Con la llegada de FRONT MISSION 3: Remake, se cierra el círculo de los tres remakes que Forever Entertainment ha ido trayendo de vuelta a los jugadores modernos -por ahora no sabemos si recibiremos más remakes de las siguientes entregas o de los spin-offs-. Tras el buen sabor de boca que nos dejaron las nuevas versiones del primero y segundo título de la franquicia, el tercer capítulo aterriza con una responsabilidad doble: por un lado, mantener el nivel estratégico, narrativo y de respeto por el material original; y por otro, demostrar que estos remakes pueden aspirar a algo más que una puesta al día visual. FRONT MISSION 3 es también, para muchos, el primer contacto que tuvieron con la franquicia, al ser el primero en llegar a Europa y América de forma oficial. Y quizá por eso mismo, esta nueva versión llega con luces… y también con alguna sombra.

La historia de FRONT MISSION 3 comienza su andadura en el año 1999, cuando Squaresoft decidió llevar la franquicia al terreno del 3D con una entrega más ambiciosa, larga y orientada al mercado internacional que las entregas anteriores de Super Famicom. Publicado originalmente en Japón en 1999 y en Occidente en el año 2000 para la primera PlayStation, este título supuso una pequeña revolución dentro de la franquicia. No sólo abandonaba los sprites y los escenarios en vista isométrica del original, sino que introducía múltiples rutas narrativas, mayor profundidad táctica y un tono algo más ligero, al menos al comienzo. También fue el primero en incorporar elementos de simulación más marcados, como la posibilidad de navegar por una especie de internet ficticio, leer correos, y experimentar un sistema de progresión más trabajado que el de sus predecesores.

Esta nueva entrega nos sitúa una vez más en un futuro donde las grandes potencias se disputan el control global a través del uso de los llamados Wanzers, robots de combate altamente personalizables. En esta ocasión seguimos la historia de Kazuki Takemura, un joven piloto algo impulsivo que se ve envuelto sin quererlo en una conspiración de escala internacional. La historia se bifurca desde el principio y ofrece dos rutas claramente diferenciadas: una más enfocada en la política internacional y otra más personal, centrada en relaciones de nuestro protagonista y traiciones. Esta dualidad argumental, presente también en el original, ha sido preservada por completo en el remake y sigue siendo uno de los grandes atractivos del título. No sólo amplía enormemente la duración del juego, sino que permite rejugarlo desde una perspectiva distinta, descubriendo facciones, aliados y conflictos que quizá habíamos pasado por alto en la primera vuelta.

A nivel jugable, FRONT MISSION 3: Remake mantiene intacto el núcleo estratégico que lo convirtió en un clásico. Las batallas por turnos sobre mapas tridimensionales regresan con la misma filosofía de siempre: saber posicionar bien nuestras unidades, aprovechar las coberturas, gestionar la munición, los puntos de acción y las habilidades especiales, y tener muy en cuenta los daños localizados. Como en anteriores entregas, los Wanzers están formados por torso, brazos y piernas, y cada parte puede ser destruida de forma independiente. Esto obliga a pensar muy bien cada ataque, ya que derribar una pierna puede inmovilizar a un enemigo, pero dejarle operativo para disparar, mientras que destruir un brazo puede deshabilitar su arma principal. Este enfoque táctico se ve reforzado por un sistema de personalización que sigue siendo uno de los puntos fuertes de la jugabilidad: chasis, CPU, armas, mochilas, escudos, habilidades… la cantidad de variables a tener en cuenta es considerable, y dominar todos los entresijos lleva su tiempo, pero también es parte del encanto del juego.

Una de las novedades más llamativas del título original fue la inclusión del llamado «Network», una especie de internet interno del juego que nos permite consultar noticias, investigar empresas, hackear servidores y desbloquear misiones ocultas. Este elemento ha sido preservado en el remake, y aunque puede parecer algo anticuado en su presentación, sigue funcionando muy bien como herramienta de inmersión. Se agradece que no hayan recortado esta parte y que incluso se haya mejorado su navegación, ahora algo más ágil que en la versión original. Además, se han implementado varias mejoras de calidad de vida ya vistas en los remakes anteriores, como la posibilidad de acelerar las animaciones, repetir turnos, guardar en cualquier momento o reiniciar una misión desde el principio sin tener que salir al menú principal.

Ahora bien, si hay un apartado que ha generado cierta controversia en este remake, ese es el gráfico. Mientras que los remakes del primero y segundo título optaron por un estilo tridimensional más contenido y respetuoso con el diseño original, FRONT MISSION 3: Remake ha apostado por rehacer gran parte de los assets 2D mediante herramientas de inteligencia artificial, especialmente en retratos de personajes y fondos. El resultado es desigual. En algunos casos, el acabado es razonablemente correcto y consigue un efecto similar al de una ilustración digital moderna. Pero en otros, el trazo inconsistente, las expresiones extrañas o los detalles borrosos hacen que el conjunto pierda coherencia. Los modelados de los Wanzers también han perdido parte de su fuerza, con texturas algo planas y una sensación de ligereza que contrasta con el peso y la contundencia que se esperaba de estos colosos metálicos. No es que el juego luzca mal, ni mucho menos, pero después del buen trabajo visto en FRONT MISSION 1st: Remake y FRONT MISSION 2: Remake, este tercer capítulo parece dar un pequeño paso atrás en lo visual.

Por suerte, el apartado sonoro sí que mantiene el nivel. La banda sonora, remasterizada para la ocasión, suena con fuerza y carácter, acompañando perfectamente tanto los momentos de tensión en combate como las secuencias más reposadas entre misiones. Se mantienen también los efectos de sonido originales, aunque algunos podrían haberse pulido un poco más para aprovechar mejor las capacidades actuales de la consola. No hay doblaje, como era de esperar, pero el juego llega traducido al castellano y con todos los menús, descripciones y textos adaptados a nuestro idioma, algo que siempre se agradece en un título con tanto texto.

En líneas generales, FRONT MISSION 3: Remake cumple con lo que se espera de él, especialmente a nivel jugable y narrativo. Se mantiene como uno de los títulos más ambiciosos de la saga, y su profundidad estratégica sigue intacta. Las mejoras de interfaz y accesibilidad hacen que la experiencia sea mejor que a la del juego original, y la posibilidad de jugar ambas rutas con comodidad garantiza decenas de horas. No obstante, es inevitable sentir que se ha perdido una oportunidad de oro para dar un salto cualitativo en lo visual, especialmente después de dos remakes que supieron conservar mejor la esencia estética de sus respectivos originales.

Este remake es, en resumen, un producto sólido y disfrutable, que parcialmente hace justicia al clásico de 1999, pero que ha perdido la oportunidad de brillar por las polémicas decisiones artísticas de su desarrollador, Megapixel Studios. Para quienes disfrutaron con las dos entregas anteriores y quieran continuar la franquicia, es una compra obligada. Para los nuevos jugadores, sigue siendo una buena puerta de entrada a una de las sagas tácticas más interesantes del catálogo de Square Enix.