Este año ha sido muy productivo en términos de juegos de estrategia, hemos visto salir el nuevo Guild 3, Victoria 3, Total War: Warhammer III, hasta incluso ha salido Crusaders Kings III. Pero estos títulos no nos conciernen ahora, hoy hablamos de la secuela de Knights of Honor, un título que fue lanzado en 2004 y en su día no pudo hacer frente a competidores como Europa Universalis, Lords of the Realm y Heroes of Might & Magic debido a su condición técnica, aunque incluía ciertos elementos interesantes. Desde 33bits hoy os traigo el análisis de Knight of Honor II, título que sale 18 años después de la primera entrega, daba sensación de ser una de esas entregas que solo parecían estar esperando los fans más devotos de la saga, pero de repente resultó ser el juego de estrategia global más integral, emocionante y reflexiva del año.
Nuestro camino como gobernantes comienza, como debe ser, eligiendo un rumbo soberano, o mejor dicho, las condiciones para nuestra victoria. Una victoria estándar es en la que debemos obtener el brillante título de Emperador del Mundo, que podemos adquirir ya sea conquistando todos los demás estados o maximizando los beneficios de nuestro reino -que se calculan aquí en Puntos de Fama-. Una victoria así requiere mucho tiempo, esfuerzo y, por supuesto, una comprensión profunda del juego y sus características. Pero hay formas más sencillas de ganar.
Si las ambiciones imperiales definitivamente no son lo tuyo, entonces ten cuidado con las pequeñas victorias. Aquí, las condiciones para la victoria son relativamente locales, y alcanzarlas requiere tácticas precisas. Supongamos que la pequeña victoria «Destruir el estado» se logra tan pronto como estamos tratando con una cierta fuerza que es elegida al azar por el juego. También puedes demostrar tu habilidad militar manteniendo diez provincias y la victoria será tuya. Y si prefieres el comercio y las batallas económicas a la sangre en el campo abierto, entonces debes prestar atención a «Guerra por los bienes», donde debes establecer la producción del número requerido de bienes.
El jugador además también debe seleccionar un país entre los 200 elegibles, entre los que podemos encontrar Alemania, Gran Bretaña u otros más pequeños como Mamluk. Aunque estos no son ni países, sino asociaciones, y bajo su control puede haber una y varias provincias. También se muestra parte de Rusia en el mapa, por lo que los jugadores nacionales seguramente estarán interesados en jugar para la Horda Dorada, Kiev y otras facciones.
El periodo se desarrolla en plena edad medieval, pudiendo elegir los países de Europa, África del Norte y Oriente Medio. Pero hay una opción de punto de partida entre 1110, 1224 y 1360 dC, de la que dependen los poderes y sus fronteras en el mapa global. Tras elegir el país o las condiciones de victoria, nos soltarán solos ante el peligro en un mapa global donde cada país tiene sus propias ambiciones. No diría que Knights of Honor es un título complejo, sus mecánicas y reglas son tan claras que tanto un jugador veterano como alguien que llega al género de nuevas lo entenderá a la perfección.
En gran parte nuestro éxito dependerá de nuestras compañías, los responsables de cuidar nuestro reino -tendrán que cuidar todos y cada uno de los aspectos de vida de nuestro reinado-. Podremos designar a nuestros primeros comandantes o elegir a un miembro de la nobleza para que ocupe un puesto a dedo. Incluso el propio monarca tendrá que desempeñar alguno de los 5 pilares -mariscal, comerciante, diplomático, clérigo o espía- antes de ser elegido rey.
El principal uso de los funcionarios gubernamentales es una variedad de tareas importantes. Por ejemplo, los espías pueden infiltrarse en otros estados y trabajar desde las sombras en beneficio de nuestro estado. Los diplomáticos pueden establecer relaciones con estados estratégicamente importantes, hacer pactos y concluir acuerdos comerciales. Los comerciantes construyen acuerdos beneficiosos entre estados para vender bienes, y con la habilidad adecuada, también amplían el alcance de las relaciones comerciales o mejoran la exportación de bienes que no se fabrican en nuestros países.
