Llevo siguiendo el desarrollo de Berserk Boy prácticamente desde sus inicios, esa mezcla de pixel art clásico mezclado con una jugabilidad frenética me cautivó totalmente, algo que aumentó todavía más cuando pude probar su demo y la pequeña decepción que supuso que fuese retrasado casi un año entero, pero después de un desarrollo con bastantes altibajos ya lo tenemos aquí.
Berserk Boy viene desarrollado de la mano de la compañía Berserk Boy Games, aunque a pesar del nombre realmente se trata de un «solo dev», o lo que es decir, un juego desarrollado por una única persona. Zu Ehtishman es el nombre del responsable de casi todos los apartados del juego y al que hay que agradecer que nos haya traído esta joya indie que recupera el espíritu de los juegos de acción 2D de Mega Drive y Super Nintendo.
El autor no esconde sus influencias a la hora de crear este título y es que se inspira fuertemente en la saga Mega Man X, incluso si hilamos un poco más fino podemos decir que se inspira en su continuación, Mega Man Zero. A pesar de tener un estilo propio, son muchos los elementos que comparte con las franquicias de Capcom tanto en jugabilidad como en mecánicas, aunque ya lo veremos más adelante.
Por entrar brevemente en el terreno argumental, manejaremos a Kei, miembro de la resistencia de New Hope City que se encuentra en guerra contra unos misteriosos enemigos conocidos como «Energía oscura». Un día, tras un potente ataque enemigo, Kei encuentra un misterioso orbe cargado de poder, además de encontrar también un grupo de villanos que quieren hacerse con él por sus propiedades. Al tocar el orbe, nuestro protagonista absorbe su poder y se transforma en Berserk Boy, por lo que decide utilizar sus nuevas habilidades para evitar que el resto de orbes caigan en malas manos. El argumento, aunque difiere en gran parte, ya empieza a tomar ciertas similitud con la saga de robot azul de Capcom.
Entrando ya en el apartado jugable, Berserk Boy apuesta por una jugabilidad side scroller 2D en el que la acción y la velocidad son los principales protagonistas. En cada uno de los quince niveles del juego habrá que explotar al máximo nuestras habilidades derrotando enemigos, teniendo precisión a la hora de plataformear y buscando todos los secretos que se ocultan en cada escenario. En su forma de Berserk Boy, Kei es capaz de de utilizar la electricidad y moverse a la velocidad del rayo. Es aquí donde el sistema de combate ya empieza a diferir también de la saga mega Man, ya que la manera principal de derrotar a los enemigos es embestirlos para que queden marcados como objetivos y una vez marcados pulsaremos el botón de ataque para electrocutarlos y restarle vida. Así explicado suena más complejo de lo que realmente es, aunque jugablemente es bastante sencillo y en unos pocos minutos ya nos habremos hecho perfectamente al manejo.
Y sinceramente la jugabilidad es una auténtica delicia, es toda una gozada recorrer grandes distancias y sortear precipicios sin ni siquiera tocar el suelo tan solo pateando enemigos y objetos. El manejo ha sido cuidado al milímetro ya que, a pesar de ser un plataformas frenético y veloz, nuestro personaje es perfectamente controlable en todo momento y nunca nos quedaremos vendidos ni por mala respuesta de los controles ni por un mal diseño de niveles.
Como en todo plataformas, tendremos luchas contra bosses y una vez superadas, podremos copiar las habilidades del rival para utilizarlas nosotros -esto ya os suena más, ¿verdad?-. Contaremos con cinco transformaciones en total, cada una con habilidades tan variadas como moverse por el subsuelo, lanzar explosivos o incluso volar. Podremos alternar entre transformaciones con tan solo pulsar un botón, esto es importante ya que hay secciones enteras de plataformeo que nos exigen estar cambiando constantemente, algo que también sirve a la hora de derrotar enemigos.
A su vez, en cada nivel habrá una serie de misiones secundarias que cumplir, por ejemplo encontrar cinco emblemas o localizar a los miembros perdidos de la resistencia. Una vez localizados todos los miembros perdidos de la resistencia de una fase, desbloquearemos el modo contrarreloj de la misma. Tanto en el nivel normal como en el modo Contrarreloj debemos conseguir la máxima puntuación posible para alcanzar el rango S que nos permitirá conseguir el 100% del juego, por lo que nuestra habilidad a los mandos y memorizar los escenarios será crucial.
Estéticamente es una absoluta pasada, contando con un pixel art muy trabajado y unas animaciones fluidas llenas de efectos que consiguen que cada partida sea todo un espectáculo. Junto a ello, la introducción animada y los dibujos de los artworks durante los diálogos son un plus que demuestra que se han tomado su tiempo en hacer las cosas bien. Respecto al rendimiento, obviamente el juego funciona fluidamente a 60fps sin bajones y se añade la posibilidad de utilizar varios filtros estilo CTR o pixel perfect para sentir que estamos ante un auténtico juego de los 90.
Y si a nivel gráfico ya resulta maravilloso, en cuanto al sonido está a la misma altura. La banda sonora ha sido compuesta por alguien que ya ha salido a la palestra en varias ocasiones en esta web y admiramos mucho, Tee Lopes, el nuevo chico de oro del panorama indie que en esta ocasión firma uno de los mejores trabajos de toda su carrera con una selección de temas muy dinámicos y potentes que no podremos dejar de tararear mientras jugamos. Junto a él, varios compositores más como Johnny Atma, Hunter Bridges, Anton Corazza y Andrew One se encargan de algunos de los arreglos y diferentes versiones de los temas del juego. Respecto al idioma, no hay que preocuparse ya que contamos con textos en castellano, aunque hay que decir que con una traducción no demasiado buena y más propia de traductor automático.
Berserk Boy es una de esas grandes joyas de la generación que nadie debería perderse. Un juego cuidado hasta el extremo, con una jugabilidad endiablada, mucho contenido interesante y una duración más que adecuada. Si esta es la primera obra de Berserk Boy Games, estamos deseando ver su próximo proyecto ya que todo apunta a que puede ser incluso mejor. Por un precio de menos de 20 euros -actualmente a 17 como oferta de lanzamiento-, resulta una auténtica locura no hacerse con él.