Algunos se lo esperaban, otros quizás no, pero defitivamente la forma de promocionarlo fue totalmente atípica: la cuarta entrega de la saga Postal se anunció de la nada y a las pocas horas ya se encontraba a la venta. Hemos podido probar el nuevo juego de Running With Scissors que ha llegado en Steam en forma de acceso anticipado, echémosle un vistazo a ver que nos podemos encontrar en estas primeras impresiones.

Para quien no conozca esta saga nicho, podriamos definirla como «el videojuego no oficial de la película Un día de furia». Cada entrega cuenta con una jugabilidad diferente, pero todas tienen en común el que tendremos que realizar tareas cotidianas poco corrientes –en términos videojueguiles- como ir al supermercado a comprar leche o recoger la colada, por supuesto todo con resultados totalmente absurdos e inesperados que se acaban saliendo de madre. No solo tendremos que ir completando estos objetivos, también tendremos un modo sandbox en el que podremos encontrar armas y herramientas con los que sembrar el pánico en caso de que queramos hacer el cafre un rato, porque hay que dejar clara una cosa: Postal es la máxima expresión del gore y la ultraviolencia desmedida.

En este juego volvemos a controlar al eterno protagonista de la saga, conocido simplemente como «the postal dude», un pobre diablo sin oficio ni beneficio que se gana la vida como puede haciendo chapuzas. Aquí vamos a notar el primer cambio, pues en esta ocasión no cuenta con Rick Hunter como su doblador habitual, el encargado de darle voz en esta entrega será John St.John, más conocido por ser la voz de Duke Nukem, algo que no ha sentado del todo bien a los fans más puristas.

Esta cuarta entrega comienza justo después del final de la expansión «Paradise Weekend» de Postal 2, ignorando por completo los hechos del tercer juego -que quede claro, Postal 3 no existe y nunca ha existido, fue producto de vuestra imaginación-. Tras la explosión nuclear que destrozó la ciudad de Paradise, varios años despues vemos que nuestro protagonista vive en una autocaravana con su perro y se da cuenta de que quizá sea hora de hacer algo por la vida. Decide entonces acercase a la cercana ciudad de Edensin y ver si hay algo por allí con lo que pueda ganarse cuatro duros.

El juego ha salido a la venta en estado de alpha y lamentablemente hay que decir que se nota bastante, pues cuenta con una cantidad de errores y puesta en escena tan pobre como hacía años que no veía. Es cierto que la saga Postal siempre ha sido una saga de muy bajo presupuesto, casi podríamos calificarla de juegos hechos por simple diversión de la desarrolladora, pero en esta ocasión se han lucido para mal.

El contenido de esta alpha cuenta con una parte de lo que será la ciudad completa y algunas misiones a modo de demo. Nuestro protagonista comienza buscando trabajo con un cartel escrito a mano a modo de curriculum que deberemos llevar a la oficina de empleo, allí nos ofrecerán tres tareas para ir empezando: convertirnos en guarda de prisión, exterminar animales y hacer tareas de mantenimiento en las alcantarillas.

Lo cierto es que ni siquiera he sido capaz de completar estas misiones, ya que algunas cuentan con bugs que impiden completarlas. Interruptores que no se pueden activar, scripts que no saltan, quedarse atascado entre cajas….todo lo que pueda salir mal va a ocurrir. Si el contenido de esta demo ya es escaso, mal vamos si lo poco que hay está totalmente roto y no se puede jugar en un mínimo de condiciones.

Decido probar un poco el modo sandbox y ahí es donde empiezo a encontrar un poco de gracia. Se pueden conseguir algunas armas con las que comenzar una matanza, algunas de ellas ya icónicas de la franquicia como la pala, el bidón de gasolina o el gato-silenciador. La verdad es que el sistema de desmembramiento no está mal, pudiendo amputar las extremidades de diferentes maneras aunque nada del otro mundo. Por supuesto también podremos orinar sobre la gente como ya viene siendo habitual, lo cual no sirve más que para ver cómo la gente sale corriendo y se pone a vomitar cual fuente de Cibeles.

Podemos entrar también en las distintas casas y edificios que pueblan la ciudad, aunque tampoco vamos a encontrar nada interesante. Las habitaciones están totalmente vacías –y me refiero a una estancia cuadrada sin nada dentro-, algunas de ellas incluso tienen las texturas por defecto o directamente sin texturizar. Esto también se aplica al paisaje, donde es posible encontrar paredes y suelos invisibles por los que te puedes caer al vacío.

El rendimiento no podría ser peor, con dificultades para alcanzar siquiera los 30 fotogramas por segundo estables incluso reduciendo las opciones gráficas. Esto es todavía más grave si tenemos en cuenta que no estamos ante ningún portento gráfico, de hecho casi podría considerarse como gráficos de hace un par de generaciones. Creo que en todos estos años han podido hacer algo mejor que esto.

En definitiva, mi primera toma de contacto con Postal 4 no podría haber sido más nefasta. El juego se encuentra en un estado muy, muy verde, casi podría decir que directamente incoloro. Cuesta creer que Runnin With Scissors se haya atrevido a sacar un producto en unas condiciones tan lamentables en lugar de haberle dedicado un poco más de tiempo antes de lanzarlo al mercado. Le queda un recorrido enorme antes de poder considerarlo siquiera como juego, esperemos que se pongan las pilas y lleguen a ofrecernos como mínimo algo de lo que verdaderemente «no regerts»

 


Este artículo ha sido realizado mediante una copia cedida por Running With Scissors