En ocasiones, un juego no necesita tener mucha profundidad para ser un éxito. Esto es lo que ha ocurrido con esta clase de títulos, que no suponen un reto extremadamente elevado, pero sí son difíciles. Muchas veces, esa dificultad se debe al desafío que implica jugar a un juego cuyas mecánicas no están completamente pulidas, pero esta fórmula ha permitido que juegos como Getting Over It with Bennett Foddy o el fenómeno de masas Only Up! alcancen lo más alto del panorama del gaming.

En parte, este tipo de juegos se han viralizado gracias a los streamers. Creadores de contenido como El Rubius o incluso Ibai han cogido el mando y han jugado este tipo de títulos, donde la dificultad, por lo general se basa en las imperfecciones. Y con esta breve y poco explicativa introducción sobre el género de juegos difíciles, paso a explicar el juego en cuestión. Hoy hablamos de Driving Is Hard, título de Elegant Horse Studios, un estudio lituano que da sus primeros pasos en la industria.

En este juego, nuestro protagonista se llama Jeff, un hombre que viaja en una bañera con ruedas. Basado en físicas, nuestra bañera funciona como un vehículo todoterreno para atravesar los siete mundos en los que se desarrolla el juego. Durante estos siete biomas veremos cómo Jeff hace frente a dilemas mentales que surgen a lo largo de su vida, cada mundo representando una etapa diferente de su crecimiento personal. Lo malo es que desde el inicio, la forma de contar la historia no es la más adecuada. Los cuadros de diálogo aparecen en la parte inferior de la pantalla, en muchas ocasiones mientras estamos realizando otras acciones, lo que desvía nuestra atención.

El juego desde el comienzo nos avisa que vamos a caer. Nada más cargar la partida, no habrá ningún tipo de menú; directamente nos pondremos a navegar con nuestra bañera. Como bien he mencionado, estamos ante un juego basado en físicas, donde un error puede hacernos empezar desde el principio del nivel. En este tipo de juegos, el objetivo es trepar por el escenario hasta alcanzar una meta, que en este caso consiste en ver cómo avanza la historia de Jeff a través de su propio descubrimiento personal. Este no es un juego para todos los públicos. No es un juego aburrido, pero las constantes caídas pueden hacer que muchos jugadores lo abandonen sin llegar a ver el final de la historia de Jeff. Además, el juego se apoya en las físicas para mover objetos que usaremos para seguir escalando, porque Jeff no es Spider-Man, aunque en ocasiones lo parezca.

El juego también cuenta con 21 pastillas de jabón coleccionables, las cuales por lo general se obtienen al recorrer caminos secundarios, incentivando la exploración. Además, incluye algunas opciones de accesibilidad, como la posibilidad de poner gorros diferentes a nuestro bañista.

En el apartado técnico, el juego tuvo problemas severos en su lanzamiento que afectaron la jugabilidad. Por ejemplo durante mi partida, en muchas ocasiones la música ambiental se mezclaba con las voces, impidiendo escuchar lo que decía nuestro protagonista. Por suerte era un fallo puntual, pero resultaba muy frustrante no poder oír a Jeff mientras reflexiona sobre su vida.

En lo visual, surge un problema de licencias, ya que el juego es extremadamente similar a Getting Over It with Bennett Foddy. No solo copia la bañera, sino que incluso hay assets que parecen venir directamente de ese juego. Y viendo cómo títulos como Only Up! han desaparecido de las tiendas, me preocupa que este también corra la misma suerte. Controlar un vehículo no resulta tan atractivo como manejar un personaje, y esto puede ser un factor importante para que el juego no tenga una larga vida en el mercado.

En cuanto al apartado gráfico, el título apuesta por escenarios variados con una paleta de colores cálidos. Sin embargo, esto supone un problema en la portátil de Valve, ya que el juego no regula correctamente la luminancia del terreno, lo que provoca fallos visuales graves. Se nota que el estudio está trabajando para mejorar la experiencia, pero al título aún le queda mucho camino por recorrer para ser completamente compatible con la consola de Valve.


En definitiva, Driving Is Hard ha tenido un lanzamiento complicado. Múltiples fallos han frustrado mi experiencia de juego, incluyendo crasheos. La peor parte ha sido el testeo en Steam Deck, donde no se ha logrado una compatibilidad adecuada. Aun así, es un juego divertido en el que sufrirás caída tras caída. Eso sí, si eres un jugador paciente, el juego te recompensa, y su curva de dificultad no es tan elevada como parece al principio. Sin embargo, tras la desaparición de Only Up!, solo el tiempo dirá si Driving Is Hard logrará mantenerse con vida.