Si hay un género al que las máquinas recreativas auparon hasta lo más alto, ese es sin ningún tipo de duda el de los Shoot ‘em up — shmups — popularmente conocidos como los matamarcianos de toda la vida. Hemos podido disfrutar durante décadas de auténticas joyas que han quedado grabadas a fuego en nuestras retinas para la posteridad. A una de esas joyas, pretende emular en algunos aspectos el juego que hemos tenido ocasión de probar: Iro Hero, de la desarrolladora Artax Games.
Estamos ante un título arcade que cae en algunos anacronismos y olvida otros que hubieran podido dotar al juego de mayor enjundia en relación a lo que cualquiera podría esperar cuando se dispone a los mandos de una propuesta de este estilo. Iro Hero nos dispone una pantalla vertical en la que en los bordes laterales se nos ofrece información y aparecen personajes que narran la historia que se va sucediendo a lo largo de los 9 niveles que componen el juego. Hace gala de unos gráficos sencillos pero efectivos, ya que permiten distinguir la acción en todo momento con claridad y ofrece unos efectos sonoros y melodías bastante mediocres.
Nada más comenzar, nos golpea la referencia clarísima a una de las joyas del género que citaba con anterioridad: Ikaruga. Y es que Iro Hero intenta emular el sistema de afinidades con colores a los proyectiles y disparos enemigos, y a su propio color. Esto en la práctica supone que podremos transformar nuestra nave en el color de los disparos que nos intentan alcanzar, sin tener la necesidad de evitarlos y absorbiendo los mismos, pero a la vez no podremos destruir a los enemigos al compartir el mismo color. Debemos lograr un equilibrio entre absorber y esquivar los ataques rivales, puesto que si queremos mejorar nuestra puntuación y eliminar enemigos para facilitarnos el avance, tendremos que afrontar el reto con el color contrario, poniendo en riesgo los 2 impactos que puede soportar nuestra nave antes de perder un crédito o vida —dispondremos de un total de tres —.
Esta estructura jugable, que hizo y sigue haciendo las delicias de los jugadores de Ikaruga, se ve empañada en Iro Hero por una notable lentitud general que supone unos niveles que se alargan demasiado al dejar excesivo tiempo entre cada oleada de enemigos. Estos además son poco agresivos y generan situaciones que se alejan bastante del dinamismo que suele acompañar a los juegos de este género.
Cada vez que perdamos las tres vidas, tendremos que empezar de nuevo desde el comienzo. Algo habitual en el género supone aquí cierto hastío, puesto que como digo estamos ante un título muy poco dinámico que llega a cansar y no divierte ni empuja a seguir intentando avanzar un poco más con cada partida.
Decir por último que Iro Hero tiene los habituales jefes de nivel, aunque en menor número del habitual. Por todo ello en conjunto, no podemos aconsejar su compra con los ojos cerrados, salvo para aquellos que sean amantes del género y de algunos elementos muy tradicionales. Creemos que tanto la plataforma en la que lo hemos probado — Nintendo Switch — como PC, tienen mejores opciones.
Este artículo ha sido realizado mediante una copia cedida por Artax Games