Puede que sí os hablo de Osome Studio no sepáis de que os estoy hablando, pero seguro que os suenan unos pequeños seres azules. En efecto, estoy hablando de Los Pitufos, y es que las adaptaciones de estos seres al mundo de los videojuegos ha sido variada pero ningún estudio los ha logrado representarlos tan bien como Osome Studio. En 2021 ya vimos cómo dejaban el listón bastante alto con Los Pitufos: Operación Vilhoja. Siempre ha sido un estudio con cierto aire noventero plataformero y es que es posible que no lo sepáis pero es el estudio detrás de la saga XXL de Asterix y Obelix, todo un referente dentro del género. Pero bueno, dejo de enrollarme y voy a lo que realmente nos interesa, hoy vengo a hablaros sobre Los Pitufos 2: El prisionero de la Piedra Verde, titulo creado por Osome y distribuido por Microids. En 33bits le hemos dedicado unas buenas horas y os contamos que tal.
Hablar de Gargamel es como hablar del clásico villano de cualquier serie de animación, pues su objetivo siempre ha sido acabar con los pitufos. Menos en esta ocasión, ya que en esta ocasión Gargamel y los Pitufos serán aliados para acabar con un mal mayor. Manitas fue en busca de la piedra verde -último ingrediente del SmurfoMix- pero un paso en falso hace que todo explote y la piedra se esparza por todo el reino, pero esto no es lo único, también liberará a Astolas, un legendario guerrero apresado dentro del piedra. Gargamel y los Pitufos harán una alianza para evitar el reino de terror de Astolas. Como puedes ver, la historia está desarrollada y lejos de ser sencilla, trae ciertos giros poco inspirados, como la alianza entre Gargamel y los pitufos, algo que solo se pudo apreciar en un capítulo donde Gargamel era hechizado por una poción de Papa Pitufo.
En esta ocasión nuestro dream team estará formado por Manitas, Tormentoso, Tontín y Filósofo. Además el Smurfizer -Mochila que en Operación Vilhoja nos permitía fumigar la hierba- se ha cambiado por el SmurfoMix, un arma capaz de destruir el rastro que deja Astolas. Por otra parte Gargamel usará su magia para crear portales y conectar los distintos mundos en los que evoca la destrucción de Astolas. La choza lúgubre y desordenada actuará como centro de operaciones. Nada que ver con la aldea Vilhoja llena de secretos bien escondidos y completamente explorable. Es una lástima que se vayan perdiendo las bases que asentó la primera entrega.
Esto no es lo único que ha cambiado, el principal cambio que he encontrado ha sido la inclusión del SmurfoMix, esa arma que se alimenta de la piedra verde. Pero hay aún más y es que de forma gradual iremos desbloqueando nuevas funciones de esta arma. Ya en el primer mundo nos enseña como esta arma es capaz de usar diferentes tipos de semillas, las cuales darán mucho juego a la hora de realizar puzles. La miel por ejemplo nos permite dejar ciertos elementos pegados para atravesarlos con facilidad, mientras que la semilla eléctrica nos permite empujar grandes bloques de piedra -algo impensable si tenemos en cuenta que son seres diminutos-. Muy a menudo, para progresar, tendrás que recorrer los distintos entornos para encontrar el tipo de munición adecuado.
Y es que esta nueva arma también entra en escena en el combate, usar la pegalotodo permitirá dejar pegados varios enemigos mientras que la sustancia atrapalotodo ata y daña a los distintos enemigos. Astolas no está solo y a su paso nos va dejando secuaces, seres cristalizados como avispas, pulgas, hongos, sapos o mariposas. La variedad de estos enemigos es muy escasa y rara vez tienen un patrón diferente. Lo mismo ocurre con los enfrentamientos contra Astolas, este se aparecerá al final de cada mundo: Bosque pitufante, montañas heladas y la tierra de fuego y entablaremos un combate. El estilo me recuerda a los combates de Returnal pero sin esa dificultad, el patrón es extremadamente repetitivo y el balance de daño es paupérrimo. Astolas es el típico boss que es invencible salvo cuando su punto débil queda a descubierto.
A pesar de esto, el diseño de niveles es bastante decente, los niveles son bien variados y diferenciados como en uno donde debemos cruzar el bosque pitufante subidos en un nenufar. Contar con habilidades también alivia la situación, cada Pitufo cuenta con una habilidad única, por ejemplo Tontín es capaz de lanzar una zanahoria que distrae a los enemigos y a su vez consigue curación, mientras que Pitufo Tormentoso usa un arco con flechas electrizantes para acabar con los enemigos. Sin embargo, el juego acaba convirtiéndose en un título algo repetitivo, tanto que tendremos que combatir cada pocos metros. Ya no nos sirve solo con ir eliminando el limo que suelta Astolas. Deberemos de enfrentarnos a cientos de enemigos y es que muchas veces el número de enemigos es desproporcionado. Recuerdo una vez que tuve que eliminar 50 enemigos para pasar a la siguiente fase. El combate y los añadidos de la pitufadora le daban cierta profundidad pero el abuso de este es el principal problema de esta aventura.
En cada mundo además podremos explorar un poco, esto nos permitirá ganar alguna que otra gema con la que mejorar nuestra arma y además encontraremos portales rosas. Estos portales son desafíos, con recompensas que incluyen hasta nuevos atuendos. La lastima es que estos desafiante retos quedan totalmente desaprovechados, ya que prácticamente se centran en el combate, no son sencillos y en las 6 horas que me ha llevado acabarlo, no he conseguido ni la mitad de estos desafíos en oro. Es probable que no consiguiera esas medallas por no tener mi arma mejorada al máximo, estoy seguro que así será más sencillo.
En cuanto a lo visual, no quería hacer comparativas pero me he visto un poco decepcionado. La primera entrega apostaba por una paleta de colores cálidos incorporando mucho rojo. En cambio esta secuela apuesta por un estilo más apagado en su paleta. Los escenarios usan tonos turquesa y verdes azulados. Y aunque visualmente ha habido una evolución interesante, se ha perdido ese color que envuelve a estos personajes de ensueño, el acabado no es pobre pero tampoco llamativo.
En lo sonoro tampoco alardea mucho, apostando por melodías ambientales, solo en los combates contra Astolas empiezan a sonar notas más graves. El juego además viene doblado en 3 idiomas. Francés, inglés e alemán y viene subtitulado en 15 idiomas entre los que se encuentra el castellano.
En definitiva, Los Pitufos 2: El prisionero de la Piedra Verde es un título principalmente para fans de los Pitufos, si no lo eres, no recomiendo su compra ya que a pesar de tener un diseño de niveles interesante peca de repetitivo, en gran medida por abusar de su combate. No tengo dudas de que Osome Studio es un gran estudio, siempre lo han demostrado pero esta entrega ha quedado bastante por debajo de su nivel, A medida que avanzaba me sentía más cansado y aburrido, Insisto no es mal título pero si buscas un plataformas como los de antaño, mejor que juegues Los Pitufos: Operación Vilhoja.