Dread Delusion se ha convertido en uno de esos indies tapados del momento. El juego de la desarrolladora británica Lovely Hellplace ha salido reciente de su acceso anticipado a la versión 1.0 y tras el futuro ciberpunk de Shatter y la narrativa de The Night is Darkening, ahora regresan con un curioso ARPG de mundo abierto con una estética muy peculiar. Nos adentramos en este submundo en el análisis del juego.

Dread Delusion nos lleva a un universo steampunk en el que encarnamos a un prisionero de la inquisición. A cambio de nuestra libertad, el sumo pontífice nos propone una misión: darle caza a una peligrosa enemiga del clero. Aceptando nuestro rol, nos embarcamos en un mundo de fantasía muy extraño en el que se sucederán misiones secundarias y muchos secretos por descubrir.

Como ya hemos comentado, nos encontramos ante un RPG en primera persona de mundo abierto que en primera instancia puede recordar al popular Morrowind, pero si nos fijamos bien se asemeja más a la saga King’s Field, uno de los primeros títulos de From Software aparecido en máquinas de PlayStation y precursora de la famosa saga Souls, aunque definitivamente no nos vamos a encontrar esos picos de dificultad basados en el ensayo y error.

Lo primero, como todo buen juego de rol occidental, será crearnos a nuestro personaje. Aunque no podremos modificar su aspecto, sí que podremos distribuir los puntos de estadísticas. Tenemos cuatro apartados que ir mejorando: Poder, agilidad, sabiduría y persona. Además de eso, tendremos que escoger tres trasfondos diferentes para nuestro personaje que también alterarán dichas estadísticas iniciales.

Una vez metidos ya en plena acción, nuestra tarea será la de recorrer el mundo recibiendo y cumpliendo misiones al igual que cualquier juego de rol normal y corriente. Caminaremos por ahí derrotando enemigos, visitando pueblos y aldeas, mejorando nuestro equipamiento, etc… En ese sentido, nada que no se haya visto ya en otros juegos similares, pero sus virtudes vienen de otros aspectos del juego.

El aspecto más característico del juego y sin duda el que más resalta es su estilo visual. Dread Delusion muestra un mundo de fantasía de aspecto onírico, con una paleta de colores que se sale de la norma y diseños de personajes y elementos sacados de una mente que no parece pertenecer a este mundo. Jugar a Dread Delusion es como jugar a un RPG ambientado en el Mundo al revés de la serie Stranger Things, un sueño extraño pero a la vez reconfortante que nos deja con ganas de explorar cada uno de sus rincones y conocer más de esa misteriosa región.

En lo que también se sale de la norma, y quizás aquí es donde el juego puede encontrar a sus mayores detractores, es en el propio componente RPG: A pesar de tener distintas estadísticas que mejorar, no contaremos con un sistema de puntos de experiencia al uso, eliminar enemigos y cumplir misiones no nos va a hacer subir de nivel porque no hay sistema de progresión como tal.

¿Y entonces como mejoramos a nuestro personaje? con los «Delusions», unos objetos que al cogerlos nos otorgarán puntos de habilidad para subir nuestras stats. Digamos que en este caso los puntos de habilidad son objetos físicos -coleccionables, si queremos considerarlo así- que se encuentran repartidos por el mundo. Podemos encontrarlos no solo en lugares escondidos que requieren resolver puzles, también podremos recibirlos al cumplir algunas misiones.

Y es que como RPG al uso se puede considerar decepcionante por muchos jugadores, aunque yo prefiero considerarlo como «alternativo». La falta de sistema de experiencia hace que los combates sean innecesarios ya que no nos van a aportar nada -quizás armas secundarias o pociones, pero poco más-, al igual que no hay sensación de peligro porque en el caso de morir no habrá penalización alguna, apareceremos en el punto de respawn más cercano con todos nuestros objetos y con el enemigo teniendo la barra de vida bajada hasta donde lo dejamos por última vez. Tampoco los enemigos evolucionan ni mejoran al mismo tiempo que nosotros, si aumentamos el nivel de nuestra espada iremos por ahí acabando con los monstruos de un solo golpe.

La grandeza y la principal motivación de Dread Delusion reside en su mundo, en localizar unas ruinas con una puerta cerrada y un jugoso cofre dentro teniendo que buscar la manera de entrar, en encontrar un pasillo secreto al interactuar con un candelabro, en esos personajes aleatorios que te encuentras por el camino y nos hacen algún encargo….si obviamos el simplificado apartado RPG del juego, vamos a encontrar un maravilloso título de aventuras y exploración que nos va a tener enganchados hasta que lo terminemos.

Del apartado gráfico poco más se puede decir aparte de lo ya comentado, solo que deja unas estampas muy curiosas a cada paso que damos y que el aspecto low poly permite que el juego corra con total fluidez en cualquier sistema. En cuanto a la banda sonora, nos acompañarán temas ambientales de corte onírico que la verdad es que son toda una delicia, mientras que los efectos de sonido son discretos sin más. El mayor problema del juego viene a que se encuentra completamente en inglés, lo que sumado a que hay bastante texto y en un inglés no muy básico hace que podamos perder mucha información relevante.

Dread Delusion es uno de esos títulos que sin duda alguna merece la pena jugar. Su extraño mundo nos atrapa de una forma increíble y nos invita a explorarlo todo y lo hace acompañado de una jugabilidad clásica que, si bien no va a motivar a a los fans del RPG puro y tampoco es buena opción como entrada al género, sí que sirve como título desenfadado que nos va a dar varias horas de entretenimiento.