Este análisis empieza muchos años en el pasado, en el salón de estar de una familia clásica, donde un chaval mira con ilusión y lágrimas en los ojos las series de dibujitos que aparecen en su televisor, quedándose con una en especial en su mente y su corazón ¡MUSCULMAN! Se pasaría años declamando a los cuatro vientos ‘Sóc el temible musculman i m’agrada el bon menjar, la carn de porc és la millor’. La gente de su alrededor no comprendía ese ardor, esa pasión. Él decía que algún día sería Musculman, mientras sus padres respondían ‘Niño, no me seas gilimollas y vete pensando en buscar un trabajo serio, anda’.

El tiempo pasó, ese muchacho creció y fue adquiriendo habilidades y conocimientos, aunque lo de ponerse mega-cachas era un tostón. Y con los problemas derivados del desplazamiento espacial supralumínico, pocas civilizaciones extraterrestres han aparecido en nuestro planeta para zurrarse con ellas, interesándose más en chorradas como construir pirámides y enseñarlos la escritura, matemáticas o metalurgia, que en montar estrafalarias competiciones de fuerza y poder.

Así que utilizaría esos conocimientos adquiridos para crear su propia criatura, inspirada en aquella pasión y serie de la infancia. Pero hay que darle un toque propio, hay que dejar una huella personal en el mundo, no copiar las que otros dejaron ¿Pero como? ‘Uff, fuera Neko-chan, que estoy trabajando en un videojuego, luego te limpio el arenero ¡EYYYY, CLAROOOO!’

Y así nacería KinnikuNeko: SUPER MUSCLE CAT. Y así llega ahora a las gentes de la Tierra. Y sí, esto es un videojuego, muy chulo además, acción y plataformas 2D, neo-retro a tope con un trabajo audiovisual genial. Y así es como comienza:

Lo primero, pedir disculpas por semejante introducción. Pero es que el espíritu puñeteramente loco anime que impregna KinnikuNeko: SUPER MUSCLE CAT es tan poderoso y contagioso que escribo esto de forma muy atropellada. Vamos a ordenar un poco las cosas.

Este proyecto nace hace cinco años en forma de Kickstarter por parte del desarrollador ahora firmante como Kamotachi, aunque en los créditos de arriba lo hayáis visto con su anterior identidad. Que por cierto, es español, aunque lo que veáis en esta entrada os sugiera otra cosa. Con un material promocional tremendamente prometedor, buscaba un objetivo de 150.000 euros, y no se logró siquiera la tercera parte, una lástima. Pero el tiempo pasó, y este desarrollador, animador y hasta músico ha terminado sacando su especial homenaje a Kinnikuman, Super Muscle Man, o como es más conocido en nuestro país por las emisiones del anime en catalán o valenciano, Musculman. Hasta en zonas de Aragón y Castilla-La Mancha llegó a verse.

Hablar de KinnikuNeko: SUPER MUSCLE CAT es, como he dicho, hacerlo de un juego de estilo muy clásico, digno de recreativas locas de CAPCOM, Taito o Data East, o juegos de consola dignos de Bampresto o Treasure. Pero también, es meterse un anime contado en una temporada de manera jugable. Historia, narración, excesos y gags se imbrican muy bien con la parte jugable, que afortunadamente está a altura de las circunstancias. El juego no se queda con la coña, la sabe llevar muy bien con el mando en la mano.

Jugablemente ya digo que todo es muy clásico y conocido para el usuario que tiene a la vista su primer examen de próstata. Distintas fases, checkpoints, recolección de estrellitas, acción contra enemigos,  y muchos, muchos saltos. Pero como también mencionaba, hay que dar siempre un toque diferencial, y aquí lo tenemos en un insólito cambio físico jugable del personaje protagonista.

Cuando seamos una montaña de músculos con rostro gatuno saltaremos, nos deslizaremos y zurraremos a centenares de aliens diseñados con una gracia y simpatía enormes con movimientos y combos sencillos y dinámicos. Pero cuando nos encontremos con el personaje de Lemon en diferentes puntos, podremos ‘pedirle’ que nos quite nuestro tanga mágico para volver a ser un tierno y encantador, así como muy indefenso, gatito morronguero. Pero con más agilidad que cuando éramos un bravo luchador.

