Sovereign Syndicate es uno de los títulos de rol de nueva hornada. Tenemos un juego basado prácticamente en sus conversaciones y decisiones, sin combate y con gran atención a su ambientación. Si esto que os digo os suena reconocible, es porque lo es. Disco Elysium ha marcado tendencia, y ha pasado suficiente tiempo como para que le empiecen a salirle los hijos. No me voy a quejar, eso está claro.

Sovereign Syndicate es un juego de rol donde las conversaciones lo son todo. La exploración también existe, pero se ve mermada por algo que explicaré más adelante. El combate es inexistente, y las -pocas- escenas de acción que existen, se resolverán con animaciones y dependiendo de nuestra habilidades, el resultado será uno u otro.

Este título vive por y para su ambientación. Se trata de un interesante Londres alternativo, donde el estilo steampunk y la época victoriana se entrelazan. Disponemos de tres personajes con los que explorar el mundo, y aquí es donde empiezan las virtudes y los problemas del título. Por una parte, el hecho de tener tres personajes aporta muchísima variedad a las situaciones que nos puede ofrecer el título.

Tendremos un minotauro con un pasado oscuro que será clave para la historia, una trabajadora de la noche con ganas de abandonar Londres y un enano caza bestias acompañado por un autómata de lo más pintoresco. Cada personaje tiene sus propios atributos y clases, algo que hace que las conversaciones sean muy distintas dependiendo de lo que elijamos. Sovereign Syndicate tiene muchísimo trabajo de fondo en los diálogos y descripciones, y es en los personajes donde se puede ver primero. Los personajes son creíbles, y eso es algo complicado de hacer en un mundo fantástico de este tipo. 

Sin embargo, el hecho de que haya tres personajes distintos hace que la narrativa del juego sufra. Sovereign Syndicate se divide en actos, algunos más cerrados otros más abiertos, pero con cada uno de los personajes sin poder cambiar. Es complicado seguir la trama por momentos, sobre todo en un inicio donde las historias no están conectadas de ninguna forma. Los personajes son interesantes, si, pero cuesta meterse en la historia con tanto salto y cambio de acto.

Como ya he dicho, la escritura del juego es lo que lo hace destacar, pero también peca de ser excesiva en muchos casos. Cada uno de los barrios que visitamos tiene un muro de texto. En un juego donde la acción se resuelve a través de decisiones y diálogos, creo que algunas cosas deberían de resolverse con cierto grado visual. Hay algunos videos para mostrar ciertas escenas, pero no son, en mi opinión, suficientes. El ritmo del juego sufre por esto. Si tomamos el título como una visual novel, puede que el resultado sea mejor, pero podemos considerar que eso es hacer trampa.

No voy a entrar en todos y cada uno de los atributos de los personajes, pero tenemos los típicos de este tipo de juego. Sin embargo, aunque esos atributos son bastante básicos, en este juego no sirven como siempre. Tener la “fuerza” como atributo principal no es tan efectivo cuando no hay combate, ¿verdad? De todas formas se agradece la variedad. Pero vamos a lo importante, ¿Cómo funcionan las tiradas? En este caso, en vez de dados tendremos una baraja de cartas de tarot. Cuando hacemos una tirada, dependiendo de nuestro nivel de habilidad, tendremos un porcentaje de sacar la tirada. A pesar de que la idea del tarot encaja como anillo al dedo en esta ambientación, jugablemente no aporta mucho más de lo que ya hemos visto en otros títulos.

La exploración del juego está ahí, y aunque es interesante, a veces no compensa. Los objetos que podemos conseguir, muchas veces no servirán para nada útil hasta mucho más adelante en la historia. Recorrer los recovecos de este hipotético Londres es interesante, y muchos de los personajes que nos encontraremos están realmente bien escritos. Así que dependerá del jugador explorar o no. Muchos de los mejores momentos que he tenido en Sovereign Syndicate han sido hablando con personajes secundarios, o leyendo los comentarios de nuestros personajes en relación a algún objeto del mapa.

Visualmente tengo serios problemas con el título. Sovereign Syndicate es un juego muy suyo, con un aspecto realista en tres dimensiones, pero una estética cartoon y fantasiosa. Personalmente opino que no encaja muy bien. La idea es buena, pero la ejecución no tanto, y hay ciertas cosas que necesitan de más trabajo. Por otra parte, los diseños de la ciudad y los personajes son bastante buenos. Solamente faltaría hacer que todo funcionara en conjunto y el resultado final mejoraría enteros. Las animaciones son realmente básicas, pero dado que el juego no tiene acción, no hay problema.

En conclusión, Sovereign Syndicate es un juego extraño. Depende casi al cien por cien de su guion para estar a flote, pero este en varias ocasiones se va por las ramas. Se trata de un título que requiere dedicación y total concentración por parte del jugador. Además, está en un perfecto inglés, nada sencillo de seguir, y con muchísimo vocabulario específico de la época. Es un juego para un mercado reducido, pero si te encuentras en ese mercado, hoy es tu día de suerte.