En el año del 50 aniversario de Konami, se esperaba grandes cosas de esta para celebrarlo. Efectivamente Konami quiso festejar su medio siglo con tres recopilatorios de los que ya hablamos en esta casa: Arcade Classics Anniversary Collection, Castlevania Anniversary Collection, y Contra Anniversary Collection. Sin ser un disparate de celebración, tampoco estaba mal, sobre todo viniendo de la Konami actual. Pero es que además, durante el Nintendo Direct especial para la convención E3, fue anunciado por sorpresa Contra: Rogue Corps, una nueva entrega de la serie totalmente original y el juego que ahora nos ocupa.
Es necesario empezar esta reseña comentando que es Contra, y por qué tiene un lugar ganado en el Olimpo de los videojuegos. La franquicia Contra que se inició en el género run and gun, vio la luz en arcades en 1987 de la mano de Konami. El argumento, bastante simple, nos contaba que en el año 2633 el comando de elite de marines formado por Bill y Lance, es mandado para acabar con la organización terrorista Red Falcon. Un argumento simple pero efectivo para ponernos en la piel de estos dos marines que deberán disparar a todo lo que se mueva, tanto en fases de scroll lateral, como en fases en pseudo 3D con avance hacia el fondo de la pantalla, como si de una galería de tiro se tratase.
Y curiosamente, este argumento tan trivial, se ha ido expandiéndose entrega tras entrega, añadiendo nuevos personajes jugables, conectándolos con los enemigos, encontrando enemigos de otros planetas, y añadiéndole entrega tras entrega grandes dosis de humor, de forma que se ha llegado a crear todo un universo sobre la franquicia, una de las más queridas de Konami. La jugabilidad también se ha expandido entrega tras entrega, llegando a tener fases y bosses secretos, distintas jugabilidades, cambios de género -como el que nos ocupa- y distintos finales en algunos juegos.
Cambiando aliens por demonios
El argumento de Contra: Rogue Corps transcurre 7 años después de los eventos de Contra III: The Alien Wars. Del suelo del campo de batalla emergió una ciudad, nadie sabe de donde o por qué, aunque llena de artefactos y tecnología desconocida de gran valor. Sin embargo en el centro de esta Ciudad Condenada, como fue bautizada, existe un portal donde esta entrando un ejercito de demonios con la única misión de acabar con los restos de la humanidad. Y como si no fuera bastante, no se les puede combatir, porque la propia ciudad genera locura en los valientes que intentan adentrarse en ella.
Sin embargo, existen unos sujetos inmunes a la locura de la ciudad, los Jaegers, mercenarios cazatesoros, que no dudarán en hacerse con las reliquias y tesoros escondidos mientras aniquilan centenares de demonios. Y aquí es donde entran en juegos nuestros cuatro protagonistas: Kaiser, el mercenario musculoso con el brazo biónico que puede convertir en un taladro, Harakiri, una mercenaria letal con un alien en el estomago al que tiene que mantener a raya clavándole una katana, Caballero, un alien con muy buenos modales, y Hungry Beast, un cyborg con forma de panda. Una vez conocidos nuestros personajes jugables, hay que decir que todos ellos comparten el mismo armamento, aunque cada uno tiene sus propios stats, y un movimiento especial propio.
Ya dentro del juego, veremos que el género elegido para este Contra: Rogue Corps es el de twin-stick shooter con vista isométrica, aunque también tendremos algunos pasajes con la vista hacía el fondo de la pantalla, como en una galería de tiro, y algún pasaje en 2D. No es nuevo para la franquicia, este estilo de jugabilidad ya se ha visto anteriormente en un par de títulos para PlayStation, y uno de PlayStation 2, el Neo Contra, del que Rogue Corps bebe directamente. Aunque una gran diferencia es que a esta entrega se le ha añadido loot.
En cuanto a los movimientos que podremos ejecutar, podremos alternar entre un arma primaria y un arma secundaria, y algunas de estas armas se recalentarán y tendremos que ir alternandolas continuamente, o llevando cuidado de no dejar el dedo pegado al botón, o tendremos que esperar unos segundos a que se enfríe el arma y puede ser fatal. Tenemos también un ataque especial único por cada personaje. Además del salto, que usaremos en algún pasaje de plataformas, tendremos un movimiento de dash, que conmocionará a ciertos enemigos a los que los disparos no les afecta, y que podremos rematar con un movimiento de remate, o cogiendolos y usando algún elemento del escenario para matarlos.
Twin-stick shooter con loot, ¿Alguien da más?
Para los que el termino twin-stick shooter le suene a chino, significa que se juega con los dos sticks del mando a la vez, el izquierdo mueve a nuestro protagonista, y el derecho apunta la dirección a la que disparamos con el arma, y una buena coordinación con ambos sticks es indispensable para avanzar. El juego esta estructurado, después de la misión del tutorial, en un campamento o hub central desde el que iniciaremos nuestras misiones, accederemos al modo online, comprobaremos nuestro perfil, mejoraremos nuestras armas en un taller, o mejoraremos nuestros stats con nuevas prótesis o elementos que nos implantaremos en un quirófano.
