En 2012, una desaparecida 38 Studios con la ayuda de Big Huge Games sacó al mercado un RPG que sorprendió por su propuesta y su ambición. Su planteamiento se asemejaba a los de los RPG de Multijugador Masivo Online como World of Warcraft, pero con muchos elementos que recordaban a la franquicia The Elders Scroll, en particular a su última entrega, Skyrim: decenas y decenas de misiones, enemigos por doquier, un mundo enorme que explorar, mazmorras, asentamientos llenos de NPCs con los que interactuar, etc. Aunque Kingdoms of Amalur contaba con un elemento diferenciador, un sistema de combate más similar a un hack’n slash.

A 38 Studios no le fue bien a pesar de que Electronic Arts publicase el juego en PlayStation 3, Xbox 360 y PC. Desaparecieron cuando intentaban desarrollar un MMO de la franquicia -la base ya la tenían con el juego que nos ocupa y su estructura tan adecuada- y el mundo de Amalur cayó en un letargo hasta que THQ Nordic se hizo con los derechos de la IP y planteó una remasterización para consolas de la anterior -aunque aún vigente- generación que vio la luz en 2020 para PlayStation 4, Xbox One y PC, y el año pasado para Nintendo Switch.

De la mano del estudio de desarrollo alemán Kaiko Games, formado por veteranos de segunda línea con un historial muy respetable Turrican 3, Legend of Kay, la franquicia Secret Files, Sacred 3, y las últimas remasterizaciones de THQ Nordic nos llegó en septiembre de 2021 Kingdoms of Amalur: Re-Reckoning, una remasterización del título original adaptado a los estándares visuales actuales y con todo el contenido descargable incluido. La versión de Nintendo Switch nos presentó la misma remasterización pero con los necesarios recortes técnicos para conseguir una experiencia de juego fluida y satisfactoria.

Lo que llamó la atención con el lanzamiento de la remasterización fue el anuncio del desarrollo de una nueva expansión la cual llegó en diciembre de 2021. Esta expansión llamada Fatesworn ha sido desarrollada totalmente por Kaiko Games y lanzada para PlayStation 4, Xbox One, y PC -la versión de Switch llegará en algún momento de 2022-. Los poseedores de la edición Fates de la versión física del juego podrán conseguir esta expansión de forma gratuita, pues era parte de la edición, el resto de usuarios podrán conseguir la expansión en las tiendas digitales de cada plataforma.

Centrándonos en Fatesworn, esta nueva expansión nos ofrece una nueva historia que transcurre al finalizar la historia principal de Kingdoms of Amalur -imprescindible haber acabado el juego base-, añadiendo bastante contenido post-game y una nueva región, Mithros. Esta nueva historia nos llevará entre 8 y 10 horas para poder completarla en función de nuestra pericia, pero también tendremos nuevas misiones secundarias y otras actividades que fácilmente pueden elevar la duración a cerca de las 20 horas en caso de que queramos completarlo todo.

A pesar de que el caudillo tuatha Gadflow ha sido derrotado, una nueva amenaza aparece en el oeste… Más allá de los picos nevados y los infranqueables acantilados se encuentra la región de Mithros, un antiguo refugio almain -una de las razas iniciales del juego original- que ofrece esperanza a los colonos, refugiados y veteranos desplazados por la guerra. Es aquí donde Telogrus, el dios del caos, pretende reclamar su reino mortal y tienta a sus seguidores con la promesa de liberarlos de los grilletes del destino. Y precisamente nosotros, que somos el Sin Destino, somos los únicos que podemos hacer frente a Telogrus y derrotarlo.

Con esta premisa, la misión principal consistirá en debilitar el poder de Telogrus destruyendo los portales del caos que aparecerán por todo Amalur. 25 portales en total a los que primero hay que acceder mediante unos enfrentamientos y luego destruir desde dentro en una suerte de mini mazmorras. Dentro de estos portales encontraremos nuevos enemigos que requerirán de armas de caos para poder vencerlos, por lo que fabricar estas armas -y conseguir los materiales- será también indispensable en nuestra misión. Junto a la cadena de misiones principales, tenemos más de 30 misiones secundarias que darán mucho juego a la expansión y a la nueva zona de Mithros.

En cuanto a la factura técnica, se ha respetado la línea general del juego original, y se ha dotado de voces a los nuevos NPC. De los nuevos temas para la banda sonora se ha encargado Grant Kirkhope, un importante compositor bastante conocido por sus trabajos en Rare. Sin embargo, de lo que no está exenta esta nueva expansión es de pequeños fallos o bugs que pueden desmejorar la experiencia. También las cargas son un poco más largas que las del juego original y en alguna ocasión pueden ocasionar un cuelgue. Esperemos que Kaiko Games siga puliendo estos detalles.

Fatesworn es definitivamente una buena sorpresa. Es curioso y para nada normal que un juego realizado en 2012 reciba una nueva expansión en nuestros días -aparte de Titan Quest-, sobre todo cuando fue un juego que no alcanzó el éxito esperado. Pero se agradece este nuevo contenido que añade nuevas mecánicas -todo lo referente al caos- además de aumentar el límite de nivel, nuevas armas, nuevos sets de armaduras, nuevas cartas del sino, nuevos enemigos, y un largo etc. En contrapartida, el DLC necesita un poco más pulido técnico, y el tema de los portales puede llegar a cansar, pero aun así Fatesworm está más que recomendado para todo aquel que disfrutó de Amalur.

 


Este análisis ha sido realizado en PlayStation 4 mediante una copia cedida por Dead Good Media