La nostalgia es una poderosa fuerza. Puede hacer que una buena serie como Cobra Kai se convierta en una serie sobresaliente. Puede hacer que la parte troceada de un remake de un videojuego de hace 20 años venda millones de copias. Y puede hacer que un anime deportivo con una trama absurda como Captain Tsubasa -aquí llamados Oliver y Benji– siga vendiendo merchandising a espuertas. Y tan felices que estamos.

En este contexto, Bandai Namco nos trae, desarrollado por Tamsoft, Captain Tsubasa: Rise of the New Champions, que promete meternos, como ningún otro juego antes, en el mundillo de los tiros con efecto, regates del águila o catapultas infernales. Porque esta vez, querido lector, en este nuevo juego basado en la popular licencia, el protagonista eres tú.

Un nuevo protagonista

Estamos acostumbrados a que las aventuras de «Capitán Tsubasa« sean protagonizadas por… bueno, Tsubasa. Sí, sin duda hay otros secundarios con más o menos importancia, como Wakabayashi -Benji-, Hyuga -Lenders- o Misugi -Ross-, pero el claro actor principal, saga tras saga, anime tras anime, es claramente Tsubasa.

En Captain Tsubasa: Rise of the New Champions se le da una vuelta de tuerca a esto y, al más puro estilo Dragon Ball Xenoverse, el modo historia -tras un capítulo de introducción centrado en el campeonato nacional de tercer año de instituto- se centrará en un nuevo jugador de primer año que, tras ciertos sucesos, acabará fichando por alguno de los equipos de la liga nacional y, más adelante, en el Mundial Juvenil.

Para ello, el juego nos permitirá crearnos nuestro propio jugador ofreciendo no pocas -aunque tampoco excesivas- opciones visuales de personalización, además de dejarnos elegir en qué posición del campo jugaremos -defensa, medio o delantera-. Por último, y esto es una de las primeras novedades a nivel de historia dentro del universo de Capitán Tsubasa, podremos elegir en qué equipo nos enrolaremos entre tres opciones: Furano, Toho, o Musashi.

Dependiendo del equipo elegido, veremos unas secuencias distintas, nos relacionaremos con compañeros de equipo distintos y, en definitiva, la experiencia cambiará un poco, lo que añade un poco de rejugabilidad al título. Es importante destacar que, al igual que en el manga original, la experiencia narrativa es vital en Rise of the New Champions, con momentos en los que perfectamente podemos tirarnos 10 minutos de secuencias sin jugar un solo partido. Para este que escribe, como fan de las aventuras conversacionales, no le resultó un punto negativo del juego, más bien lo contrario, pero posiblemente haya quien prefiera más ritmo de partidos. De todas formas, las escenas se pueden saltar sin problemas, y al final el argumento de Captain Tsubasa tampoco es que sea el mejor argumento del mundo. Aunque si te quieres saltar la narrativa de Captain Tsubasa, no sé qué haces aquí.

El peor giro argumental de la historia.

Pero la personalización de nuestro jugador no se quedará en las opciones gráficas o en la demarcación en el campo. Conforme vayamos relacionándonos con compañeros y rivales, si hacemos buenas migas con ellos nos irán enseñando sus movimientos característicos. Si nos hacemos amigos de Tsubasa, aprenderemos su famoso Tiro con Efecto o su regate sudamericano, o por otro lado, si nos hacemos amigos de Ishizaki -Bruce Harper- aprenderemos su famoso bloqueo del balón con la cara.

Con todos los movimientos que vayamos aprendiendo podremos ir personalizando a nuestro jugador, eligiendo unos u otros en función de hacia donde nos interese llevarlo -por ejemplo, el tiro con efecto de Tsubasa es de larga distancia, y el tiro del tigre de Hyuga es de corta distancia aunque más potente, por lo que posiblemente para un centrocampista alejado de la portería interese más el primer tiro que el segundo-.

Además de esto, nuestras habilidades subirán dependiendo de nuestras acciones en el campo. Tras cada partido se nos puntuará individualmente, dándonos puntos en entradas, intercepciones, pases, tiros, regates… y dependiendo de estas puntuaciones, subirán más unas habilidades u otras. Por ejemplo, si sacamos buenas puntuaciones en entradas -cosa lógica para un defensa-, iremos subiendo las habilidades de defensa y por tanto nuestro jugador irá especializándose. Es una buena manera de que cuenten tanto las entradas como los regates para llegar a ser un buen jugador. Además de las subidas automáticas, se nos irán ofreciendo puntos tras cada partido para gastarlos libremente. De nosotros dependerá elegir si queremos un jugador un todoterreno, o si nos especializamos totalmente en una categoría.

Podremos elegir los movimientos que creamos oportunos.

Juguemos al fútbol

Captain Tsubasa: Rise of the New Champions no esconde sus intenciones. No pretende ser un simulador, ni siquiera acercarse a FIFA o PES. Por no tener, no tiene ni faltas. Tampoco, más allá de las habilidades de los jugadores, intenta ser un RPG como aquellos Tecmo Cup Soccer de la NES o posteriores juegos de la franquicia.

