Rosewater es una aventura gráfica que en un primer vistazo, puede parecer completamente clásica. Tenemos los típicos tropos de las aventuras gráficas; el inventario, puzles curiosos y un doblaje de calidad que nos mete de lleno en la acción. Pero Rosewater tiene alguna cosilla más, que iremos viendo mientras el análisis se vaya desenvolviendo. Antes de empezar, cabe decir que este título es una secuela del Lamplight City. Personalmente no jugué al primero en su momento, y hay que reconocer que hay detalles que nos perdemos. Sin embargo, la historia es completamente independiente y solo veremos esos detalles si de verdad queremos ahondar en el mundo.
Rosewater es a la vez el título del juego que nos ocupa y la ciudad donde se desarrolla. Estamos ante una aventura gráfica -point & click- ambientada en el oeste, y con una mujer como protagonista. A los pocos minutos de empezar a jugar a Rosewater, veremos una de las mecánicas más interesantes: la toma de decisiones. Aunque el juego no cambiará gran cosa, si que podemos llevar a cabo algunas acciones de formas distintas, o ejecutar planes bastante variados. Obviamente, esto no es una partida de rol, y todo esto está bastante acotado, pero es un soplo de aire fresco.
Harley Leger es una periodista en busca de un trabajo, y caer en Rosewater es lo más increíble que le ha ocurrido. Si es bueno o malo lo dejo a elección de los jugadores. Pronto estaremos cabalgando, usando dinamita, disparando y muchas otras situaciones típicas de los juegos y películas del oeste. Harley es un personaje que cae bien, y si algo le tengo que reconocer a Rosewater es el mimo a sus personajes.
Por ejemplo, nada más empezar nos encontramos con un aguililla llamado Jake, un artista que va de pueblo en pueblo, contando mil batallas. Este tipo de personajes me suelen echar para atrás. Sin embargo, en este caso, y después de unas pocas horas con él, terminó cayéndome bien. Y esto se aplica a la mayoría de personajes que salen; incluso secundarios con pocos minutos pueden dejar marca en el jugador. Aunque el juego está realmente bien escrito, he de decir que esto no se notaría tanto si no fuera por el excelente doblaje del que hace gala.
Cada personaje está doblado a la perfección, y no estoy exagerando. Todos los dejes necesarios en un juego del oeste están presentes. No por nada el estudio nombra a alguno de los actores. El juego sin estas voces sería bueno, pero el resultado final se eleva varios enteros gracias al uso de la palabra.
Otro apartado digno de mención son los escenarios y los personajes. Mientras que los primeros son bastante típicos -aunque muy elaborados-, los segundos son una absoluta fantasía. Estamos hablando de que los personajes y muchas -quizás todas- animaciones están creados utilizando la técnica de rotoscopia. Quizás a algunos os suene, pero es un estilo de animación ya con muchos años. No soy experto, pero se trata de dibujar por encima de algo grabado. Se usó en películas como Fire and Ice o The Lord of the Rings de Ralph Bakshi. Este estilo de animación es tan vieja como interesante, y a este juego le va como anillo al dedo. Os recomiendo ver algunos ejemplos en YouTube para que sepáis de qué hablo.
Los puzles de Rosewater son bastante directos. En la misma descripción del título, los desarrolladores nos dejan claro que se intentan alejar de esos juegos donde pasamos horas en el inventario uniendo objetos unos a otros sin ningún sentido. Personalmente, nunca me molestó eso en las antiguas aventuras gráficas, pero es cierto que puede echar a muchos jugadores para atrás. El nivel de los puzles es muy bueno, y muchos tienen más de una forma de solucionarse, otra cosa poco típica de la saga. Se agradece este interés en llevar el género a otro escalafón.
Ahondando un poco más en el apartado gráfico, hay que comentar que el juego está en una resolución de 720p. Quizás para los más puristas esto sea algo negativo, pero personalmente no ha afectado a mi experiencia de juego. Por otra parte, también es necesario mencionar la banda sonora de la mano de Mark Benis. El sonido, las voces y esta banda sonora elevan Rosewater, es un espectáculo. El único problema es que las voces están en perfecto inglés, al igual que los textos. Cuidado para aquellos que el idioma sea un impedimento.
Por último, antes de entrar en las conclusiones, he de decir que el trasfondo que ofrece Rosewater funciona de maravilla. Como ya he dicho, no hace falta jugar a Lamplight City para entenderlo, pero las referencias están ahí, y dotan al juego de una profundidad bastante notoria. Todo el juego tiene un trasfondo de lo más extraño que te atrapa según vas avanzando. Merece la pena tanto por la historia como por este contexto que está en segundo plano.
En conclusión, Rosewater es un soplo de aire fresco en las aventuras gráficas. No solo porque trae algunas novedades jugables típicas de otros géneros, si no porque tanto la historia como los personajes son agradables de escuchar y de leer. Pocos juegos te hacen avanzar como lo consigue Rosewater, y eso no es moco de pavo. Cualquier seguidor de las aventuras gráficas debe hacerse con él. Y si encima te gusta El bueno, el feo y el malo, hay doble ración para ti.