La franquicia Metal Slug es bastante popular en el género de acción en 2D, y desde su creación en 1996 ha sido reconocida por su frenético estilo de juego run and gun, sus gráficos pixelados de alta calidad y su recurrente humor. Desarrollada por la compañía japonesa Nazca Corporation -que más tarde sería comprada por SNK-, Metal Slug fue un referente en los salones Arcade de la época, con sus primeras entregas llevando a los jugadores a enfrentarse a oleadas de enemigos, mientras controlaban a soldados de élite contra todo un ejercito de soldados rebeldes y vehículos militares exagerados. Con 7 entregas principales en la franquicia -sin contar spin-offs y remakes-, la última de ellas fue Metal Slug 7 lanzada en 2008 para Nintendo DS. Desde entonces, la franquicia ha estado en relativo olvido -al menos en cuanto a entregas principales-. De momento habrá que seguir esperando por una nueva entrega numerada, pero mientras tanto, de la mano de Leikir Studios y Dotemu, tenemos el nuevo Metal Slug Tactics, que nos trae una propuesta completamente diferente: un juego de estrategia por turnos con mecánicas roguelike que conserva toda la esencia de la saga.
En Metal Slug Tactics, nos sumergimos en una historia de acción bélica que sigue el mismo tono irreverente y desenfadado que caracteriza a la franquicia. La historia gira en torno a una nueva amenaza militar de manos del General Donald Morden, que ha vuelto a escapar y ha tomado el control de Sirocco City junto al renovado Ejercito Rebelde, y para hacerle frente, un grupo de soldados Peregrine Falcons se unen a la lucha. Los protagonistas son Marco Rossi, Eri Kasamoto y Fio Germi -habrá otros 6 personajes a desbloquear-, todos ellos personajes conocidos de juegos anteriores, que mantienen sus características y habilidades aunque adaptadas a este nuevo género. La historia también mantiene el humor absurdo y las situaciones extremas que hicieron famosa a la franquicia, desde situaciones de guerra desmesuradas hasta situaciones ridículas en las que la violencia y el caos no dejan de ser una constante. A lo largo del juego, los protagonistas interactúan entre ellos mediante diálogos cortos, que en su mayoría se centran en mantener ese tono humorístico y ligero tan característico de Metal Slug.
El mayor cambio de Metal Slug Tactics respecto a las entregas anteriores es su enfoque táctico por turnos, que reemplaza la acción run and gun de las entregas principales -o los tower defense de varios de los spin-offs publicados-. A pesar del cambio de género, la esencia de Metal Slug sigue presente, principalmente a través de los personajes y la acción que define a la saga. En lugar de avanzar corriendo y disparando sin parar, ahora debemos manejar a nuestro equipo de soldados en campos de batalla más pequeños y estratégicos, aunque de igual modo dando gran importancia al movimiento. Cada personaje cuenta con dos armas, una principal de munición infinita y una secundaria de munición limitada. Además de los dos tipos de armas también tenemos a nuestra disposición los ataques especiales que consumirán adrenalina, la cual conseguiremos moviéndonos por el escenario y atacando unidades enemigas.
Cada uno de los protagonistas tiene habilidades únicas que son cruciales para completar las misiones. Por ejemplo, Marco es el más equilibrado en cuanto a habilidades de combate, mientras que Eri destaca por su destreza con las armas de largo alcance. Fio, por su parte, esta versada en ataques con granadas que causan daño de área. Esta variedad hace que cada misión requiera una planificación táctica más profunda, donde el posicionamiento y la sincronización de ataques entre los miembros del equipo juegan un papel muy importante. Además, uno de los elementos más atractivos de Metal Slug Tactics es el regreso de los Metal Slug, los vehículos blindados que en los títulos principales eran tanques o aviones de guerra, y ahora tienen un rol más estratégico y deben ser utilizados en momentos clave para cambiar el curso de la batalla. El control de estos vehículos requiere más que solo apuntar y disparar, hay que tomar en cuenta el terreno, el tipo de enemigos y la gestión de la adrenalina disponible.
