Entre todo el catálogo de Neo Geo plagado principalmente de fighting games y beat’em ups -no vamos a negar lo evidente, la variedad de géneros era más bien escasa-, hubo un juego radicalmente diferente que marcó a toda una generación de jugadores. Hablamos de Windjammers, desarrollado por la compañía Data East en 1994 para máquinas arcade de SNK y que consiguió que muchos jugadores poco interesados en juegos «deportivos» se gastasen la paga en esta recreativa. Ahora, 18 años después y de la mano de Dotemu, su secuela vuelve a engancharnos cosa mala: llega Windjammers 2.
Windjammers era un juego que podíamos considerar como «simulador deportivo» a pesar de su extraño estilo tirando hacia el futurismo y la ciencia ficción, y consistía en un peculiar deporte en el que dos jugadores debían meter una especie de frisbee en la portería contraria para ir sumando puntos. Por compararlo con un juego similar, era algo así como una versión hipermegavitaminada del Pong pero hasta arriba de cafeína y con un frenetismo atroz. Si alguna vez habéis jugado a una de esas máquinas de Air hockey en un salón recreativo -¿sigue habiendo de eso?-, la premisa es muy parecida pero en formato videojuego.
Para esta secuela, tenemos ahora una plantilla de 10 jugadores cada uno representando a un país diferente, sumando cuatro nuevas incorporaciones a los seis jugadores originales -tranquilos, el español Jordi Costa sigue estando disponible-, una plantilla que quizás podría haber sido mayor pero no nos vamos a poner tiquismiquis tampoco. Cada jugador posee unas estadísticas diferentes, oscilando entre velocidad de movimiento y potencia de tiro, por lo que es cuestión de ir probando hasta encontrar el que más se adapte a nuestro estilo.
La premisa es la siguiente: en cada partido se enfrentan 1V1 jugadores y nuestra misión es la de meter el frisbee en la portería rival, la cual se encuentra dividida en segmentos de 3 y 5 puntos dependiendo de la zona en la que consigamos meterla. Para ganar un partido completo hay que ganar dos rondas, en las cuales podemos obtener la victoria consiguiendo 15 puntos o siendo el jugador con mayor número de puntos al finalizar cada tiempo. Como un juego de lucha pero en formato deportivo.
Para poder llevar a cabo esta tarea, nuestro jugador contará con una serie de movimientos específicos. Por una parte tendremos el botón de lanzamiento normal que hará que enviemos el frisbee con toda la fuerza posible, también tendremos el botón de «globos» para mandarla desde arriba y otro más para hacer un lanzamiento lento con el que despistar al rival. Para llegar a alcanzar los lanzamientos aéreos contaremos con un botón de salto y si logramos cogerlo en el aire, podremos devolverlo al campo contrario con otra serie de movimientos. Luego ya entrarían en juegos las paradas o los tiros con parábola entre otras, pero tampoco vamos a explicar todas y cada una de las técnicas
La idea es utilizar el propio campo de juego como ventaja, pues podremos hacer rebotar el frisbee en las paredes para despistar al contrario y hacer que vaya hacia un lado cuando el disco entra por el otro. Por supuesto, el rival tambien utilizará estas técnicas en nuestra contra, para lo cual tendremos la opción de utilizar un dash con el que llegar rápidamente y evitar que nos marquen un tanto. Junto a esto, cada campo de juego es diferente y tiene sus propias reglas, algunos de ellos con obstáculos entre medio o el escenario del casino, donde cada frisbee tiene una puntuación asignada al azar.
Para terminar de rematar la cosa, cada jugador tendrá su propio ataque especial al más puro estilo Street Fighters. Cuanto más jugadas y rechaces hagamos, se irá rellenando una barra de habilidad que una vez completa, nos permite utilizar un tiro especial bastante dificil de parar. Estos ataques especiales son bastante variados, pudiendo hacer que el disco cambie la trayectoria a mitad del lanzamiento o que el rival sea empujado hacia atrás por la inercia aunque consiga recuperarlo, por poner un ejemplo.
Y a estas alturas hay que decir que la jugabilidad es absolutamente brutal. Los controles siguen siendo frenéticos y no tendremos ni un solo segundo de respiro, Dotemu ha conseguido recrear de manera exacta el manejo y las físicas del juego original, logrando una excelente puesta a punto del título de 1994. Si bien al principio nos puede costar memorizarlo todo y hacernos a los controles, bastarán unas pocas partidas para dominar completamente el manejo y empezar a anotar puntos como un descosido.
En cuanto a modos de juego, lamentablemente deja mucho que desear, pues solo tendremos tres modos: el modo arcade que nos propone una serie de 5 partidos -y dos minijuegos entre medio- hasta ganar el campeonato, el modo versus que nos permite jugar una partida rápida contra la CPU o contra otro jugador y el modo online, que….bueno, no creo que sea necesario explicarlo. Se echa en falta más modos de juegos, algo como un modo entrenamiento hubiese venido bien, o incluso un modo 2V2 también se prestaba a ello, pero ni eso tenemos.
Y ahí es donde encontramos el mayor defecto del juego, lo que pudo haber sido y lo que realmente es. Dotemu tenía en su mano todas las herramientas para hacer un «más y mejor» de manual y en su lugar se ha quedado en un «igual». Windjammers 2 no aporta absolutamente nada al juego original más allá de ampliar el plantel de personajes y cambiar el apartado gráfico, todo lo demás sigue siendo exactamente igual. Sabemos que es la secuela porque lo pone en el título, pero realmente lo que tenemos aquí es un Windjammers remastered, Dotemu ha preferido poner toda la carne en el asador en el apartado jugable y a causa de ellos se han descuidado otros aspectos de igual importancia. Es una pena porque esta secuela podía haber superado por mucho a la entrega original y no ha sido así.
En cuanto al apartado gráfico, Dotemu es experta en dibujado a mano y este juego no es una excepción, dotando a los diseños originales de un nuevo estilo fresco y renovado que le sienta genial. Respecto al sonido, volvemos a tener de vuelta la banda sonora original de la primera entrega, directamente jugando con nuestra nostalgia para retrotraernos a aquella década de los 90. Además de eso, cada personaje cuenta con voces dobladas al idioma del país de origen de cada uno, para meternos más de llenos en la competición internacional que es.
En conclusión, Windjammers 2 coge todo lo que hizo grande al título original y repite su éxito ofreciéndonos un juegazo enorme que disfrutaremos como niños. Si bien es cierto que se echa en falta más contenido y algo más de innovación, su fórmula y su jugabilidad es lo suficientemente atrayente para que le dediquemos horas y horas de juego, especialmente a su modo online que es donde demuestra todo su potencial -y además con juego cruzado-. Si quedasteis enganchados al juego original en su momento, Windjammers 2 es un auténtico imprescindible y un verdadero golpe de nostalgia.
Este análisis ha sido realizado en Xbox Series S mediante una copia cedida por Cosmocover