La saga Disgaea es una vieja conocida para los fans del RPG táctico. Siempre bañada en un mejunje de cifras mareantes, mucho humor, y sobretodo, mucha mala leche, es seguramente el segundo pilar más importante del género tras Fire Emblem. Y ahora, tras un par de años desde la última entrega, nos llega Disgaea 6: Defiance of Destiny a Nintendo Switch -más adelante a Playstation-, la última aventura de la saga de Nipon Ichi Software, dispuesta a ser el más y mejor por excelencia y dar la experiencia Disgaea definitiva.

La historia en esta entrega gira en torno a Zed, un zombie con la habilidad especial de resucitar cada vez que muere, algo terriblemente sencillo siendo una criatura en el escalón más bajo del mundo demoníaco junto a los Prinnies. Zed, con esta peculiar habilidad, toma como objetivo fortalecerse para así derrotar al Dios de la Destrucción actual, que se encuentra aterrorizando al inframundo, siendo el más poderoso que ha habido nunca. En las cerca de 30 horas que dura el contenido principal, la historia irá con sus chistes para arriba y para abajo, una y otra vez. Las risas están aseguradas y si buscáis eso lo vais a encontrar. Si esperáis algún tipo de historia épica y trascendental, olvidaos y buscad otro juego.

Una de las pocas sagas longevas que sigue manteníendose 100% fiel a su planteamiento original como SRPG.

En general lo que es el contenido principal no resulta especialmente complicado, y lo dicho, en cerca de 30 horas nos lo acabamos, sin embargo, donde destaca la saga es en su contenido secundario, y es que aquí es donde encontraremos el reto de verdad con más de 200 horas de contenido potencial si os engancha, con docenas de combates opcionales donde las cifras que moverán nuestros ataques serán verdaderamente mareantes -mucho más altas que en juegos anteriores de la saga-.

El sistema del juego además nos ofrecerá muchísimas horas en lo que viene a ser la gestión de nuestras unidades. Disgaea 6: Defiance of Destiny es un juego muy complejo y muy profundo, que maneja decenas de estadísticas diferentes para cada personaje y que ofrece numerosos métodos para maximizar el uso de los mismos. Me quiero parar un poco aquí porque me parece a la par la mayor virtud de este título junto a su mayor defecto.

Para empezar, el juego nos ofrece varios tipos de divisas, cada una con sus utilidades. Los HL, que serían nuestras monedas más tradicionales, para comprar y vender equipo. El maná, que se usa para realizar un sinfín de acciones de las que hablaré ahora y que tienen para mí casi más importancia jugable que los combates en sí. Y por último el karma, que se utiliza para dar rango a los personajes reencarnados -tranquilos, ahora voy a ésto- y a los de nueva creación.

Nuestro protagonista es más fuerte de lo que aparenta. Aunque no más inteligente.

En fin, lo dicho, vamos a hablar del maná. El maná se puede utilizar entre ciertas cosas aprender nuevas habilidades o para mejorar las que ya tenemos. Esto es lo más sencillo. Donde está el jugo es que sirve para usar el llamado Consejo Oscuro -Dark Assembly en el juego, porque sí, como siempre, viene en inglés, una pena que no apuesten más con una traducción al castellano pero bueno-. Este Consejo son una serie de demonios a los que tenemos que convencer para hacer distintas acciones. Desde obtener el triple de experiencia en combate a cambiar de color nuestro personaje, pasando por una retahíla de opciones que incluyen acaparar todo el maná de los compañeros -porque el maná es una divisa individual por personaje- o pedir que te den más dinero. Las posibilidades son muchísimas.

Pero dentro de este Dark Assembly tenemos también otra sección, Súper Reencarnar. Con esto, nuestro personaje vuelve al nivel 1, pero usando el maná acumulado y los puntos de karma, podemos hacer que con ese nivel 1 sea infinitamente más poderoso que cuando era nivel 1 antes. Así, cada personaje podrá entrar en un bucle de subir miles -literal- de niveles, reencarnarse con esta opción, y volver a subir niveles, siendo ahora muchísimo más poderoso de lo que hubiera podido ser anteriormente, y repetir. Me parece una mecánica muy interesante que da bastante juego y que, oye, pues te pica a seguir entrenando con los personajes solo por ver de cuántas cifras va a ser el siguiente piño que suelten.

