Esta pasada semana tuve la ocasión de viajar a Alemania, concretamente a la Gamescom 2019, donde pude probar algunos de los futuros juegos y periféricos que llegarán a nuestras consolas en un futuro cercano. Pero hoy en concreto me gustaría hablar de Google Stadia, la plataforma de juego en la nube perteneciente al gigante tecnológico y que tuve el placer de probar. Tras una larga cola de espera, me llegó al fin el turno de poder probar con mis propias manos el que muchos consideran «el futuro del videojuego», ¿pero será cierto? Vamos a comprobarlo.
Antes de nada, decir que la plataforma en la que pude probar el servicio fue un ordenador Chromebook como no podía ser de otro modo. El juego que nos ofrecieron para probar en la plataforma fue Doom Eternal, un juego que debido a sus características y su frenetismo, me pareció una excelente opción para llevar a Stadia a su límite y comprobar de primera mano el input lag. Además, no nos permitieron hacer fotos cerca del stand.
No voy a hablar sobre el juego en cuestión ni de sus elementos, eso lo dejaremos para un futuro análisis aparte, sin embargo he de decir que el juego funcionaba en todo momento a una resolución de 1080p y a 60fps salvo alguna que otra bajada de fotogramas muy puntual, sin embargo sigue siendo sorprendente el resultado obtenido, sinceramente no esperaba que funcionase tan bien.
Según el azafato del stand, nos aseguraron en todo momento que estábamos conectados a la nube y el juego se estaba reproduciendo vía streaming pero claro, no nos queda más remedio que creerle. Digo esto porque en ningún momento me dio sensación de estar conectado a la nube de forma remota, el juego funcionaba tan bien que no nos sorprendería nada enterarnos después que tuviesen un ordenador escondido en la parte trasera y el juego se estuviese ejecutando de manera nativa. El hecho de tener esas sospechas es el mayor halago que le puedo hacer a esta plataforma, porque si el juego realmente estaba ejecutándose en la nube, os puedo asegurar que es realmente sorprendente y cuenta con un potencial enorme.
Lo que muchos querréis saber es cuanto se nota el input lag y el retardo del movimiento. Hay que decir que el mando que utilicé para jugar fue el propio pad de Stadia, que en teoría envía la señal directamente a los servidores de Google y además sirve un poco como «tapadera» para enmascarar el input lag que pueda tener el movimiento respecto a otros periféricos más rápidos y directos como puede ser un ratón por ejemplo.
Y como vuelvo a recalcar, el input lag se nota muy poco -por no decir que nada- y quedé muy sorprendido con el resultado hasta el punto de creer que la nube no intervenía en el proceso en ningún momento. Los botones funcionaban correctamente sin hacer ninguna cosa extraña y no tuve ningún problema en apuntar y disparar a unos cuantos demonios. Tras 15 minutos de prueba, se acabó nuestro turno y nos largaron de allí para dejarle paso a los siguientes medios.
Y así ha sido mi corta experiencia con Google Stadia. En general puedo decir que el resultado me ha parecido espectacular para el tipo de servicio que es y mis impresiones son bastante buenas. Yo era especialmente escéptico sobre el juego vía streaming y hoy lo soy bastante menos. Por supuesto somos conscientes de que la manera en la que lo hemos probado ha sido bajo unas condiciones específicas pensadas para parecer lo mejor posible, en un equipo caro y una conexión a internet ultrarrapida. Habrá que ver como se comporta el servicio cuando se ponga a la venta al público, donde la mayoría de usuarios suele contar con equipos más modestos y una velocidad de banda ancha estándar, pero para eso tendremos que esperar hasta noviembre de este mismo año y comprobar el feedback de la comunidad. Solo entonces será posible saber si estamos ante el futuro de los videojuegos o ante otro intento más.