nuestro inventario de armas, la mejora de nuestras habilidades -imán, paralizador, bomba y tempano-, y la opción de acceder a las nuevas misiones EX. Una vez conseguido desbloquear las misiones EX, éstas aparecerán en el mapa y podremos entrar a ellas. La mayoría de estas misiones nos harán enfrentarnos con enemigos más difíciles y nos darán recompensas necesarias para cumplir otros encargos del laboratorio.

La última adición de esta primera entrega del pase de expansión es un nuevo modo de dificultad, Apocalipsis, solo apto para jugadores que disfruten con dificultades extremas. En principio puede parecer que el contenido del DLC El latido ancestral es un poco escaso cuando aparte del nuevo nivel de dificultad, del laboratorio y las misiones EX, solo conseguimos acceso a dos armas nuevas -garras y moto-, y a un único personaje adicional, pero es justo decir que obtenerlos nos llevará horas.

Es cierto que mirando el listado de lo que incluye cada pack de contenido adicional de los dos inicialmente programados, a priori es el segundo –El guardián de los recuerdos– el que parece más interesante o el que más contenido aporta, pero no por ello hay que subestimar las horas de diversión que completar el árbol de misiones del Real Laboratorio de Tecnología Ancestral nos llevará, además lo interesante de las dos armas nuevas -en especial la moto- y de poder manejar un enorme Guardián de Batalla.

También es comprensible que no todo el mundo se quede satisfecho por la inclusión de un solo personaje jugable nuevo -dado que todo el contenido del laboratorio es opcional y no condiciona el poder acabar la aventura principal-, pero aun así los fans del juego apreciarán su valor y no deja de ser un buen entrante para la expansión mayor que llegará a final de año.

 


Este análisis ha sido realizado en Nintendo Switch mediante una copia cedida por Nintendo España