Devious Dungeon 2, desarrollado por Woblyware Oy y distribuido por Ratalaika games, es la secuela del juego de 2018 y que ahora llega a consolas y PC despues de estrenarse en móviles. En este plataforma roguelite, encarnaremos a 3 héroes que tendrán que ir avanzando a través de una serie de niveles y derrotando enemigos para llegar al jefe final.

El argumento del juego es solo una excusa para ponernos en contexto y empezar a jugar, de hecho me gusta que el propio juego lo considere de esa forma: En un reino lejano, existe un castillo lleno de riquezas custodiado por un poderoso enemigo. El rey nos encarga la tarea de adentrarnos en esa fortaleza para recuperar los tesoros y derrotar al villano de turno. Y ya está no hay más, no se han extendido mucho en el argumento y tampoco nos interesa demasiado, aquí hemos venido a repartir estopa.

Podremos encarnar a 3 personajes distintos que seleccionaremos al comenzar partida, cada uno con una habilidad diferente: Tenemos al bárbaro cuyo poder es recibir un 20% menos de daño, luego está el mago qué es capaz de levitar durante unos segundos, y finalmente tenemos al pícaro, que puede realizar un doble salto. Al seleccionar a nuestro favorito, la partida comenzará

La jugabilidad se inspira fuertemente en otro juego muy similar como es Rogue Legacy. Estamos ante un plataformas 2D con exploración y subida de niveles. A lo largo del juego iremos consiguiendo dinero que nos servirá para ir comprando nuevo equipamiento que nos ayude a enfrentarnos a los cada vez más peligrosos retos.

El mapeado del juego se divide en varias zonas diferentes, divididas en cuatro niveles cada una más un jefe final,  que a su vez cada nivel se divide en tres etapas distintas. Es importante superar las tres etapas de cada nivel de un tirón, pues hasta que no lo hagamos no se guardara nuestro progreso y tendremos que recomenzar el mismo nivel una y otra vez. Cuando superamos las tres etapas, podremos continuar desde el siguiente nivel directamente en caso de morir, y así hasta completar todo el juego.

Estamos ante un roguelite, lo que significa que a priori los niveles se generan de forma aleatoria…..a priori, pues esto tiene un poco de trampa: si nos fijamos bien en la estructura de los niveles que vamos jugando, acabaremos reconociendo un patrón básico que se repite en ocasiones, de hecho nos daremos cuenta de esto si abrimos el mapa y vemos que el dibujo mostrado ya lo hemos visto otras veces, lo que nos indica que a lo mejor el juego no es tan procedural como nos quiere hacer creer. Lo único que cambia son un par de estancias y la localización de algunos enemigos.

El esquema jugable siempre es el mismo en cada etapa: debemos explorar el nivel y localizar la puerta de salida, así como la llave que nos permite abrirla. Por el camino nos iremos topando con monstruos y enemigos que no nos van a poner las cosas fáciles, así como trampas y mobiliario que podremos romper. Esto es algo que se repetirá  a lo largo de todo el juego, no habrá otra cosa que hacer salvo saltar y pegar.

A medida que vayamos avanzando en el juego los enemigos también se irán haciendo más fuerte, por lo que no nos queda más remedio mejorar a nuestro personaje, y esto lo haremos de dos maneras: Con dinero y subiendo de nivel. Al derrotar enemigos y romper objetos soltarán monedas, monedas que parecen tener complejos de pelotas de ping pong,  pues saldrán rebotando en todas direcciones sin ningún tipo de control, cayendo la mayoría de veces en fosos con pinchos y obligándonos a perder salud en caso de que queramos cogerlas.

Estas monedas nos van a servir para comprar equipamiento en el pueblo que hace las veces de nivel inicial, en el que podremos comprar armas, armaduras y otros objetos que nos van a hacer un poco más faciles las cosas. El equipamiento que vayamos obteniendo irá aumentando tanto en estadísticas como en precio, aunque esto último quizás de manera un poco desproporcionada, habiendo ocasiones en los que nos dedicaremos a farmear oro de manera aburrida para poder comprar lo que más nos conviene.

Al matar enemigos nos obsequiarán con puntos de experiencia con los que iremos subiendo de nivel, y al alcanzar un nuevo nivel podremos aumentar una de nuestras estadísticas: daño normal, salud máxima o porcentaje de críticos. El problema de esto es que los enemigos apenas nos darán experiencia, el grueso de puntos los conseguiremos encontrando cofres secretos que se ocultan detrás de paredes que nos darán un buen subidón, por lo que muchas veces nos conviene más buscar estos lugares secretos que matar enemigos.

Y este es posiblemente el gran fallo del juego, la repetitividad y el farmeo exagerado. Muchas veces nos adentraremos a la aventura solo para conseguir monedas y subir de nivel a sabiendas de que no vamos a llegar avanzar a la siguiente etapa. Es cierto que nuestra habilidad tambien cuenta a la hora de sobrevivir más o menos tiempo, pero aunque vayamos a tiro hecho a localizar la salida lo tendremos muy dificil debido a la cantidad de enemigos y trampas que abundan. Es muy dificil -por no decir casi imposible- completar un nivel sin recibir daño alguno.

Hemos comentado anteriormente que Devious Dungeon 2 es la secuela de otro juego anterior -ese numero 2 del título no está ahí de forma gratuita, obviamente-, aunque por su aspecto podría pasar por una simple expansión. El salto de la primera a la segunda entrega es mínimo, por no decir inexistente, las únicas novedades son los tres protagonistas en lugar de un único personaje y una ambientación distinta. Por lo demás, hay pocas cosas que justifiquen dar el salto a esta secuela, salvo que tengamos ganas de jugar más de lo mismo.

Para compensar esto en cierta manera, se han añadido misiones secundarias en forma de monstruos únicos y tesoros coleccionables que le ofrecen un poco más de variedad al juego, aunque tampoco demasiada. Los tesoros los encontraremos nuevamente detrás de paredes ocultas y son consecutivos, de manera que cuando cojamos uno ya no volverá a aparecer más y cuando nuevamente abramos otro cofre aparecerá el siguiente. Por lo tanto, aunque nos quedemos atascados en el primer nivel de por vida, acabaremos consiguiendo todos los tesoros de todas formas.

Audiovisualmente digamos que cumple sin más, el apartado gráfico tira del habitual pixel art poco trabajado y no muy detallado, incluso llega a reciclar gran parte de los enemigos de la primera entrega. El sonido tampoco sale muy bien parado, con apenas dos o tres melodías que se repiten a lo largo de todo el juego y no muy memorables, al igual que los efectos de sonidos que son escasos y repetitivos. Por suerte, el juego cuenta con textos en castellano para las descripciones de los objetos y la introducción.

Para ir concluyendo, podemos decir que Devious Dungeon 2 es un juego adictivo que nos va a tener pegados a la pantalla y con ganas de echar «una mas» cada vez que morimos, pero eso si nos adaptamos a lo que nos ofrece: un juego en el que van a primar la repetitividad y el farmeo. Todo ello sin dejar de lado una jugabilidad divertida y atrapante que funciona bastante bien en conjunto. Hubiesemos preferido un salto de calidad importante en todos los sentidos desde la primera entrega, pero eso no ha podido ser y toca conformarse con lo que hay.

 


Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Ratalaika Games