Tenemos a nuestra disposición varias zonas que forman los alrededores de Sirocco City y la propia ciudad. Dentro de cada zona tendremos varios escenarios donde se desarrollan las misiones de nuestro equipo, con un objetivo principal y un objetivo secundario opcional para mejorar nuestra recompensa. A partir de cierto momento podremos elegir que zona visitar primero antes de ir a Sirocco City, y es muy recomendable visitar cada zona para poder mejorar los atributos de nuestro grupo y poder comprar el mayor número de mejoras posibles -y hay muchas- para afrontar el último tramo con garantías. Los escenarios, de tamaño limitado presentarán diferentes alturas, coberturas, y bastantes elementos que deberemos tener en cuenta para planificar nuestras acciones con éxito.
El sistema de progresión es otro aspecto destacable y donde entra en juego las mecánicas roguelike del título. Podemos mejorar las habilidades de nuestros personajes, desbloquear nuevas tácticas y armas, además de conseguir los personajes extra desbloqueables, pero esto no será sencillo ni rápido, no en una sola partida, por lo que nos costará más de una «run» poder mejorarlo todo, verlo todo y desbloquearlo todo, incluso acceder al final real del juego. Estas mecánicas roguelike agregan una capa extra de personalización y rejugabilidad que puede ser beneficiosa si el juego logra atraparnos, o un importante inconveniente si no es el caso, sobre todo teniendo en cuenta la duración de cada «run». Además, Metal Slug Tactics tiene una curva de dificultad alta, especialmente en las etapas más avanzadas. Las decisiones que tomemos al mover a nuestros soldados y elegir las habilidades correctas pueden marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso, lo que hace de una acertada estrategia una necesidad, por suerte de ha añadido la opción de deshacer nuestro último movimiento.
Desde el punto de vista visual, Metal Slug Tactics sigue gozando de un pixel art de primera. Aunque el juego cambia de la perspectiva lateral a una vista isométrica, los gráficos siguen siendo fieles al estilo clásico que caracteriza a la saga. Los personajes, los escenarios y las animaciones mantienen el mismo detalle y la calidad que hicieron famosa a la franquicia. Los escenarios, aunque más pequeños que en otros títulos anteriores, están llenos de detalles -incluyendo muchos guiños- y elementos destructibles. El apartado sonoro no se queda atrás. La banda sonora, firmada por Tee Lopes –Sonic Mania o Teenage Mutant Ninja Turtles: Shredder’s Revenge-, mantiene el ritmo trepidante que define a Metal Slug, con nuevos arreglos que acompañan a las batallas tácticas de manera efectiva. Además, el juego conserva los efectos sonoros clásicos de la saga, como el estruendo de las explosiones o el sonido de los disparos, lo que permite que los veteranos de la serie se sientan inmediatamente en casa.
Metal Slug Tactics es un arriesgado pero satisfactorio giro para una saga tan icónica. Aunque el cambio de estilo de acción a táctica por turnos puede sorprender a algunos, el juego consigue capturar el espíritu de Metal Slug gracias a la inclusión de sus personajes y vehículos clásicos, además de todo su humor. Las misiones son entretenidas, el ritmo es ágil, y la dificultad, aunque elevada, es gratificante si nos gustan los juegos de estrategia. No es un juego perfecto, sus mecánicas y peculiaridades de planificación y estrategia en los distintos escenarios no son tan intuitivas como en otros juegos, y si no nos dejamos atrapar por su propuesta, los elementos roguelike se volverán un punto en contra. A pesar de esto, Metal Slug Tactics tiene una gran cantidad de potencial y ofrece horas de entretenimiento para aquellos que se adentren en sus batallas tácticas. Un regreso esperado que, aunque diferente, logra mantener vivo el legado de la franquicia.