La franquicia Macross ha sido un pilar del anime de ciencia ficción desde su debut en los años 80, combinando mechas transformables llamados valkyries, espectaculares combates espaciales y el poder de la música como elemento clave en su narrativa -además de triángulos amorosos en varias de sus series-. A lo largo de los años, ha generado múltiples series, películas y videojuegos, aunque estos últimos han tenido un lanzamiento inexistente fuera de Japón. MACROSS -Shooting Insight- llega con la promesa de ofrecer una experiencia de disparos arcade que reúne a personajes de varias generaciones de la saga en un mismo título. Además, es el primer juego de la franquicia Macross lanzado oficialmente en occidente.

El juego nos sitúa en un evento inesperado: varios pliegues dimensionales han alterado el espacio-tiempo y han traído consigo a pilotos, cantantes y enemigos de diferentes épocas de Macross, reuniéndolos en la nave Battle 7. Desde aquí, se desarrollan cinco historias, cada una protagonizada por un personaje de una de las series principales: Macross Plus, Macross 7, Macross Zero, Macross Frontier y Macross Delta. El desarrollo de la trama es una excusa para el fanservice, permitiendo ver interacciones entre personajes que de otra forma nunca habrían coincidido, pero su narrativa no tiene demasiada profundidad ni pretende ser el foco de atención.

En términos de jugabilidad, MACROSS -Shooting Insight- es un shooter que cambia constantemente la perspectiva según la fase en la que nos encontremos. Tenemos niveles con desplazamiento lateral clásico, otros con una vista cenital y algunos en 360 grados que nos obligan a reaccionar a enemigos desde todas las direcciones como si de un twin stick shooter se tratase. Cada piloto cuenta con sus propias características, armas y habilidades especiales, lo que aporta cierta variedad a la experiencia. Sin embargo, el balance entre personajes no está del todo afinado, ya que algunos son claramente más efectivos que otros.

Uno de los aspectos más llamativos del juego es el uso de la música, un elemento crucial en Macross. A lo largo de los niveles, podemos sincronizarnos con las cantantes para activar mejoras temporales, como mayor potencia de fuego o mayor agilidad en los controles. Esto añade una capa estratégica interesante, aunque su implementación podría haber sido más profunda, ya que en muchos casos simplemente se reduce a activar una mejora en el momento indicado sin demasiada interacción o planificación previa.

El control es generalmente responsivo, pero hay ciertas secciones en las que la visibilidad de los proyectiles enemigos no es ideal, especialmente en los niveles con vista cenital, donde los efectos de explosión y el exceso de elementos en pantalla pueden dificultar la lectura del escenario. Esto puede provocar situaciones frustrantes en las dificultades más altas, donde la precisión y la reacción rápida son esenciales.

A nivel técnico, el juego presenta un apartado visual correcto, pero sin destacar demasiado. Los modelos de las naves y los efectos especiales cumplen su función, aunque algunos fondos y escenarios se sienten genéricos y poco detallados. La fluidez es aceptable en la mayoría del tiempo, pero hay caídas de rendimiento en ciertos momentos cuando la pantalla se llena de enemigos y explosiones, lo cual es problemático en un shooter donde la precisión es clave.

El apartado sonoro es sin duda uno de los puntos más fuertes del juego. No solo cuenta con un repertorio de canciones icónicas de la franquicia, sino que la forma en la que se integran en la jugabilidad resulta bastante interesante. Los efectos de sonido de las armas y explosiones están bien logrados, aunque no son especialmente memorables. En cuanto a las voces, el doblaje en japonés cuenta con las interpretaciones originales de muchos personajes, lo que le da autenticidad a la experiencia, sobre todo si hemos seguido las diferentes series de anime en su idioma original.

En términos de contenido, el juego ofrece una campaña relativamente corta, con una duración aproximada de cinco a seis horas en una primera partida. Sin embargo, hay incentivos para la rejugabilidad, como la posibilidad de desbloquear diferentes finales, probar distintos personajes y superar desafíos adicionales. Aun así, la estructura de los niveles y la falta de mayor profundidad en el sistema de juego pueden hacer que algunos jugadores pierdan el interés tras unas pocas partidas. También se echa de menos contenido de la serie original de Macross, la más conocida en occidente por su adaptación que dio lugar a Robotech, y la más interesante en cuanto a historia y personajes.

Uno de los aspectos que pueden generar división entre los jugadores es la accesibilidad del título. Mientras que los fans de Macross encontrarán muchos guiños y referencias que les resultarán atractivos, aquellos que no estén familiarizados con la franquicia pueden sentirse desconectados de la historia y los personajes. Además, el juego no hace un gran esfuerzo por introducir a los recién llegados al universo Macross, lo que puede limitar su atractivo fuera del nicho de seguidores de la saga.

En conclusión, MACROSS -Shooting Insight- es un título que apuesta por el fanservice y la nostalgia más que por una experiencia de shooter bien desarrollada o profunda. Su jugabilidad ofrece momentos entretenidos, especialmente para los amantes del género, pero también presenta problemas en términos de equilibrio entre personajes, visibilidad en ciertos niveles y rendimiento técnico. Su mayor fortaleza radica en la música y en la posibilidad de ver interacciones entre personajes de diferentes épocas de la franquicia, algo que los fans de Macross sin duda apreciarán -aunque se echa de menos contenido de la Macross original-. Sin embargo, para aquellos que busquen un shooter de vertiente arcade bien pulido y accesible, puede que este título no sea la mejor opción.