Quería comenzar este análisis de forma diferente, porque me voy a tomar unas longevas vacaciones y qué mejor forma de comenzar que analizar un juego que sucede bajo el mar. Y es que Another Crab’s Treasure se trata de un juego único, en ningún momento pensé que las cosas en el suelo marino fueran tan tan cabronas. Agro Crabb , empresa creadora de este cangrejo ermitaño me ha hecho cambiar la visión sobre el fondo marino.
Y es que este juego, no es un souls al uso, ya que generalmente estos videojuegos suelen tener una temática oscura. Another Crab’s es diferente, apostando por un mundo vivo lleno de color, al menos así lo parece a simple vista. Aún así no te dejará indiferente pues cuenta con todos los elementos característicos del género.
Para poneros en situación os contaré un poco de qué va esta historia y es que normalmente los juegos de este género apuestan por un formato críptico, donde iremos encontrando lore a pinceladas. Another Crab’s Treasure no es así, cuenta una historia tradicional donde encarnamos a Krill, un cangrejo ermitaño que lleva toda su vida viviendo en una piscina de agua salada hasta que un día la duquesa del reino marino le exige impuestos.
Krill se ríe, pues no entiende lo que son los impuestos y la duquesa coge su caparazón. Ante la desdicha, Krill decide embarcarse en toda una odisea subacuatica para recuperarlo.
Bajo el mar descubre que la civilización está siendo contaminada por la mugre, una extraña enfermedad que amenaza todo a su paso. En este análisis no te contaré mucho más pero Another Crab’s Treasure se trata de un juego sorprendente y con inteligencia logra crear una muy buena crítica sobre el problema de los océanos de forma elocuente.
El problema para los océanos, son los micro plásticos, cantidades ingentes de ‘basura’ que inundan el mar. De forma muy interesante, Another Crab’s Treasure logra darle la vuelta a la tortilla y aprovechar todos esos restos. Krill y los suyos ven estos desechos como artefactos sagrados, armas caseras o inclusive sirven como mapas del tesoro. Se me viene a la cabeza un trozo de sedal que nuestro personaje usa de gancho para llegar a zonas elevadas.
Pero ahí no acaba, los micro plásticos también se usan como moneda de juego, las “almas” del videojuego. La hoguera esta vez no tendrá fuego, será un caparazón de caracol luna, inicialmente solo podemos subir de nivel.
También podremos configurar nuestro personaje con distintas mejoras pasivas gracias a un extenso árbol de habilidades. Además estos lugares de descanso nos permiten viajar entre las distintas zonas, marcando los lugares especiales en todo momento.
El combate y la exploración aquí son bastante estándar para juegos tipo Souls; explorarás niveles gigantes, buscarás atajos y lucharás contra innumerables cangrejos y otras criaturas marinas mientras lo haces, vigilando los puntos débiles y castigando la vacilación por parte de tus enemigos. Sin embargo, hay un par de innovaciones clave que ayudan a que Another Crab’s Treasure se diferencie de los juegos tipo Souls convencionales.
La primera de estas se trata de la ausencia de defensa como tal, la hay pero es limitada. Krill tendrá que equiparse con todo tipo de desechos a modo de caparazón: vasos de chupito, tapones, latas de refresco, pilas alcalinas… hay 69 de estos. Pero eso no es todo, cada caparazón cuenta con una habilidad diferente -Poder de Umami, un arte especial que permite a nuestro personaje realizar ataques especiales gracias a su coraza-.
Caparashock como indica su nombre es un caparazón que imbuye en rayo nuestra armadura, subiendo de forma desmesurada la barra de ruptura de postura de los enemigos, además hay enemigos que serán inmunes a los ataques normales y solo podrán recibir daño mediante estos potenciadores, que se recargan fácilmente con el tiempo. Las cargas de poder de Umami son limitadas desde el inicio a 3 pero se pueden ampliar con el paso del tiempo.
De manera habitual, te equipas con lo primero que pillas por el suelo pero por un pequeño importe de micro plásticos, puedes asegurar el caparazón de forma que aunque descanses en pez, siempre reaparecerás con esa coraza al morir. Sentirse desprotegido es parte de la emoción que transmite el juego.
Otro punto a tener en cuenta han sido sus enemigos finales y es que al terminar una zona siempre encontraremos el típico jefe de final de mundo, pero a diferencia de otros juegos del género, en Another Crab’s Treasure, estos son variados e interesantes apostando por un estilo de presentación diferente en cada batalla.
No es nada nuevo y que no hayamos visto antes en el género pero parece que Aggro Crab ha querido ir un poco más allá. Aunque no todo es perfecto y se trata de un souls más fácil de lo normal.
Si bien los tipos de enemigos usan diferentes habilidades más adelante, el mismo puñado de movimientos básicos se reutiliza con bastante frecuencia, y una vez que aprendes los tiempos para cada enemigo, esquivar y parar se convirtió en un verdadero juego de niños. Los jefes proporcionaron un poco más de desafío, pero sus ataques son muy limitados y en nada los tienes dominados.
No creo que sea malo que Another Crab’s Treasure apueste por bajar un escalón en la escalera de dificultad, pues sin dudas se trata de uno de los mejores soulslike para empezar en el género. Es más fácil pero eso no significa que sea un paseo por el campo. Por suerte, Krill contará con Polizones, objetos que le otorgan mejoras pasivas, según el peso de estos, podrá llevar hasta 3.
En el apartado visual, no tengo mucho que decir, el juego usa un mapa para guiarnos por las diferentes zonas interconectadas. Y aprovecha en todo momento una extensa gama de colores cálidos para ofrecer un entorno dentro de lo más confortable, a pesar de ser un soulslike, no encontrarás la oscura temática de un juego de Miyazaki.
Y en el aspecto sonoro, me ha sorprendido cuánto más, el juego apuesta en muchas partes por música ambiental de corte lo-fi y aprovecha para sacar su artillería en los combates contra jefes. No es sobresaliente pero se trata de un aspecto muy destacable.
Si buscas ese trasfondo oscuro de los Souls, Another Crab’s Treasure no es tu juego, no es un juego muy difícil pero eso no tiene porque ser malo, de forma elocuente transmite el problema de los océanos y lo aprovecha para sacarle todo el pringue. Sin lugar a dudas se trata de un juego excelente si estás indeciso y no sabes a qué jugar dentro del género o si eres nuevo y no sabes por dónde comenzar.