Este nuevo título tira hacia el arcade puro y duro. Veremos a los jugadores correr y hacer giros con el balón pegado al pie sin problemas, robaremos la pelota dando costalazos, y los porteros volarán como si no hubiera un mañana. Pero claro, esto no sería Captain Tsubasa sin los movimientos característicos de la serie y, con unos controles intuitivos, casi sin que nos demos cuenta, estaremos haciendo tiros combinados, regates imposibles y súper paradas.

Por desgracia, aunque la idea del juego está bien, y el juego es entretenido existen varios problemas. El primero es que, si bien como decíamos, los controles son intuitivos, la implementación no acaba de estar afinada. Por ejemplo, los pases muchas veces van donde quieren, y teniendo a un compañero al lado, a veces es difícil pasarla porque al juego le da por elegir al compañero que está al otro lado del campo. Eso dificulta practicar juego de pases. Y esto pasa con todo, si un pase queda largo -que pasa más veces de las deseables-, esprintar hacia él con el jugador elegido es una odisea, porque da como un saltito -con el botón de esprint se puede esquivar la entrada con un salto o interceptar un pase contrario- y luego no esprinta especialmente hacia el balón.

Pero quizás el mayor problema del juego es de diseño -al final, los controles se pueden afinar más o menos con parches-. Muchas veces, sobre todo cuando estemos jugando contra la CPU, los partidos consistirán en cansar al portero. Me explico: los jugadores tienen una barra de «espíritu» que utilizan para realizar sus movimientos especiales. Esa barra se recarga con el paso del tiempo. No así en el caso de los porteros, con quienes se recarga tras cada gol y en el medio tiempo. Los porteros utilizan dicha barra para las paradas y dispararles tiros reducirá su espíritu hasta que la potencia del tiro sea mayor a la del espíritu que le queda.

En la teoría no suena mal, pero en la práctica significa que nos pasaremos partidos tirando sin parar hasta que el espíritu del portero sea lo suficientemente bajo como para no parar nuestros tiros. Lo que convierte los partidos en monólogos nuestros tirando y tirando, lo que puede causar cierto aburrimiento. Existen formas de marcar al portero sin necesidad de bajarle la barra, pero son especialmente difíciles -algo tan sencillo como un pase de la muerte en el fútbol real es extremadamente complejo aquí- y no veremos demasiadas variaciones incluso jugando online. Se echa en falta variedad de situaciones en el juego.

Aún así, el juego es razonablemente divertido, y se arman momentos muy épicos cuando estás lanzando todo lo que tienes al portero, o cuando bloqueas el tiro del contrario en el último minuto, o cuando están todos los jugadores dándose costalazos y nadie puede apoderarse de la pelota. Y a nivel de fanservice, el juego va sobrado, y además en servicio a la jugabilidad. Por ejemplo, con los pases combinados entre Tsubasa y Misaki -Tom Baker-, en nada nos plantaremos delante del portero. Y el fanservice al servicio de la jugabilidad siempre es bueno.

Algunas secuencias animadas nos harán avanzar en la historia

Tsubasa Ultimate Team

El juego, además de los modos comentados tiene, como es habitual, multijugador en la misma consola, jugando los equipos que iremos desbloqueando en el modo historia, y juego online. En el multijugador en línea, y al estilo del Ultimate TeamMyClub de otras sagas, iremos consiguiendo jugadores para nuestro conjunto, y así poder formar nuestro equipo ideal. Por suerte, en poco tiempo ya tendremos jugadores buenos, incluyendo al mismo Tsubasa, y podremos rendir desde el principio.

Para no frustrarnos jugando contra jugadores mucho mejores -o con mejor equipo- que nosotros, tendremos las divisiones, donde en las dos primeras ascenderemos jugando contra la CPU de forma que tengamos un primer contacto con el sistema y vayamos ganando soltura. En las siguientes se nos emparejará indistintamente con la CPU o con jugadores, hasta llegar a las últimas donde siempre se nos emparejará contra jugadores. O nos intentará emparejar, ya que puede que no encontremos a mucha gente en un momento puntual, por lo que está bien que el juego tenga una alternativa a no jugar.

En general los partidos que he jugado han funcionado bien, salvo algunos problemas los primeros días. Los modos online no tienen mucho más, pero tampoco se les pide más.

Podremos crear nuestro propio equipo para jugar en línea

Conclusión

Captain Tsubasa: Rise of the New Champions no pasará a la historia como el mejor arcade deportivo. De hecho, si uno no es fan del manga o del anime no es un juego que recomendaría comprar. Pero a poco que lo seas, es una compra muy recomendada. Gran fidelidad en los movimientos de los jugadores, epicidad en ciertos momentos del partido, tiros combinados, y la posibilidad de que Tsubasa le enseñe su tiro con efecto a tu jugador. ¿Para qué queremos más? Como decía anteriormente, la nostalgia es una poderosa fuerza, y el nuevo título de Bandai Namco hace uso de ella de forma excelsa. Ójala la jugabilidad hubiera estado a la altura de ese factor, claro, y entonces ya no tendría un 7, tendría un sobresaliente. Expectante estoy ante una nueva entrega de la saga.

 


Este artículo ha sido realizado mediante una copia cedida por PR Garage