Si GRIS fue una gran sorpresa que puso a Nomada Studio en lo alto del panorama indie en 2018, Neva está destinado a hacer lo propio en 2024. Cinco años han pasado desde que el estudio barcelonés sorprendiera a propios y extraños con su primer título y estamos seguros que van a volver a cosechar fama y elogios con Neva, un título que aúna sentimientos, arte y narrativa como ya lo hizo GRIS, pero resuelve un par de aspectos que fueron criticados por algunos sobre este, una narrativa menos difusa, y mecánicas de combate que le dieran más entidad como juego. Cierto es que estas críticas no fueron compartidas por todo el público -ni por nosotros-, pero Nomada Studio aún así las ha solventado en Neva, no sabemos si deliberadamente o no.

Neva es una aventura que combina plataformas, acción, y resolución de pequeños puzles orgánicos bajo una potente narrativa emocional que nos llevará a acompañar a la protagonista, Alba, y a una pequeña loba -que irá creciendo- llamada Neva en su periplo contra unos seres de oscuridad que corrompen y acaban con la naturaleza. Si con la última frase esperamos un juego con mensaje ecologista, no podemos estar más equivocados, pues el núcleo central de la experiencia es el vínculo y relación de Alba y Neva, Como además de avanzar, resolver situaciones y combatir, debemos ayudar a Neva en su aprendizaje, llamarla, acompañarla, ayudarla, protegerla, y reconfortarla cuando la situación lo requiera, una auténtica oda a la paternidad y la maternidad tratada de forma que llegue a todo el mundo.

Pero profundicemos en el vínculo de Alba y Neva ya que es el que determina tanto la narrativa como la jugabilidad. Nada más comenzar presenciaremos un evento bastante triste que acaba con la madre de Neva muerta, y esta siendo solo un cachorro a nuestro cuidado. La oscuridad esta corrompiendo y acabando con la naturaleza y debemos hacerle frente a la vez que cuidamos de Neva. El juego se compone de cuatro estaciones, verano, otoño, invierno y primavera y estas que funcionan como los diferentes niveles, de dos partes cada una, con enfrentamiento con enemigo final incluido. Al comienzo Neva tendrá miedo e inseguridad en muchas ocasiones, ante la aparición de obstáculos o enemigos, ante un salto que dudará en dar, y depende de nosotros a través de las mecánicas disponibles -llamar a Neva, acariciarla o abrazarla- solventar cada situación.

Por supuesto a medida que avancemos por las estaciones Neva irá creciendo, cambiando su comportamiento e incluso sus mecánicas -colaborando en los combates, u ofreciendo nuevas mecánicas jugables-, tendrá un comportamiento más impaciente, más independiente, y conforme más avancemos más irá cambiando y estrechando el vínculo, como el crecimiento de un hijo pequeño o un hermano. Al contrario que en GRIS, el mensaje de Neva es fácil de identificar y está perfectamente implementado tanto en la narrativa como en la jugabilidad que se unen formando una experiencia tan emotiva como enriquecedora. El vínculo de Alba y Neva es capaz de trasmitir emociones al jugador que no podrá evitar por propia voluntad querer interactuar con Neva cuando esta nos necesite.

Por supuesto no solo de sentimientos vive Neva, sino que además en el plano jugable tenemos algunos puzles, pero sobre todo plataformas y acción. Aunque la aventura comienza con un plataformeo sencillo, el que Alba disponga de un doble salto y un dash aéreo nos hace prever que conforme avancemos el plataformeo va a volverse más exigente, y por supuesto eso ocurre. Ya no solo para llegar a algunos lugares de difícil acceso donde conseguir alguna de las flores que funcionan como coleccionable en el juego, sino que para avanzar en la aventura tendremos algunas secciones de plataformas que nos exigirán rapidez, reflejos y coordinación. Es cierto que no se abusa de estas secciones, pero le dan cierto reto necesario al juego y una identidad propia que lo aleja del típico juego-experiencia interactiva.

Para el combate, una de las grandes novedades respecto a GRIS, se ha optado por un combate sencillo, con unos pocos movimientos que iremos consiguiendo conforme los necesitemos y una función de rodar para esquivar los ataques enemigos. También dispondremos de alguna técnica adicional que utiliza a Neva y podremos empezar a usar conforme avancemos estaciones, pero en general se ha optado por un sistema más sencillo que el de otros juegos. Con la entrada del combate a escena Nomada Studioha creado dos niveles de dificultad en el juego, el Modo aventura que nos presenta el juego en su modo normal -Alba perderá vida con los ataques enemigos, ciertos obstáculos y las caídas pero la recuperará acabando con enemigos-, y el Modo historia, donde se relaja la dificultad y desaparece el sistema de vida -no podremos morir-.

El apartado visual de Neva es directamente una orgía de colores y sensaciones. Si el apartado artístico de GRIS le valió a Conrad Roset el reconocimiento mundial en el sector del videojuego, por Neva va a haber que mandarlo a trabajar al Studio Ghibli como premio. Muy bellos diseños al estilo acuarela de diferentes biomas que se nos van a grabar en la retina y que nos van a mantener con la boca abierta casi toda la aventura. Neva solo se puede definir como arte en movimiento. Para la banda sonora se ha vuelto a confiar en Berlinist, la banda que ya se encargó de los temas musicales de GRIS lo que ha sido una garantía de éxito con temas muy bellos y apropiados para un título como este. Los efectos sonoros, importantísimos también están a tan gran nivel como todo el apartado audiovisual. Impecable.

Nomada Studio lo ha vuelto a hacer, ha vuelto a crear un juego de belleza indiscutible y gran sensibilidad, una bella y emotiva historia que nos muestra de primera mano las relaciones a través del tiempo entre padres e hijos, o incluso hermanos mayores y hermanos menores a través de los personajes de Alba y Neva. Una alegoría del ciclo de la vida perfectamente integrado en un videojuego que además también es divertido de jugar. Con las plataformas y el combate bien implementado -quizá no tan profundo-, una narrativa impecable, y un apartado audiovisual arrebatador, Neva tiene todas las papeletas de convertirse en el juego indie del año. Si os gustó GRIS, Neva es indispensable, ya que supera netamente a este, y si no lo habéis probado, id directos a por los dos.