Se ha rumoreado una y otra vez. Una y otra vez. Uuuna y oootra vez. Y al final lo tenemos aquí. ¡El esperado remake de FINAL FANTASY VII llega por fin a PC! Se ha hecho esperar, pero por fin tenemos, en exclusiva -veremos si temporal o definitiva- para la Epic Store, FINAL FANTASY VII REMAKE INTERGRADE, que contiene el juego original con mejoras gráficas y con el añadido del capítulo INTERmission, donde empezaremos a conocer las andanzas de Yuffie por esta nueva Midgar. Pero ¿habrán hecho los chicos de Square Enix un port decente? Eso es lo que vamos a intentar averiguar.
Pero primero, recordemos un poco la historia: Una empresa multinacional, Shinra, está utilizando la energía Mako, extraída de la tierra, para generar electricidad y conseguir que las personas lleven una vida cómoda. Avalancha, un grupo eco-terrorista, cree que el planeta está en peligro, ya que consideran la energía Mako como la «sangre» que fluye por las venas de este y, obviamente, si la extraemos, el planeta se marchitará y morirá. Y, con él, todos sus habitantes. Así que se proponen destruir uno por uno, cada reactor Mako existente.
Con esta premisa empezaba, hace ya prácticamente 25 años, el que sería uno de los juegos más influyentes de la historia de la industria. Cloud, Tifa, Aeris, Sefirot… son nombres que toda persona mínimamente interesada en el mundillo conoce. Además, FINAL FANTASY VII tiene el dudoso honor de tener el destripe más conocido de la historia. En este contexto, no es de extrañar que su remake fuese uno de los juegos más esperados del momento, vendiendo millones de copias.
Ya analizamos en su momento el juego base -análisis que puedes consultar aquí– e INTERmission –aquí-, por lo que el propósito de esta reseña no es reanalizar el juego ni hablar de lo mil veces hablado, sino comentar la versión de PC.
La verdad es que a nivel de ajustes gráficos, FINAL FANTASY VII REMAKE INTERGRADE no es el juego más personalizable del mundo. Como opciones reseñables, tipo de ventana -pantalla completa o ventana-, resolución de pantalla, y resolución y definición de las texturas, además del limitador de FPS.
La verdad es que se echan en falta algunas opciones más, como la sincronización vertical, o los tipos de anti aliasing, por ejemplo. Esta versión no dispone de DLSS o de FX Super Resolution, y la verdad es que es una lástima por motivos que comentaremos más adelante. Tampoco podemos utilizar resoluciones ultra-amplias, y tendremos las dos típicas barras negras laterales. Eso sí, siendo un juego desarrollado en Unreal Engine, no dudo que veremos pronto modificaciones en ese sentido hechas por la comunidad.
Tampoco tenemos la posibilidad de no utilizar limitador de FPS pero, al menos, podemos elegir entre varios rangos de múltiplos de 30, el framerate que se utilizó en la versión original.
Sí tenemos posibilidad de modificar las teclas y los botones utilizados a la hora de jugar. Esto, que parece obvio, no lo suele ser tanto cuando hablamos de videojuegos japoneses, por lo que es algo que agradecer y aplaudir. Tendremos multitud de comandos a los que podemos enlazar la tecla que queramos, dando como resultado el control que mejor le venga al jugador.
Pero… ¿qué tal va de rendimiento? Aquí tenemos buenas y malas noticias. Antes que nada, recordemos el contexto gráfico del que viene el juego: Tanto en PS4 como en PS4 Pro, el juego se movía a unos rocosos 30 frames por segundo. No se notaban caídas de ningún tipo, y el juego aguantaba perfectamente. Además, las dos versiones de PS4 utilizaban resolución dinámica, fluctuando la PS4 entre los 1600×900 y 1920×1080 y entre 2133×1200 y 2880×1620 en su versión Pro.
De la misma manera, tras la salida de Intergrade en PS5, se añadían los ya establecidos modos de calidad y rendimiento. En calidad mantenía el tipo con la típica resolución 4K -3840×2160- con bajadas hasta 1872p, eso sí, también a 30 FPS. Pero el modo rendimiento, esta vez sí, nos permitía jugar a perfectos 60 FPS a resoluciones dinámicas de hasta 1512p.
En PC, obviamente, no tiramos de modos de «rendimiento» o «calidad», por lo que tenemos que ver si la proporción entre estos dos elementos es acorde a las expectativas creadas por unos requisitos bastante bajos -como gráfica recomendada pide una 1080-. El PC utilizado, a grandes rasgos, es un i7 4790K, 16GB de RAM y una GeForce 3070 con 8GB de VRAM.
Con esta configuración, sobre todo con la gráfica, no me he planteado bajar opciones y, con todo al máximo, puedo decir que va casi perfectamente a 1080p utilizando un framerate de 120 FPS:
Eso sí, teniendo bajadas a los 85-90. Se llegan a notar, causando un pelín de stutter, pero no es para nada molesto y no empaña de ninguna manera la experiencia de juego, siendo bajones muy puntuales.
Ahora bien, cuando hablamos de resoluciones 4K, la cosa cambia:
Oscilando entre los 40-50 FPS con un target de 120, por lo que tenemos una disminución de rendimiento de más del 50%. Podemos ver que el porcentaje de uso de GPU está al 99%, por lo que no tenemos operaciones vacías y, claramente es la GPU el cuello de botella. Y es una lástima que una 3070, que es gama alta, sea ahora mismo el cuello de botella de un juego.
Y aquí es donde echamos de menos el añadido del DLSS. Quizás, con esta tecnología -o su contrapartida en AMD-, podríamos mantener perfectamente los 120 FPS jugando a resoluciones altas. Eso sí, si se quiere jugar emulando el modo calidad de PS5, lo podemos hacer perfectamente:
Teniendo en cuenta que las capturas han sido realizadas en una de las áreas con mayor carga gráfica del juego, se puede concluir que, en general, lo disfrutaremos perfectamente si nuestro objetivo es jugarlo a 1080p. Si subimos de ahí ya tendremos que ir jugando con las opciones si queremos subir de 60 frames por segundo o, directamente, quedarnos en los 30.
Para concluir, nos encontramos ante una versión decente que, sin ser una maravilla, da el pego. Se echan en falta algunas opciones gráficas más para poder personalizar la experiencia, pero, al menos, podremos jugar a las nuevas aventuras de Cloud y compañía en nuestro PC.
Este análisis ha sido realizado en PC mediante una copia cedida por Koch Media