Además, el juego incluye numerosas opciones para facilitar el llamado «grindeo». Desde ajustar el ratio de experiencia con un menú de trucos integrado donde si ponemos algún parámetro bajo podemos subir otro, hasta adiciones cada vez más típicas en el género y bastante agradecidas como son el turbo y el combate automático, que hacen de todo esto de subir niveles un simple trámite para poder centrarnos en el contenido interesante.

En el «Dark Assembly» tenemos muchísimas opciones. Quizá demasiadas desde el primer momento, pero al final permiten maximizar a nuestras unidades como pocos juegos permiten.

Sin embargo, y aquí quería llegar, todo esto tiene un problema bastante serio. Disgaea 6: Defiance of Destiny tiene un sistema de tutoriales bastante deficiente -por no usar un calificativo peor-. El juego utiliza varios tutoriales lentos y pasito a pasito para explicarte todas las mecánicas inherentes al combate -que sigue siendo más o menos como siempre, por lo que no quiero extenderme demasiado, juego táctico con cuadrícula, posibilidad de juntarte entre varios personajes para pegar más fuerte, posibilidad de coger y lanzar cosas por el escenario… es excelente en esto pero no tiene demasiadas novedades-, lo cual no está del todo mal y hasta te da la posibilidad de saltártelos si eres veterano y así ahorrarte varios minutos algo tediosos.

Pero es que toda la información del consejo oscuro, las reencarnaciones, las misiones opcionales, el uso del hospital, la tienda… Te lo vomitan sin ningún miramiento, sin apenas capacidad de asimilación y en muchos casos sin poder usarlo de inmediato, por lo que pasarán horas hasta que puedas hacer lo que te dice el tutorial, con la posibilidad de haberte olvidado por completo de como funciona una mecánica concreta. A todo el sistema de aprendizaje del juego hay que darle una vuelta importante, insisto, porque sin lugar a dudas abruma la cantidad de información, y sin embargo las mecánicas de combate que podrían aprenderse fácilmente tienen un proceso de explicación sobreextendido que hace que se vuelvan hasta aburridos.

Los ajustes gráficos están ahí para el que los quiera, pero fuera del modo equilibrado el juego es un poco desastre técnico.

Por último, y muy por encima, quería comentar la interesante y curiosa inclusión de una opción para ajustar el apartado técnico del juego. Con tres modos disponibles -rendimiento, equilibrado, y gráficos-, me resulta sorprendente tras probar las tres configuraciones, y es que el modo gráficos y el de rendimiento rozan lo injugable por momentos. Con el modo gráficos el juego literalmente se arrastra, no he visto nunca nada igual, mientras que en el modo rendimiento el juego se ve francamente mal restando valor a los excelentes diseños del apartado artístico en combate. No se me ocurriría por nada del mundo jugar fuera del modo equilibrado en Nintendo Switch más allá de querer ver como funciona en los demás modos por curiosidad.

En definitiva, Disgaea 6: Defiance of Destiny es un título excelente dentro del género y una gran entrada en la saga Disgaea. Las novedades de «Quality of Life» y el sistema general hacen de ésta una entrega maravillosa para novatos y expertos se mire como se mire, pero todo el sistema de tutoriales y la gran cantidad de posibilidades con toda la complejidad y profundidad que presentan, teniendo una introducción tan pobre al jugador, le resta virtudes a algo que sin duda era un título sobresaliente. Claro, con esto en mente, si todos estos sistemas te entran bien y eres fan de la saga, ni se te ocurra dejar de lado el título porque se va a ir directo a tus favoritos del año.

La verdad es que las animaciones de los ataques especiales están bastante chulas.

 


Este análisis ha sido realizado en Nintendo Switch mediante una copia cedida por NIS America