Digital Eclipse tiene la buena costumbre de traernos de nuevo grandes clásicos de nuevo a la palestra, y hay que reconocer que lo hacen con muy buena factura. Aunque, con un par de honrosas excepciones, casi siempre se han limitado a traernos recopilatorios de juegos ajenos, manteniendo el juego original lo más intacto posible, aderezado con extras y modos, pero sin llegar a realizar un remake como tal.

En esta ocasión, se han atrevido a meterse en dicha laboriosa tarea, y para ello han escogido, de nuevo, un título con solera de sobra. Wizardry: Proving Grounds of the Mad Overlord, es un remake completo de la primera entrega de una de las sagas más influyentes de la historia, no solo del cRPG, sino del videojuego en general. Su primera entrega data de 1981 y vio la luz en varias plataformas, siendo la original y en la cual se basa este la entrega de Apple II.

A tal punto queda claro que dicha versión es la que se ha tomado como partida, que está incluía intacta en este juego. No podremos cambiar de vista moderna a original como sí permiten otros juegos que han pasado por un proceso similar, pero sí que podremos superponer la vista del original de Apple II a la vez que la nueva, dando un resultado sumamente curioso al poder ir jugando al remake y, en todo momento, ver exactamente qué se vería en la máquina original.

Esto, que puede sonar engorroso, no lo es, pues los que conocían aquella añeja entrega sabrán que los gráficos eran una ventana en primera persona utilizando vectores y la descripción en texto plano de personajes y estadísticas, así como un sencillo dibujo de las criaturas a las que nos enfrentábamos, todo ello en 2bits de color. De esta forma, son apenas unas curiosas líneas en pantalla que, además, podremos atenuar o hacer desaparecer por completo cuando queramos.

El título, como tal, aparte del lavado gráfico, procura tener los mínimos cambios con respecto al original, de forma que puede parecer algo parco en opciones antes de entrar en materia.

Al ejecutar el juego tendremos las escuetas opciones de comenzar juego nuevo, ver los créditos, o salir, así sin más. Aunque una vez dentro de la partida y al pulsar la tecla de ESC podremos acceder a dos tipos de opciones. Las audiovisuales no permiten configurar nivel de detalle más allá de la resolución, y el audio tan solo los volúmenes de música y efectos, así como el tipo de control, limitado a teclado o pad de Xbox o PlayStation, aunque la desarrolladora ya ha manifestado su intención de añadir la implementación con el ratón próximamente.

Más interesante es la siguiente página, en la cual podremos configurar las opciones de “la vieja escuela”. Aquí será donde podremos modernizar un poco el juego para hacerlo menos árido, lo cual podría hacerse cuesta arriba a muchos jugadores más acostumbrados a las comodidades de los CRPGs actuales, o ser más fieles a la experiencia original. Tendremos un punto intermedio, que es el de “consola clásica”, el cual mantendrá casi todas las opciones originales del videojuego excepto la funcionalidad del hechizo que muestra el recorrido que ya hemos llevado a cabo, pasando a mostrar bastante más información.

Mientras escuchamos una música realmente adecuada para el juego en el que nos encontramos, podremos escoger a donde dirigirnos. Las diversas estancias del mapa inicial, a las que accederemos tan solo escogiendo en un sencillo menú, nos permitirán crear personajes o modificarlos, reorganizar nuestro grupo añadiendo o eliminando miembros, descansar y recuperar estadísticas, resucitar miembros fallecidos, o entrar al laberinto de Llylgamyn para comenzar la aventura, propiamente dicha.

En dicho laberinto nos encontraremos con la sencilla y directa misión de recuperar un objeto, propiedad de Trebor, el “señor loco” que da título al juego, el cual ha sido robado por el mago maligno Werdna, el cual no será la última vez que aparezca en la saga, aunque eso es otra historia.

Una vez dentro del laberinto, no hay nada que nos vaya a sorprender, y el gran valor del juego es recuperar al primer CRPG que utilizó este tipo de desarrollo de creación de grupo. No tenemos ninguna novedad en este aspecto, las razas, clases y atributos son similares a lo que hoy es habitual, pero si eres amante del género no podrás más que disfrutar doblemente de este Wizardry: Proving Ground of the Mad Overlord. Por un lado por el juego en sí, que sigue siendo válido con este lavado de cara audiovisual, y por el otro del hecho de estar jugando a parte de la historia del videojuego.

Digital Eclipse está manteniendo un contacto bastante estrecho con la comunidad, arreglando bugs y haciendo retoques y pequeños añadidos que no alteren la esencia original pero ayuden a redondear el producto. Desde 33bits estaremos muy atentos a la evolución del mismo y esperamos y deseamos que este sea el primero de varios remakes de la saga que nos facilite a los aficionados acceder a dichos títulos hoy en día.