McPixel 3 es el regreso de uno de los héroes más icónicos de la pasada década… o no. Lo de la iconicidad, digo, porque el regreso sí está bien vigente. Pero el hombre se merece su reconocimiento, su merecido lugar en el panteón de héroes del videojuego. Sus aventuras le han llevado por todo el universo, real, de mentira, inventado… Su creador, Sos Sosowski, se siente muy orgulloso de él aunque lamenta que todos los millones que su creación haya generado se los haya quedado la Erariefull, el Ministerio de Hacienda polaco, vamos. Pero los planes para una futura película, compartiendo universo con la Marvel, Troma o Cine de Barrio incluso, siguen vigentes.

Como ya estáis cansados de esta chorrada de introducción, lo mejor para entrar en calor y conocer esta tercera entrega del aguerrido McPixel es que le deis al dedito ahí abajo:

Yo es ver que me llega un juego de Devolver Digital y entrarme una ilusión del quince. El primer McPixel fue una extraña sorpresa en 2012, fruto de ese desarrollador polaco muy pero que muy indie. Lo tenemos incluso hoy día en las tiendas digitales de Android e iOS, porque el juego se prestaba a manejarse de diversas maneras dada su sencillez de ejecución. Pero ¡Ay! La fama y el éxito pueden ser muy complicados, y la segunda parte tuvo demasiadas turbulencias, dramas y una ambición desmedida que la estrangularon. Al final de esta misma entrada tenéis un gran documental, con grandes nombres implicados para que conozcáis lo que podría haber sido la trilogía de El Señor de los Anillos del mundo del videojuego.

Pero hay que vivir el presente, y nuestro presente es McPixel 3, volviendo a las raíces del primero, potenciando y mejorando lo que se presentó tímidamente hace ya una década. Aviso al lecturante que no sé si estaré a la altura de poder describir que ofrece esta über-aventura multi-situacional.

De primeras, vamos a pensar en Wario Ware y Puzzle & Action como juegos con una estructura central en cada fase, y microjuegos dentro de la misma. Pero servidor lo que tiene en la cabeza es el legendario Switch de Mega CD, una aventura loquísima y muy visual de 1993 ¿No os suena? Tranquilos, en nuestra sección de retro remediaremos eso, aunque no nos pidáis plazos ¿Eh? Fotito de McPixel 3 y tiramos a otro párrafo.

McPixel no es el héroe que queremos, pero sí el que necesitamos.

En aquel juego de GA SE se proponía algo sencillo: superar cada pantalla tocando el botón correcto de todos los que nos presentaban. Pero varios eran trampas que originaban nuestro fracaso a través de descacharrantes gags visuales. Famosas se hicieron en su día las judiadas que sufría la pobre Mona Lisa, que los europeos vimos desde la barrera en las revistas, porque el juego no nos llegaría aquí. Pues con algo más de complejidad, esta es la base de los McPixel.

La misma presentación ya nos va a dejar claro que una aventura típica no tenemos, no. Tras ella nos movemos por una ciudad como punto central, interactuando con las… cosas, para ir desbloqueando las diferentes secciones de cada capítulo. Y al ir completando los mismos, abrir más zonas de la ciudad. De nuevo recuerdos de Vietnam en la forma del reciente Atari Mania, pero aquí haciendo las cosas mucho mejor jugablemente… y de forma mucho más bestia y loca.

Para acceder a cada sección hay que pagar pasta, y esa pasta es la que conseguimos no ya completando los micro-juegos, que más habría que llamarlas micro-situaciones -o mega-situaciones, todo es muy burro y tarado aquí-, porque la interacción y jugabilidad son sumamente sencillas.

Justamente el juego presenta tres formas de control, con ratón, pad, y pantallas táctiles, ya que aparece en PC, consolas y hasta móviles. Está claro que McPixel viene para hacerse querer, o al menos, meterse en nuestras cabezas como un parásito cerebral lisérgico. Me choca que no esté de lanzamiento en sistemas PlayStation y Android -solo iOS por ahora-, pero imagino que McPixel presentará su morro y orina pixelada también por allá en algún momento.

El trabajo pixel-art es mastodóntico.

Y es que caminar e interactuar, ya digo que es sumamente básico, moverse y ‘click’ en las zonas adecuadas, sea en esa ciudad central, o los mismos cosajuegos. Ejemplo rápido, tenemos que evitar que un tren se estrelle, explote, nos mate… pues lo que hay que hacer es tocar los objetos habilitados para ello. A veces una sola interacción genera un final, otras habrá que combinar objetos, hacer una cosa antes y luego otra… o no hacer nada incluso, con límite de tiempo. Creo que no me estoy sabiendo explicar, pero os prometo que todo se presenta de forma muy sencilla, palabra.