No menos importante es la actitud de diferentes capas de la sociedad hacia nuestro curso político y nuestra forma de gobierno. Ciertas acciones o errores de la Corona afectan a los representantes de una determinada corte. Tanto positivos, que nos brindarán ciertos bonos, como negativos, que prometen todo tipo de restricciones. Por ejemplo, la multitud feliz asegura un aumento en el crecimiento de la población y la producción de alimentos, y para ganarnos su favor debemos garantizar la seguridad del estado. Los comerciantes se alegrarán de las manipulaciones comerciales exitosas y de la conclusión de nuevas operaciones comerciales, por las que nos dan un mayor beneficio de los acuerdos y operaciones comerciales reales.
Aun así, lo que creo que más aprecié fue la dificultad abrumadora que encontramos en los asedios y las batallas a campo abierto. En los asedios no solo son difíciles de llevar a cabo con éxito cuando los suministros del ejército siempre son limitados, sino que incluso una vez que capturas la ciudad, te enfrentas a un largo período de inestabilidad y rebeliones frecuentes, incluso si inviertes mucho en estabilizar la provincia. Lo más probable es que casi todos los grupos de interés y aliados vecinos, vecinos neutrales y enemigos tendrán una mala visión de las acciones realizadas, por lo que si estás planeando una invasión en Knights of Honor II, debes estar preparado para una gran desestabilización nacional, algo que puede ser criminal para el desarrollo de la partida.
El único punto donde falla Knights of Honor II es cuando desempeñas el rol de comandante en batalla. Cuando tu ejército se encuentra con un enemigo, puedes elegir dejar que la IA maneje la batalla -en cuyo caso solo verás los resultados- o puedes tomar el mando directo y liderar tus tropas a través de un minijuego RTS donde puedes obtener un resultado ligeramente mejor si controlas a tus soldados. Aún así la IA deja mucho que desear y podemos ver cómo en ocasiones no tendrán el comportamiento que deberían, recuerdo una ocasión, yo me encontraba preocupado por la caballería enemiga pero la IA decidió suicidar sus tropas. Sin duda el punto más flojo de este notable Knights of Honor II. Me recuerda a los combates que tenía en el Total War: Empire, un desarrollo que queda muy lejos de lo que debería ser en 2022.
En lo visual su aspecto es maravilloso. Siento tener que meterme con Paradox, pero es algo donde pecan con asiduidad, tiende a arrojar mucha información y suele dar una sensación de complejidad. En cambio, Knights of Honor, por su parte, prefiere ofrecer un enfoque agradable y natural. Puedes ver a los viajeros deambulando por las carreteras del mundo, avanzando, retrocediendo y dando vida a nuestro imperio, mientras que las unidades militares se presentan como números en el mapa, lo que hace que sea más fácil ver de un vistazo exactamente a lo que te enfrentas. Es una experiencia visual muy agradable y eso hace que sea mucho más fácil de aprender y jugar.
La banda sonora también cumple, una música medieval ambiental que nos permite centrarnos en la acción pero a su vez también encontramos todas y cada una de las frases del juego dobladas. El título viene doblado en inglés, francés, alemán e incluso chino y subtitulado en 12 idiomas, entre los que se encuentra el castellano.
En conclusión, Knight of Honor II se trata de un lanzamiento grandioso. Un juego que se sitúa entre Civilization y Crusader’s Kings para ofrecer una experiencia más casual y cerrar ese vacío que separa a los dos títulos de Paradox. Un título muy agradable por su sencillez visual y sus bien explicadas reglas para los novatos en el género que tampoco dejará indiferentes a los más experimentados ofreciendo una experiencia más casual, perfecta para descansar de las campañas largas y complejas.
Este análisis ha sido realizado en PC mediante una copia cedida por Dead Good Media