Centrándonos en las misiones, en ellas podremos jugar con cualquiera de nuestros cuatro personajes. Tendremos una serie de escenarios donde cumplir la misión de acabar con todo lo que se cruce en nuestro camino. Cada nivel esta compuesto por una sucesión de áreas que deberemos despejar antes de seguir avanzando. En estos niveles, podremos conseguir objetos que sirvan para mejorar las armas o para nosotros mismos, además de dinero. Al completar el nivel nuestras armas subirán de nivel, lo que será necesario para aplicarles mejoras. Llegará el momento, que por dificultad de ciertos niveles, necesitemos mejorar nuestras armas y nuestros stats, y comprobaremos horrorizados, que por los ridículos precios y requisitos que nos piden, vamos a tener que repetir misiones y farmear bastante más que lo deseado. Si aun así no caemos en la desidia, lo cual es probable, porque además jugamos casi siempre en los mismos escenarios, iremos avanzando y nos enfrentaremos a grandes enemigos de final de fase, con la visita estelar de algún viejo conocido de la franquicia.
También tenemos la opción de jugar con hasta tres jugadores más de forma local u online. El modo cooperativo, local u online nos presentará una serie de misiones especiales de mayor dificultad. Y el modo jugador contra jugador, sólo online, nos meterá de lleno en una competición por ver quien destruye más demonios oleada tras oleada, pudiendo encargarnos de los otros jugadores también.
Konami, ¿Qué has hecho?
Donde Contra: Rogue Corps falla estrepitosamente es en el apartado técnico. No hay que engañarse, no veremos nada en pantalla que nos sorprenda, todo lo contrario, salvando las distancias, no hay mucha diferencia con lo que ya mostraba en 2004 Neo Contra para PlayStation 2, si le aplicasemos un filtro HD a este. Y además el juego, sin ser para nada exigente, se mueve a sólo 30 frames por segundo, estables, si, pero que menos, no tiene mérito alguno. La única explicación a este apartado técnico y visual es que Konami dedicase un presupuesto ínfimo al proyecto, si no, no se entiende esta desidia técnica que sin duda le pasa factura al título.
Si este juego no se llamase Contra, y viniera de la mano de un estudio indie con recursos limitados, se podrían entender muchas cosas, pero viniendo de toda una Konami, con el propio Nobuya Nakazato a la cabeza en labores de producción, es difícil de entender un apartado técnico tan pobre. También la cámara nos dará algún disgusto de vez en cuando, aunque afortunadamente no es tan frecuente.
Con el apartado sonoro una de cal y otra de arena. Cuando la música suena, que no lo hará siempre, nos encontraremos con melodías correctas, y remixes de los temas clásicos. El problema viene el resto del tiempo, donde se ha optado a no usar melodías para que destaquen los efectos FX en los momentos de combate. Si, logra que centremos la atención en la matanza, pero deja a este apartado cojo, pues seguro que con los temas adecuados, y los remixes son el ejemplo, se podría haber potenciado todos los momentos de acción de igual forma.
Los Jaegers merecen una oportunidad
El apartado técnico es muy pobre, y poca excusa hay, más que la suposición de un presupuesto paupérrimo, pero para ser sinceros, parte de la fría acogida del público se debe a que la cercanía con su propio recopilatorio de entregas arcade, de 8 y de 16 bits, y la vuelta con fuerza de géneros casi olvidados de acción 2D, hacía que los fans soñasen con una nueva entrega con la jugabilidad clásica. Pocos esperaban que siguiera la estela, por otro lado lógica, de los juegos de PlayStation, Saturn y PlayStation 2, que habían cambiado la jugabilidad 2D, por una vista isométrica -con algunos pasajes en 2D o en modo galería de tiro- y una jugabilidad de un twin-stick shooter. Y también es cierto que la cercanía del lanzamiento con la del notable Blazing Chrome no ha ayudado.
También es cierto que Contra: Rogue Corps se disfruta más en compañía, que es cuando podremos plantear los combates y crear estrategias para hacer morder el polvo a los enemigos más duros y a los increíbles bosses, en solitario puede que nos cansemos pronto por la cantidad de misiones que se realizan en los mismos escenarios. Sin embargo, como twin-stick shooter funciona, esta cargado de referencias clásicas a la franquicia, con más de un homenaje, y su humor absurdo, y sus alocados y curiosos protagonistas con su alta capacidad de personalización, merecen darle una oportunidad, sobre todo si te gustaron las entregas de la 32 bits y la 128 bits de Sony.
Esperemos que este pequeño tropiezo, que tampoco lo es tanto, no provoque que Konami devuelva la franquicia a la nevera, y que pronto podamos ver otra entrega, quizá esta vez si volviendo a los orígenes 2D de la saga, para contentar a los fans más acérrimos y clásicos de la saga.
Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Peidró Comunicación