Pues el objetivo real no es tanto dar con la solución correcta, que nos arrojará un puñado de monedillas -recordad que las secciones se desbloquean pagando pasta-, sino desbloquear todos los gags posibles también para sacar más dineros. A lo mejor damos a la primera con la solución, recibimos monedas por ello y algunas extras si hay algún gag más implicado. Pero la clave es repetir para seguir sacando más gags e intentar que cada situación se complete al 100%. Superar cada sección es la estructura general, pero puede tocar rejugar e intentar rascar más monedas para pagar las siguientes secciones y capítulos, además de poner los ojos como paelleras ante tanta locura pixel-art enfermiza.

Y no habría mucho más que decir sobre el esquema jugable, o seguramente sí, porque la forma de afrontar esas vivencias de McPixel cambia de narices, pasando de elegir cual puede ser el ‘toque’ correcto, fases ajustadísimas de tiempo para resolverse, o puñeteras secciones arcade, con disparos, conducción y brawler implicados. Cuatro capítulos con tres secciones cada uno, derivadas de donde entremos -un salón arcade, el tren, un hostalucho ruinoso, golpearnos la cabeza… -, y desbloqueando incluso niveles extra conectados, o secretos además, por interacciones, por investigación, por… por… por… Que se pueden hacer muchas cosas con muy poquito, lo que yo les diga.

Ah, sí. Y también está Steve como cosa extra, también donde sacarse unas monedas y seguir ¿Disfrutando? de lo que pasa por la cabeza de Sosowski.

Vais a amar a Steve más que a vuestra familia directa.

El juego está muy bien adaptado a tener controles tan diferenciados -al menos, ratón y pad, son los que yo he probado-, hay un botón para resaltar las interacciones posibles en cada pantalla, que aparecerán de forma traslúcida, y en ocasiones maldeciremos no haber visto alguna por la mala leche de su creador. Pero no hay nada creado para chafarnos jugablemente. Bueno, sí que lo hay, muchas cosas, pero en plan ‘bien’, en plan «¡Que hijo de p*ta, como me la has preparado!», deformando nuestro rostro.

La única pega real que le podría sacar es justamente ese control. He jugado con pad todo el rato, salvo momentos contados donde o usaba el ratón o no llegaba bien a interactuar con la solución, como en el caso del McPixel 95 que habéis visto en el trailer ¿Cómo? ¿Que no le habéis dado al trailer? ¡Volved hacia arriba, maldita sea!

Con el ratón es una aventura point ‘n click sencilla y directa. Pero entonces entramos en el tema del control de los momentos arcade que he comentado antes. El brawler por ejemplo, es muy sencillo, pero requiere moverse y zurrar, aunque solo sea con un botón, y hacer con ‘click, click, click’ no se me antoja lo mejor del mundo no.

Ai andestud dat referens.

Pero tampoco es lo peor del mundo ¡Qué leches! McPixel 3 me ha parecido divertido y sorprendente en su sencilla estructura. No es la chorrada y la mamarrachada gratuita… o algo sí… pero la parte jugable y la progresión acompañan. Entiendo que repetir secciones y situaciones para trincar monedas pueda bajarle la líbido a alguien, especialmente si vamos a por el 100% de cada una -algunos gags están bien ocultos, para lo que es un juego tan sumamente fácil de manejar y profundizar-, pero tampoco necesitamos sacarle todo el jugo a cada capítulo para llegar al final de la historia, que como eso de las duraciones siempre mola saberlas, diré que en 6 horillas se hace esto. Más si profundizas, menos si la fortuna y la celeridad hacen que te saques las monedas.

Pues como Mikolaj Kaminski no solo maneja el diseño pixel-art, la parodia, el gag superlativo, sino también la música, todo queda muy bien arropado. Esto es McPixel 3, espero que lo haya dejado, mmmmm, claro seguro que no… al menos un poco entendible. Y ahora solo queda que el leyente disfrute del prometido documental sobre la infructuosa segunda parte de esta trilogía, recomendando también que busque por YouTube el trailer del primer juego. Dos más dos son cuatro, y tres por dos Carrefour.

 


Este análisis ha sido realizado en PC mediante una copia cedida por Cosmocover