Cuando estamos en forma pura de gato podemos escalar paredes, realizar saltos más largos, y esprintar para que sean aún más largos. Pero seremos totalmente vulnerables a los enemigos y nos tocará esquivar y saltar como michis posesos, o hacer que se dañen entre ellos.

Así alternamos según la situación nos lo pide. Porque la forma tangacachas puede romper obstáculos a , y la gatopure, sortearlos con su mayor agilidad y capacidad de escalar paredes y saltar entre ellas. Los niveles no son eminentemente de avance de izquierda a derecha, toca recorrerlos en varios frentes y direcciones para dar con la tecla.

Y nos iremos encontrando todo tipo de situaciones variopintas y taradas. Pruebas de fuerza para mejorar nuestro poder cachas, fans locas de amor que nos ralentizarán el movimiento, comer ramen a toda pastilla si antes lo hemos encontrado, diferentes mini-juegos al final de algunas fases, encontrar interruptores y dispositivos… además de modificar el gameplay en algunos momentos, como un nivel shmup o una DESESPERANTE fase de scroll continuo.

En este gameplay tan loco pero a la vez tan estable, prima el avance y el nivel general de dificultad es bastante bajo. Comprendo la idea de seguir esta ‘serie’ sin que algún ‘episodio’ se nos quede atascado, y realmente funciona. Pero se echa de menos unas gotas más de desafío, especialmente en los cachondos pero muy fáciles jefes finales. Incluso la culminación final es muy asequible. No es que no nos vayan a matar, eso sí. Simplemente no lo harán tanto como este tipo de juegos solía hacer hace unas décadas… bastante menos, la verdad sea dicha.

KinnikuNeko: SUPER MUSCLE CAT ha sido diseñado con la legendaria técnica conocida como ‘batiburrillo’ que hace que cada nivel sea de una dificultad, longitud y vicisitudes propias. Y la mayor parte del tiempo funcionará bien, pero cuando no lo haga veremos aristas en el gameplay.

En el nivel ese del scroll continuo, cuando debemos escapar en forma de gato, lo que son pequeños problemas puntuales que notaremos en otros momentos -mantenerse agarrado a algunas paredes escalables, algún tema de colisiones y físicas, bugs rarillos… – cristalizan al tener un momento tan rápido y frenético. Me dejó con cara de tortilla de patatas que al irme muy adelante para evitar que me aplastase un techo y empezar desde el comienzo de la fase… que terminase otra vez al comienzo de la fase, obligándome a superar ese obstáculo con un timming extrañísimo. O que en la parte final del juego me desapareciera una plataforma impidiéndome avanzar más, y teniendo que salir, desinstalar y reinstalar a ver si así… que si lo fue, afortunadamente.

Pero afortunadamente no terminan siendo serios esos defectos puntuales. Durante unas tres o cuatro horas, o más si queremos sacarle lustre a nuestro orgullo consiguiendo los ocho logros del juego, tendremos momentos divertidos, momentos GENIALES, y momentos queeeeeeeeeeeee…

Vuelvo a resaltar que todo esto se lo ha hecho unicamente una persona. Porque cuando ves esos sprites tan definidos y bien animados, fondos trabajados, cantidades enormes de detalles visuales -que no todo el neo-retro va a ser hacer juegos de estilo NES 8-bits, leñes-, con un trabajo musical y artístico soberbio, además de toneladas de secuencias con todo tipo de ilustraciones y animaciones, parece casi imposible de creer. Aunque el bueno de Kamotachi ha tenido su tiempo para cocinarlo todo.

Y lo que ahora le queda por delante a KinnikuNeko: SUPER MUSCLE CAT es abrirse camino hacia más sistemas. Por ahora, solo está disponible en PC, autoeditado claro. Pero sería casi pecaminoso que esta maravilla no encontrase un editor para llegar a consolas. No hace ni falta que te guste el anime y las japonesadas para pasar momentos excelentes aquí, Solo las ganas de que triunfe la justicia, el amor y los sentimientos humanos frente a la frialdad de las criaturas del espacio exterior.